Un buen estudiante, tranquilo y algo introvertido, que fue monaguillo y empleado en un supermercado antes de alcanzar la fama. Esos son algunos retazos...
- 30/11/2013 01:00
La décima en Panamá
Quiso Dios Omnipotente... 1 (A); Hacerla a su bello antojo... 2 (B); Y le colocó los ojos... 2(B); Como dos perlas de oriente... 1 (A); Su bella y sensible frente... 1 (A); Se la formó a su manera... 3 (C); Desplegó la gracia entera... 3 (C); Cuando formó su boquita... 4 (D); Que parece una rosita... 4 (D); En tarde de primavera... 3 (C).
Según mi concepto, es una de las décimas más representativas de nuestra campiña interiorana, especialmente de la Región del Canajagua; compuesta por uno de los poetas naturales y más sencillos de aquellas tierras, don Severino Medina (q.e.p.d.), de La Laja, corregimiento de Las Tablas.
Es posible observar la forma característica de versificación de los diez versos de cada ‘pie de décima’, como se conoce esta composición poética, generalmente de diez versos de ocho sílabas cada uno. La décima no tiene un término definido, o sea que el autor de la décima puede escribir tantos ‘pies de décima’ como guste o hasta donde su inspiración o musa lo acompañe.
Siempre el primer (1) verso de la décima, debe rimar con el cuarto (4) y con el quinto (5); el segundo (2) verso debe rimar con el tercero (3); el sexto (6) con el séptimo (7) y con el último (10). Finalmente, el octavo (8) debe rimar con el noveno (9).
Existe otra forma en que nuestros poetas autores de décimas componen sus obras poéticas y es muy conocida la expresión de ‘Décimas con Redondilla’, que no es otra cosa que cuatro pies de décimas con la misma métrica de diez versos, generalmente octosílabos, solo que el último verso del primer pie de décima, obligadamente tiene que ocupar el primer verso de la ‘redondilla’ de cuatro versos. El último verso del segundo pie de décima debe ser ocupado por el segundo verso de la ‘redondilla’, el último verso del tercer pie de décima debe corresponder al tercer verso de la redondilla y así mismo el último pie de décima, debe ocupar el cuarto de la ‘redondilla’; de la siguiente manera:
REDONDILLA
Mil penas estoy pasando*... Último verso del primer pie de décima; Porque gocé una doncella... Último verso del segundo pie de décima; Ahora me están obligando... Último verso del tercer pie de décima; A que me case con ella... Último verso del cuarto pie de décima.
Así queda el primer pie de décima:
Yo no niego lo que es justo,
Cierto fue que la gocé
Pero jamás me obligué
A pagarle este tributo;
Si me quiso, fue su gusto,
Más yo no la fui forzando
Ni menos palabra dando
Para casarme con ella;
Por estas tristes querellas
Mil penas estoy pasando*.
Y así los siguientes tres ‘pies de décimas’; la segunda debe terminar con el verso ‘porque gocé una doncella’. El tercer pie con ‘ahora me están obligando’ y el último ‘pie de décima’ debe terminar con el verso ‘a que me case con ella’.
Existe otro modo o forma de ‘pie forzado’ muy utilizada en las improvisaciones, cuando se trata de cantar la décima, muchas veces en ‘contrapunto’, que consiste en que todos los ‘pies de décima’, terminan con el mismo pie forzado.
En nuestra Región del Canajagua, tenemos autores y ‘cantadores de Mejorana’ muy diestros en componer e improvisar la décima panameña, manejando muy bien la técnica del ‘pie forzado’ y que se cuidan también del uso excesivo de diminutivos y aumentativos, de palabras compuestas y del uso del plural y singular de forma consecutiva o abusiva, especialmente en el pie forzado; quizás por la gran influencia andaluza (española) de nuestra gente.
En casi todos los países latinoamericanos, como Cuba, Perú, Puerto Rico, Venezuela y algunos otros, componen y cantan la décima que llaman de Espinel o Espinela, ya que se le atribuye al español don Vicente Gómez Martínez Espinel (28-12-1550 al 4-02-1624), la creación de la décima tal y como está estructurada hoy, ya que él le trastocó el orden de las rimas originales, confiriéndole una forma definitiva más variada que se haría común en ‘El Siglo de Oro’; aún cuando su aporte, no menos importante por cierto y quizás el mayor hecho a la música, como fue el de haberle agregado una quinta cuerda a la guitarra española; que más tarde como consecuencia, se le agregó la sexta cuerda, convirtiéndose así en uno de los instrumentos más completos construido por el hombre.
Gracias a la influencia de los moros, quienes mantuvieron a Espinel en cautiverio por mucho tiempo, y a los clásicos europeos (italianos), se inspiró y contribuyó para que los países hispanos tomaran la décima como la composición poética por excelencia. Durante esa época mantuvo contacto con poetas y músicos de los que aprendió y tomó parte de su cultura, que, aunado a su personalidad combativa y rebelde, lo llevó a ser perseguido por sus composiciones y sus cantos; razón por la cual impregnó la décima de ese sentimiento y así se convirtió en el vehículo adoptado por los trovadores o payadores para transmitir la rebeldía contra la injusticia, más que nada en los pueblos hispanoamericanos, posteriormente.
Los orígenes de la décima se sitúan entonces en España, entre el campesinado español. De allí, Vicente Espinel, de origen andaluz, la populariza y le da nueva forma, como hemos acotado. Después de esto, la décima será conocida como ‘Espinela’. Esto ocurre desde los inicios de la colonización española en nuestras tierras.
Lope de Vega, gran amigo de Espinel, le otorgó el título de creador de la décima y por ello se le llama: Décima Espinela o de Espinel. Sin embargo, aún no conozco ni he podido disfrutar de alguna décima escrita por Vicente Espinel.
FOLCLORISTA, COMPOSITOR Y ESCRITOR