• 29/01/2021 00:00

Despedida a un diplomático ejemplar

“Musso dedicó su vida a la Cancillería, un firme defensor de las causas nacionalistas, un panameño de profundas convicciones patrióticas y humanas […]”

Panamá ha perdido a un gran diplomático, el embajador de carrera diplomática, Víctor Manuel Barletta Millán, quien realizó una meritoria trayectoria en el Servicio Exterior panameño. Un diplomático ejemplar que dio lustre y prestigio a la diplomacia del país, pero más que ello, fue un servidor público, dueño de una sobriedad, sencillez y humildad, con amplios conocimientos de la política internacional, la cultura y la historia nacional.

Es difícil sintetizar su trayectoria diplomática de 40 años en este espacio. Musso Barletta, como le llamábamos sus compañeros de trabajo y amigos, viene formado de la clásica escuela del Dr. Ernesto Castillero Pimentel y del canciller Aquilino Boyd, quienes sostenían que los soldados en la primera línea de batalla en el exterior son nuestros diplomáticos.

Víctor Manuel Barletta, estudió leyes en la Universidad de Roma, graduado en la Escuela de Diplomacia de la Universidad de Panamá, ingresó al Servicio Exterior en el año 1972, siendo designado secretario de tercera en la Misión Diplomática de Panamá en Italia. En 1980 se desempeñó como consejero en la Embajada en Ecuador y en 1984, siendo ministro consejero, fue designado director general de Organismos, Tratados y Conferencias Internacionales.

En varias oportunidades se desempeñó como viceministro encargado, atendiendo con profesionalismo asuntos medulares de las turbulentas relaciones exteriores de aquel entonces. En 1988 fue nombrado embajador en Brasil, así como en 1991 es designado embajador en Bolivia y en 1994 ocupa el cargo de jefe de misión en Perú.

Pero la trayectoria de Barletta no se queda allí, diplomático intuitivo, de agudo olfato político, fue defensor del diálogo, privilegiando la negociación con prudencia y firmeza, un conciliador por excelencia y, un convencido de que la diplomacia se actualiza constantemente en el estudio de la dinámica de las relaciones internacionales.

En el Medio Oriente, escenario de conflictos históricos, el embajador Barletta, amante de soluciones pacíficas, tuvo un desempeño ejemplar, cuando en 1994 fue designado jefe de misión en Egipto, con concurrencia ante el Reino de Jordania y, de 2004 a 2009, embajador en Israel.

Quienes tuvimos el privilegio de trabajar con él o compartir tantas lecciones y experiencias, hemos recibido con tristeza y consternación su partida. Un referente obligado a los que nos iniciábamos en los menesteres de la diplomacia, a finales de los setenta, por sus apreciables consejos profesionales como sugerencias fueron siempre atinadas y respetuosas.

Una personalidad extraordinaria de gran generosidad y empatía, mesurado, coloquial, culto, inteligente y solidario. Consejero con un amplio espectro de la realidad política, social y económica del país y de su entorno vecinal. Consultor no solo para el Ministerio de Relaciones Exteriores, sino de los colegas, dada su vasta experiencia como fino conocedor de la realidad latinoamericana y europea.

Si bien es cierto, Musso fue una destacada personalidad de la diplomacia nacional, merece ponderarse el acompañamiento de su esposa, Gloria de Obaldía, quien siempre estuvo a su lado en momentos de logros e infortunios, un gran soporte emocional en su exitosa carrera diplomática y enseñanzas en valores que trasmitieron a su hijo Juan Manuel.

Su destacada carrera constituyó también un firme baluarte de fortaleza intelectual, enemigo de homenajes y reconocimientos, Musso, con las dolencias físicas que le aquejaban, en plena conciencia, con valentía y fuerza espiritual, se mantuvo imperturbable en su hogar hasta los últimos momentos en que entregó su vida al creador el pasado 18 de enero.

Musso dedicó su vida a la Cancillería, un firme defensor de las causas nacionalistas, un panameño de profundas convicciones patrióticas y humanas, que en su trayectoria se constituyó en un vivo ejemplo de lo que debe ser un diplomático comprometido con los mejores intereses del país.

Ante las realidades políticas y económicas internacionales que han sido trastocadas por la emergencia sanitaria mundial, es un imperativo exaltar la erudición de este consagrado diplomático, quien dio lustre a la política exterior del país, a tal punto, que trasciende como faro orientador para las nuevas generaciones de diplomáticos comprometidos en el posicionamiento del país en el concierto internacional.

Consejero político, Embajada de Panamá en el Reino de España.
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