• 02/02/2024 00:00

Día Mundial de los Humedales

El Río Chagres y todas las aguas que drenan a su cuenca y los lagos principales del Canal de Panamá como son Alajuela, Gatún y Miraflores son humedales por definición y son el motor de vida de toda la región interoceánica y del funcionamiento del Canal de Panamá y todas las actividades conexas. Un país tropical es rico en función que tiene y protege el agua de sus humedales. Un parpadeo de mal manejo del agua como humedal puede poner en jaque a una sociedad por los servicios ambientales perdidos o disminuidos en función de ese recurso.

Desde el año 2021, la Organización de las Naciones Unidas, con el apoyo de 75 Estados miembros, declaró el 2 de febrero como el Día Mundial de los Humedales, para crear conciencia ambiental sobre el papel vital de estos ecosistemas para todas las personas y para el planeta. Este día fue escogido porque para esta misma fecha en el año 1971 se adoptó la Convención de Ramsar sobre los humedales del mundo. Esta convención es un tratado internacional, ratificado por Panamá con la Ley 6 de 3 de enero de 1989, con el objetivo de proteger y conservar los humedales a nivel global, reconociendo su importancia crítica para la vida en la Tierra. El tratado tuvo un énfasis en los humedales como hábitat crítico para las aves acuáticas migratorias.

Este día mundial nos avisa de manera imperativa a tomar acciones tangibles a favor de estos ecosistemas, reconociendo la completa dependencia de la especie humana de su medio ambiente. Los humedales son los ecosistemas directamente ligados al agua. De hecho, la palabra humedal proviene de la palabra «húmedo» y del sufijo «al» que indica un sitio con abundancia de humedad.

La convención Ramsar estableció una definición científica más completa: “los humedales son las extensiones de marismas, pantanos, turberas o superficies cubiertas de agua, sean estas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros”. Esta definición involucra básicamente tres tipos principales de humedales: los humedales marino costeros, los humedales continentales y los humedales artificiales.

Ejemplos de humedales costeros incluyen aguas marinas poco profundas, fondos marinos intermareales, arrecifes de coral, playas de arena y afines, estuarios, marismas, suelos arenosos o salinos, llanuras aluviales, humedales intermareales, boscosos, como los manglares, lagunas costeras salobres o salinas y lagunas costeras de agua dulce. Todos estos humedales son hábitat de innumerables especies animales y vegetales, vertebrados e invertebrados que son claves en la cadena alimenticia de la naturaleza.

El segundo grupo de humedales son los denominados humedales continentales, correspondientes a los ríos, arroyos o quebradas, así como también las lagunas, los lagos permanentes y estacionales, las zonas inundadas estacionalmente, los pantanos y otras superficies con película de agua en alguna época del año, entre otros. También es fundamental reconocer que el agua para consumo humano proviene de este tipo de humedales, incluyendo las aguas subterráneas que la Convención de Ramsar es consciente de lo importante que son las relaciones entre las aguas subterráneas y los humedales.

No menos claves son los humedales creados por las actividades humanas, con fines particulares de producción como son las salinas, estanques acuícolas, reservorios, diques represas, estanques artificiales, canales de transporte y drenaje, etc. En Panamá muchos de este tipo de humedales artificiales ha creado conflictos de conservación, ya que muchos de estos sistemas destruyen bosques de mangles, destruyen la ecología de los ríos caudalosos, destruyen los corredores biológicos acuáticos y desplazan poblaciones humanas, entro otros aspectos.

Tal y como lo mandata la Convención Ramsar sobre los humedales, es vital que como sociedad y tomadores de decisión reconozcamos la independencia del hombre y de su medio ambiente a través de los humedales; reconociendo y custodiando las funciones ecológicas fundamentales de los humedales en su calidad de reguladores de la hidrología de un territorio o una cuenca y como hábitat para una diversidad amplia de organismos; reconociendo el valor económico, cultural, científico y recreativo; frenando la destrucción de estas áreas e impidiendo su pérdida que nos garantice que seguimos avanzando en un verdadero modelo de desarrollo sostenible, donde el rigor de conservación es un norte y un principio irrenunciable.

Si renunciamos a proteger los humedales estaríamos renunciando a la cantidad y calidad de agua requerida para consumo humano e industrial, a la prevención de inundaciones, a la regulación del clima local, a la recreación y el turismo de alto valor, así como al desarrollo exitoso y sostenible de la pesca y la agricultura y otras actividades.

A los tomadores de decisión le advertimos que no pueden jugar con la conservación de la naturaleza y sus humedales.

Que el mensaje y filosofía detrás del Día Mundial de los Humedales, nos haga más cultos y visionarios ambientales desde nuestra comunidad hacia todo el planeta.

El autor es profesor de Biología, presidente de Proyecto Primates Panamá
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