• 09/11/2022 00:00

Los crónicos fracasos escolares y el caso Ben Carson

“[...] en esa cantidad relativamente grande de alumnos reprobados anualmente, EL SISTEMA y sus deficiencias tienen mucho que ver”

Siempre habrá alumnos “de mejores notas que otros”. ¿Quiere decir que algunos “son más inteligentes”? No necesariamente. Aunque es obvio que algunos estudiantes tienen déficits cognitivos por genes o situaciones emocionales en su entorno, cada ser humano tiene potenciales que no se imagina. Menos sus maestros o profesores. El célebre caso del afrodescendiente estadounidense Ben Carson ilustra cien por ciento esos potenciales que parecen dormidos, hasta que algún educador o familiar se los hace descubrir.

El hoy célebre neurocirujano, más dedicado a niños con problemas graves, Ben Carson, demuestra tal cosa: Criado en barrios pobres de Detroit, Michigan, por una madre soltera, Sonya Carson, planchadora de ropa y dos trabajos más, de niño Ben fue siempre considerado “el último de la clase”. Su madre, preocupada, lo empujaba a la Biblioteca Pública Municipal a leer libros y buscar que el hijo saliera de esa burbuja de aparente mediocridad. Por singular curiosidad, ese niño tenía fascinación por la Mineralogía.

En uno de sus cursos de enseñanza de Premedia, un humano y compasivo profesor le prestó atención al niño, su difícil entorno social y sus fallas académicas. En una de sus clases el docente llevó -sin conocer la afición de Ben- una piedra “rara” y preguntó a sus alumnos ¿quién le decía cómo se llamaba dicha piedra? Nadie levantó la mano, y al cabo de varios minutos un tímido Ben Carson se atrevió a levantarla: “Creo que esa piedra es OBSIDIANA, profesor, y es volcánica y de la familia de los Silicatos”. Los compañeros se quedaron estupefactos y el profesor pidió un aplauso para Carson. Esa fue la inyección moral y psicológica que hizo cambiar los complejos de inferioridad de Ben. La súbita subida de autoestima cambió su actitud mental. ¡Supo que no era el “bruto” que sus compañeros le decían! A partir de ese momento, Ben comenzó a estudiar con ánimo y convencimiento de sus potenciales. Obviamente, mejoró en muchas materias y calificaciones.

Carson, con algunas ayudas sociales estatales, logró una beca para estudiar Medicina, y, ya graduado, eligió la complicada materia de la Neurocirugía. En algunos años, el Dr. Ben Carson se convirtió en el mejor neurocirujano de niños de Estados Unidos y del mundo. Lo llamaban a hacer cirugías en Australia y otros países de todo el planeta. Fue el primero en separar con éxito unos hermanos siameses, en complicadísima operación de muchas horas. Carson tuvo el honor de ser “Secretario de Desarrollo Urbano” en la administración de Trump por un año y pocos meses. Su historia podemos verla en Netflix en la película titulada “Manos Milagrosas”.

Según datos de Meduca, en 2021 reprobaron el año académico casi 40 mil estudiantes. 9054 de primaria, 14 047 en premedia y 7865 en media. Obviamente, la pandemia hizo estragos. No todos los estudiantes tenían buenas computadoras y acceso al Wi-Fi, y muchos, de entornos muy pobres, trabajaban y estudiaban. A algunos podemos verlos entre los muchachos que nos ayudan a cargar bolsas al auto en los supermercados. Entre ellos hay quienes estudian en el día y los veremos trabajando en turnos tipo 6 p. m. a 10 p. m., pero gran parte llegando a sus hogares a las 11:30 p. m. o a medianoche por el transporte y sus localizaciones. ¿Qué tiempo de calidad tienen para estudiar? ¿Quiénes les ayudan en sus casas con gran parte de sus progenitoras “madres solteras”, que tal vez algunas, además de sus labores domésticas, planchan o laboran parcialmente como la madre de Ben Carson?

Tal vez en Panamá haya muchos Ben Carson, con talentos escondidos porque ningún educador se los ha advertido. Se llamarán Pedro Rodríguez o Juan Pineda. Tal como nos dice el panameño Ernesto León, presidente de la Fundación “Mentes Brillantes”, los “fracasos escolares” tienen como origen problemas multifactoriales, es decir que se derivan de varias causas, sociales, económicas, psicológicas, etc.

Lo cierto es que, en esa cantidad relativamente grande de alumnos reprobados anualmente, EL SISTEMA y sus deficiencias tienen mucho que ver. Incluyendo los planes de estudio, muchos cien por ciento obsoletos, de Meduca, de muchos docentes que no estimulan y entienden cada caso particular de sus alumnos, del estado desastroso de muchas aulas, etc.

¿Por qué el asombroso éxito de Finlandia que la convierte en el Programa Mundial PISA como la de mejores resultados educativos del planeta? Veamos una abreviada explicación. Cito: “Finlandia eligió sin discusión la primera alternativa: el alumno. Un profundo análisis de las necesidades reales de cada alumno es lo que está detrás del asombroso éxito del sistema. Un alumno feliz, bien desarrollado, libre de progresar a su ritmo, adquirirá más fácilmente los conocimientos fundamentales”.

Abogado, militar retirado.
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