• 02/01/2020 00:00

Desafíos del sistema público de salud para el 2020: ¿qué queremos los panameños?

Para el cumplimiento de ese gran desafío, las autoridades de salud contarán con las suficientes fortalezas, y deberán aprovechar las oportunidades que les brinda el respaldo político manifiesto del Presidente de la República para superar sus debilidades, que también las hay, y muchas....

El desafío de nuestro sistema público de salud para el 2020 será garantizar a todos los panameños en todo el territorio nacional ese completo estado de bienestar físico, mental y social que significa gozar de buena salud. Para eso deberá ser capaz de proporcionarnos la atención integral que responda a nuestras necesidades en todos los niveles, en forma oportuna y gratuita, con calidad y calidez, a la vez que promueve y facilita nuestra participación y compromiso en el cuidado de nuestra salud, para que ningún panameño de cualquier edad fallezca porque el sistema no fue capaz de prevenir su enfermedad, promover su salud y atenderlo como necesitaba.

Para el cumplimiento de ese gran desafío, las autoridades de salud contarán con las suficientes fortalezas, y deberán aprovechar las oportunidades que les brinda el respaldo político manifiesto del Presidente de la República para superar sus debilidades, que también las hay, y muchas. Los invito a darle un vistazo al panorama.

Aunque poseemos una amplia red de servicios de salud (ambulatorios y hospitalarios) en todo el territorio nacional, muchos de ellos se encuentran en mal estado y requieren rehabilitación y mantenimiento. Esta desafío se presenta desde los llamados Minsa-Capsi, muchos de ellos sin construir, hasta la Ciudad de la Salud, el ION y el Hospital del Niño. Tres mega obras necesarias y postergadas, alegando variadas excusas por las dos administraciones anteriores y en los seis meses que lleva la actual. No menos importante será superar la persistente segmentación y fragmentación del sistema y la red de servicios de salud, causa reconocida de la ineficiencia y desorganización del sistema. Desafío particular será la modernización del sistema de citas y la resolución de la mora quirúrgica.

También poseemos recursos humanos en cantidad suficiente, pero los mismos están concentrados en las capitales de las principales provincias, en perjuicio claro de nuestras comarcas y provincias más pobres. Igualmente deberá atenderse la deficiente capacidad gerencial en muchas posiciones del nivel central y regional, aprovechando sin clientelismo político el capital humano formado y disponible. Esta debilidad también afecta la gerencia clínica a nivel de los establecimientos de salud de ambas instituciones, lo que promueve el desarrollo de un modelo de atención centrado casi solamente en la atención a la enfermedad, muchas veces de mala calidad, afectando la calidez y humanización de las prestaciones, así como la seguridad de los pacientes.

Otro gran desafío será la gestión eficiente y equitativa de los $8,000 millones que tendrán disponibles en su presupuesto el Ministerio de Salud (Minsa) y la Caja de Seguro Social (CSS) para el 2020. No hay excusas para no poner en óptimas condiciones la infraestructura y equipamiento existente en todo el país. Tampoco la hay para que no se resuelva el problema de la provisión oportuna de medicamentos, evitando la especulación por parte de la industria farmacéutica y aprovechando las oportunidades que ofrece el nuevo marco legal y el sistema de naciones unidas. Y mucho menos existe justificación para el clientelismo que promueve la privatización de la oferta pública de servicios (procedimientos, diagnóstico, tratamientos, compra de medicamentos) para beneficiar a terceros.

En el nivel macro, se deberá prestar especial atención a robustecer la capacidad para el ejercicio efectivo de la Rectoría del Sector, el desempeño de las Funciones Esenciales de Salud Pública, así como el fortalecimiento de la capacidad gerencial en la CSS, promoviendo la conformación de la mejor junta directiva posible y el acceso a los cargos gerenciales de alto nivel, solo a través e un concurso de oposición.

Este asunto del fortalecimiento de la rectoría del Minsa y de la alta gerencia de la CSS, es condición indispensable para avanzar en los procesos de coordinación efectiva y sostenible de los servicios integrales de salud entre el Minsa y la CSS, los que deben incluir el diseño conjunto de intervenciones intersectoriales para abordar los determinantes de la salud y, por ende, para el enfrentamiento conjunto de los desafíos antes señalados.

Finalmente, las autoridades de salud deberán fortalecer la participación de la sociedad civil en el diseño, implementación y seguimiento de la propuesta de transformación del sistema de salud, e iniciativas para hacer frente a los nuevos desafíos relacionados con las principales enfermedades y factores de riesgo que afectan a la población panameña.

Es la hora de trabajar con ahínco para el bien del país, proteger logros, cerrar brechas y lograr los avances pendientes en la salud. Estoy seguro que sabrán aprovechar las fortalezas y oportunidades para superar los desafíos. Tendrán el respaldo efectivo de nuestro primer mandatario, y el efectivo control social de una población que espera respuestas, y estará pendiente de que no se pierda el rumbo.

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