• 30/03/2022 00:00

La cojera de la justicia no es nueva

“[...] un amigo me escribió: “El país lo están acabando el crimen organizado y los políticos. Por cierto, cada vez más amalgamados los unos con los otros”. Lo del Tribunal Electoral lo confirma por completo”

Tres libros de autores criollos concuerdan en que, lo que hoy sufre la justicia, es tan viejo como la colonia española cuando el gobernador de Castilla del Oro, Pedro Arias Dávila, ordenó en 1519 la decapitación del Abanderado de la Mar del Sur, Vasco Núñez de Balboa, violándole sus derechos, como el irrenunciable de permitírsele una apelación tras un juicio amañado y una condena sin fundamento.

La novela histórica de Juan David Morgan, “La Cabeza de Balboa” (2021), producto de prolija investigación, cuenta los últimos días de Vasco Núñez y las injusticias cometidas durante su juicio, del que resultó su muerte por decapitación.

El libro “El Crimen de Remón” (2022), del sociólogo César Díaz Brandao, nos refiere el magnicidio del presidente José Antonio Remón Cantera el 2 de enero de 1955 en el hipódromo de Juan Franco. Tras 67 años de ocurrido, aún desconocemos al verdadero culpable. En sus conclusiones apunta a que el crimen fue cometido solo por panameños, donde algunos de los posibles implicados ni siquiera fueron procesados y menos investigados, como el mayor Timoteo Meléndez, tercer jefe de la Guardia Nacional. Meléndez, inexplicablemente estaba presente en las cercanías del coliseo hípico y quien asesinó a sangre fría a Danilo Souza, posible testigo del hecho.

La obra “Mía, suya, tuya” (2022), de Anamari Eskildsen, narra su calvario para superar el horrible asesinato de su madre, Lolita Alfaro de Eskildsen en 1998, cuando contaba con solo 13 años. En su proceso de sanación se enfrentó al contenido del caso, revelándonos que, de haber una justicia correcta en el país, su madre no hubiese muerto de la forma brutal como fue asesinada.

El autor del crimen tenía 17 acusaciones de violación en su natal Costa Rica. Huyó a Panamá, donde enseñaba baile, quizás con nombre falso. Se supo que, antes del crimen de Lolita, investigado a fondo por órdenes del presidente Ernesto Pérez Balladares, ya tenía en Panamá dos casos registrados de violación que no prosperaron por sus conexiones con algunas autoridades. De haber sido castigado en aquellos casos, el crimen de Lolita no se hubiere perpetrado donde ella, resistiendo la agresión, se golpeó la cabeza y murió.

Común los tres casos: falta de un sistema judicial imparcial y eficiente. En 1519, 1955 y 1998, descritos por distintos nombres, Juan David, César y Anamari. ¿Todo sigue igual como lo vemos actualmente? La intromisión del Tribunal Electoral en materia ajena a su competencia, en el fallo sobre el fuero penal electoral de Ricardo Martinelli, revela que la falta de justicia se expande en Panamá como la mala hierba. ¿Habrá sido grati$?

La venalidad de los jueces ya llega hasta la Corte Suprema de Justicia (CSJ). El caso de coimas a cambio de fallos del hijo del exmagistrado Oydén Ortega y su secretaria, también involucra al magistrado Hernán de León, a quien deberían investigar si su patrimonio creció desproporcionadamente en los 10 años que estuvo en la CSJ. No es la primera vez que lo mencionan o lo involucran en cosas raras.

Se han producido fallos mediáticos de gente “intocable e importante”, donde habrán corrido millones. Hay fiscales que no pierden la costumbre de ordenar arrestos a cambio de un “incentivo” a su trabajo. La práctica de cambiarte de cárcel a otra por dinero continua. ¿Quién vigila esas irregulares y corruptas conductas?

Existe el caso de juez civil, causante de extraordinarios daños económicos, irrecuperables a los afectados, que pronto cumple dos décadas en los tribunales. Días atrás denuncié a un magistrado del Segundo Tribunal Superior de Justicia que, para taparle un caso en extremo irregular e ilegal, le pidieron “renunciar” para poder pagarle sus prestaciones.

Es muy preocupante lo que ocurre en el país. Tras las recientes revelaciones en España, donde, por supuesto espionaje a una dama, han metido preso a cuatro guardias civiles y se investiga a otros siete, incluyendo al mismo Martinelli, autor intelectual de los hechos cometidos, un amigo me escribió: “El país lo están acabando el crimen organizado y los políticos. Por cierto, cada vez más amalgamados los unos con los otros”. Lo del Tribunal Electoral lo confirma por completo.

Abogado y político.
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