Concepto de gastos fiscales

En lo que corresponde al gasto fiscal, ocurre un fenómeno que pretendemos explicar para utilidad de los interesados. El gasto fiscal está conformado por las normas que establecen reducciones, exenciones o deducciones de impuestos, tasas o derechos a través de las cuales el Estado u otro ente del ámbito público no recibirá producto de un mandato legal o norma jurídica vigente.

No debemos confundir el concepto, ya que, de hacerlo, terminaríamos desconociendo el costo de oportunidad de un uso frente a otro. Según declaraciones de hace unos dos años, existe en el país un total de ciento diez (110) exoneraciones, suma que amenaza con incrementarse ante las formulaciones de algunas iniciativas legislativas presentadas en la Asamblea Nacional.

No es lo mismo gasto fiscal que gasto público, por ello el título de este artículo, y ya que es muy delgada la línea de separación de ambos conceptos, un autor español nos ilustra al respecto al decir que: “La noción intuitiva de gastos fiscales es bastante simple de expresar. Se trata de disposiciones que implican una excepción o desviación de la 'norma impositiva' y que, en consecuencia, originan una pérdida de recaudación. Así, un gasto fiscal sería equivalente a un gasto público directo: en lugar de incurrir en una disminución recaudatoria, el Estado podría dedicar los mayores ingresos generados por la supresión del gasto fiscal a la finalidad deseada”. (Dr. Domínguez Martínez, Universidad de Málaga/IAES).

En nuestro país, se establece la costumbre, en materia de política pública, de impulsar exoneraciones como instrumento principal, y a veces como único, para incentivar la inversión privada; sin embargo, hay una corriente que omite dicho instrumento y busca fortalecer la institucionalidad en general y la seguridad jurídica en particular.

Por otra parte, el abuso del gasto fiscal como instrumento de incentivo a la inversión es una ecuación de impacto en el producto interno bruto del país, el cual de por sí concentra la desigualdad. El impacto histórico del gasto fiscal y el nivel de inversión en el resto del país -donde algunas provincias que no superan el dos por ciento en su contribución en el PIB total-, dan muestra de que el gasto fiscal de Panamá es realmente transístmico y no nacional.

Es por ello que el actual impulso a las iniciativas legislativas que se presentan en la Asamblea Nacional, según se resume de las exposiciones de motivos, con la intención de contribuir a recuperar la economía nacional, deben disponer de una emisión de concepto que manifieste el aspecto técnico de la propuesta considerada.

Cuando algunos sectores del país no aplauden el cumplimiento del calendario social, entonces lo atribuyen al paternalismo, pero ¿acaso no hay paternalismo si se incrementan las exoneraciones que incrementan el gasto fiscal?

Generalmente, el gasto fiscal se presenta como incentivo del engranaje productivo de la economía, habría que convencer a quienes miran a las transferencias sociales como un esfuerzo de paternalismo a que pasen a considerarlas palíndromas fiscales en cuanto a las exoneraciones.