• 15/12/2022 00:00

Días convulsos

“[...] las preguntas que surgen son: ¿estos son los síntomas de un cambio de era?, ¿será una era donde el mundo sea más justo, equitativo y solidario?”

El último mes del año, el mes de la Navidad, donde en buena parte del planeta surgen esos sentimientos de amor, de valorar a la familia, de celebraciones, generalmente lleva a muchos ciudadanos en el mundo a entrar en una realidad casi paralela, donde todo son luces, colores, olores, y aunque sea por unos días, pareciera que la Paz, la fraternidad y la solidaridad afloran en la mayoría de los ciudadanos.

Sin embargo, este diciembre parece que no será tan así. Varios hechos han conmocionado al mundo, y todo indica que, a pesar de la Navidad, el mundo seguirá girando y posiblemente otros hechos vengan a perturbar las fiestas navideñas.

Por ejemplo, en la Alemania organizada, formal, respetuosa del imperio de la ley, donde todo funciona, es predecible y hay una gran cultura cívica, pues sorprende al mundo al detener a 25 miembros de un grupo de extrema derecha, nada más ni nada menos que por sospechosos de planificar un golpe de Estado.

En un gigantesco operativo, donde participaron más de 3000 policías realizando una operación simultáneamente en 11 Estados federados de los 16 que componen el país, y según las autoridades, este grupo pretendían armarse y asaltar el Parlamento alemán, para dar un golpe de Estado.

Pasando a otro continente, en New York, un jurado declaró a empresas de la Organización Trump culpables de múltiples cargos de fraude fiscal y falsificación de registros comerciales. De acuerdo con la información proporcionada a los medios, las empresas del señor Trump establecieron como práctica usual un esquema, por 15 años, para defraudar a las autoridades fiscales, al no reportar ni pagar impuestos sobre la compensación de los altos ejecutivos.

El veredicto de culpabilidad se produce mientras el señor Trump enfrenta varias investigaciones de fiscales federales y estatales por su manejo de documentos clasificados, así como por sus acciones en el intento de anular los resultados de las elecciones de 2020, y adicionalmente la comisión que investiga el asalto al Congreso, recomienda a la Fiscalía que presente cargos criminales contra el expresidente por esos hechos.

Volviendo al viejo continente, el sacrosanto Parlamento Europeo se vio en la necesidad de despojar de sus funciones como vicepresidenta de ese organismo, a la eurodiputada griega Eva Kaili, quien fue detenida en Bruselas por sospechas de corrupción vinculadas a Catar.

La señora Kaili es una de las cinco personas arrestadas en el marco de un posible caso de corrupción, organización criminal y blanqueo de capitales en la Eurocámara, ligado a Catar, si, allá donde se celebra el Mundial de Fútbol, lo cual viene a ponerle una tarjeta amarilla más a este mundial, sumadas a todas las otras tarjetas que por años han surgido sobre esa nación y su régimen.

En paralelo la Comisión Europea dictamina que Rusia no podrá exportar a Europa petróleo transportado por mar, en virtud del embargo acordado por los 27 Estados miembros, como sanción por la invasión del Kremlin contra Ucrania. Este embargo afectará el 90 % de importaciones europeas de petróleo ruso, y adicionalmente, desde febrero próximo afectará también las importaciones de derivados del crudo. Al veto a las importaciones se suma también el acuerdo de los países de la Unión Europea de fijar un tope al precio del petróleo ruso de 60 dólares por barril, con lo cual asientan un duro golpe a la economía rusa.

Como si ya no estuviera lo suficientemente agitado el mundo, pues nuestra región tenía que poner su aporte para este convulsionado mundo, y es así como el presidente del Perú, Pedro Castillo, quien, ante el tercer proceso de destitución en su contra por parte del Congreso, resuelve dar un autogolpe de Estado, anunciando en cadena de televisión y radio su decisión de disolver el Congreso de la República, intervenir el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Junta Nacional de Justicia y el Tribunal Constitucional, además de convocar a la elección de un nuevo Congreso con facultades constituyentes.

Afortunadamente, la sensatez y el orden constitucional se impusieron, sin embargo, en el país comienzan a presentarse fuertes disturbios y protestas, pues hay una parte de la población que considera que hay que restituir al señor Castillo en la Presidencia. El caso del Perú es una crisis viva, por años, de un sistema que se ha corroído y no termina de implosionar.

Lo cierto es que nada está oculto en este mundo moderno y agitado, y más temprano que tarde todo sale a la luz -conspiraciones en el viejo mundo que pretendía instalar un nuevo régimen, delitos, fraudes y hechos de corrupción de grandes personajes que se consideraban intocables, intentos de golpe de Estado- y las preguntas que surgen son: ¿estos son los síntomas de un cambio de era?, ¿será una era donde el mundo sea más justo, equitativo y solidario?

Consultor político; en Twitter: @orlandogoncal.
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