• 29/03/2021 00:00

Una CSS castrada: ayer como tragedia, hoy como farsa

“La castración financiera que Arnulfo Arias y sus diputados provocaron en la génesis de la CSS […] ahora quiere rematarse al extremo, con la privatización total de los fondos del seguro de IVM”

Este 31 de marzo, la Caja de Seguro Social (CSS) cumple 80 años de haber sido creada. Las colectividades laborales organizadas de la época ya habían logrado una cierta regulación en materia de la atención a su salud cuando esta era quebrantada por consecuencia directa de su condición laboral; nos referimos aquí a la Ley No. 17 de 1916, la primera que se dictó en materia de protección al trabajador en relación con accidentes de trabajo. En realidad, esta ley era muy poco efectiva, por la misma razón por la que resultó poco efectiva a los propósitos de los trabajadores, la misma creación de la CSS.

En efecto, los voceros de los trabajadores -políticos del liberalismo social y los frentes sindicales existentes- reconocían las insuficiencias de las diversas normativas vigentes hacia las primeras cuatro décadas del siglo XX. Los seguros sociales, venían siendo una modalidad impulsada por trabajadores asalariados organizados y actores políticos matriculados con el fomento del modelo económico basado en las actividades industriales. Chile apareció, en 1924, entre los primeros Estados del continente creando un seguro obligatorio para la protección de empleados/as, en los riesgos de vejez y salud, que a su vez ejerció cierta influencia en los ímpetus de los líderes trabajadores panameños, que lo tomaron como uno de sus modelos a seguir.

En Panamá, al final de los años 1930, los fomentadores liberales y sindicales del Seguro Social, condicionaron su apoyo electoral al candidato presidencial Arnulfo Arias a la creación de la CSS. Este personaje lo acoge como parte de su programa de Gobierno, mas, nunca como su auténtica política de Estado, ya que hizo lo necesario para que naciera castrada.

En consecuencia, de lo que propusieron los actores sindicales y políticos liberales, con Manuel María Valdés a la cabeza, a lo que creó el señor Arias y la camada de diputados conservadores que conformaban la Asamblea de Diputados, hubo una distancia del cielo a la Tierra. Esto explica, por qué la CSS nace amputada en su capacidad de autofinanciación, sobre todo para poder robustecer sus fondos y garantizar una digna protección a los trabajadores. No es hasta finales de los años 1950 -cuando la facción de industriales alcanzó la conducción del Estado y de esta institución- que comienzan a darse pasos firmes en el camino hacia su solidez, realizando inversiones que fueron posible hasta 1982, cuando esta fracción dejó de tener voceros en el Estado. Volvieron los sectores rentistas, y ahora sumados los del capital financiero, a retomar las riendas del Estado hasta nuestros días.

Las inversiones de la CSS durante todo ese período le hicieron demasiado ruido al enriquecimiento acostumbrado de aquellos sectores. Por ejemplo, las hipotecas abusivas de los banqueros privados hipotecarios, a través de las barriadas que construían, no estaban teniendo demanda; todo el mundo estaba detrás de los proyectos de viviendas del Seguro Social. Esto fue el principal motivo por el cual, en complicidad con los que asaltaron el poder luego del asesinato del general Torrijos, fraguaron el supuesto “Desfalco de la CSS”, el cual aún sigue gente ingenua repitiendo cual papagayos que tal cosa se dio, cuando no fue así. Las irregularidades que existieron, que no tenían que ver con millonarias pérdidas, como los sectores conservadores vendieron al país, no justificaron el cierre de estos proyectos. Pero fue el golpe de gracia dado a la política de inversiones iniciada desde final de los años 1950 que convirtió a esta entidad en el plato apetecible que hoy es para los mismos sectores económicos rentistas-transitistas que la volvieron a castrar… como ocurrió cuando la CSS nació.

La castración financiera que Arnulfo Arias y sus diputados provocaron en la génesis de la CSS se volvió a imponer en 1982, luego en 1991, siguió en 2005 y ahora quiere rematarse al extremo, con la privatización total de los fondos del seguro de IVM, a través del régimen basado en cuentas individuales manejadas por el capital financiero privado. Definitivamente, lo dicho en el 18 Brumario ha sido lapidario, parafraseándolo diríamos: Los hechos y personajes de la historia de atracos de la CSS aparecen, primero como tragedia, luego como farsa; como sucede hoy, ante la mirada ingenua de buena parte de las clases trabajadoras.

Sociólogo y docente de la UP.
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