Desaceleración económica y cambio climático, compromiso positivo para el 2023

Hoy, cuando nos inundan cientos de incertidumbres y titubeos, que no nos permiten mirar con acierto el 2023, centramos nuestro raciocinio y conocimiento en busca de soluciones loables para esta perplejidad, que inclusive, amenaza con nuestra existencia.

Hoy somos 8000 millones de terrícolas, tenemos un crecimiento poblacional del 1.4 % anual, lo que nos permite duplicarnos cada 51 años; sin embargo, tenemos una desaceleración del 1.7 % del crecimiento económico mundial para este año, tenemos 3100 millones de pobres y 860 millones en pobreza extrema.

Estamos soportando todos los embates del cambio climático, problemas graves de hambrunas y migraciones, la recesión económica producto de la guerra entre Rusia y Ucrania, aumento inflacionario e interés, tensión frente a una guerra nuclear, enfrentamiento comercial y financiero entre China y Estados Unidos, en síntesis estamos en el centro de la ardua contienda por el poder hegemónico de estas dos grandes potencias y sus aliados que pretenden reacondicionar el nuevo orden económico internacional.

Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado con creces sus fortunas, que ha pasado de 700 000 millones de dólares a 1,5 billones de dólares durante los primeros dos años de una pandemia que habría deteriorado los ingresos del 99 % de la humanidad y que ha empujado a la pobreza a más de 160 millones de personas más; para nuestro continente, 201 millones de personas (32.1 % de la población total) viven en pobreza, de los cuales 82 millones (13.1 %) están en extrema pobreza, para completar el panorama podemos decir que en Panamá hay 1.1 millones de personas pobres (25 % de población total), extrema pobreza es de 10.6 %, o sea, 464 mil panameños.

Sin embargo, con una fuerte economía terciaria aumentaremos nuestro índice de crecimiento este año (4.5 %) y lentamente nos recuperamos económicamente al implementar obras públicas, incentivando el sector primario y generando mucha producción en minería, dinamizando el turismo y fortaleciendo el canal y la zona libre de Colón.

Pero entramos en un año electoral, donde los aspirantes a la Presidencia y los partidos políticos, si quieren tener opción de victoria en el 2024, deberán presentar serios programas de reactivación económica y que sus utilidades sean redistribuidas equitativamente para todo el pueblo panameño. Debemos exigir a las propuestas políticas resguardar nuestra fuente mineral y toda la logística del canal, a través de serios contratos con estas conocidas empresas internacionales, donde impere nuestra soberanía y dignidad nacional.

Necesariamente deben estas propuestas electorales centrar sus programas en el desarrollo moderno de la educación, solo así podremos enlazar nuestros recursos humanos a la dinámica de la economía moderna notablemente sistematizada con tecnología de punta. Así mismo, fortalecer nuestra seguridad y la salud de todos, regular los precios de la canasta básica, modernizar y hacer efectivos los servicios públicos, reactivar y modernizar la CSS; fortalecer nuestra institucionalidad y conservar la autonomía y colaboración de los tres poderes del Estado.

Debemos seguir reforzando nuestra primigenia neutralidad en todos los conflictos que se den a nivel global, es nuestro puntal serio para el funcionamiento eficaz y eficiente del canal y fundamental en la posición política internacional de nuestro país.

Y, todos los aspirantes a gobernar este país, en sus programas políticos, deben hacer énfasis en comprometerse en poner fin a la pobreza nacional, comprometerse a repartir justamente las riquezas que genera nuestra producción y permitirles a todos los panameños tener cubiertas sus necesidades básicas, tener excelente asistencia de salud, educación y bienestar social.

Solo así podremos tener un país próspero, progresista, desarrollado, democrático y en paz. Esto es lo que esperamos de las propuestas políticas de todas las fuerzas políticas nacionales que aspiran a gobernar en el período 2024-2029.

De allí, la justeza de sus propuestas generará los votos necesarios para una victoria electoral. De allí a cumplir sus propuestas es el camino que le espera al ganador, solo el pueblo decidirá si acaba o no su período gubernativo de acuerdo a la veracidad de lo prometido con los hechos en sus cinco años venideros. Por primera vez queremos ver candidatos que luchen por los intereses colectivos del país y no por intereses mezquinos y personales.