• 29/12/2023 11:37

Ejecutorias de Aristides A. Amaya C.

Definitivamente, necesitamos en la provincia santeña, en la península y en el país entero, más hombres de la talla de Aristides Ananías Amaya Cadeño

Conocí a don Aristides Ananías Amaya Cedeño, desde muy pequeño, pues siempre fue amigo de mi padre. Mantuvieron una relación no solo de amistad respetuosa, sino propiamente de familia, como eran las verdaderas amistades peninsulares, bien arraigadas y para siempre.

Pude palpar la filantropía de este señor, cuando en 1970, decidí con mi esposa comprar una casa, sin mayores ostentaciones, pero que fuera nuestra. Recuerdo que el abono inicial era un poco alto para los tiempos, máxime para una pareja muy joven, con pocos recursos, pero con aspiraciones; teníamos una buena parte del dinero, aunque no suficiente. Recurrí a mi padre, quien por supuesto, no contaba con ese dinero para prestármelo. Como buen padre, me dijo: “espérate que mañana, mientras te vai de viaje, voy al banco, porque seguro que Nane me presta la plata que necesitai, pasá por acá el viejne”. Así fue, papá le explicó mi necesidad y de inmediato le facilitó el dinero que me faltaba. Demás está referir mi alegría y la de mi esposa al contar con ese dienero faltante.

Con este tipo de acciones, que repetía diariamente, con los ciudadanos y campesinos de toda la región peninsular, don Ananías Amaya impactó, en especial por la forma campechana, gentil, diáfana y sencilla como ayudaba a solucionar las necesidades de la gente; desde luego con la firmeza necesaria que le garantizara al Banco Nacional, su “alma mater”, el retorno del dinero. Su experiencia de vida y profesional contribuyó a darle confianza en los bancos, al campesino de la “región del Canajagua”, acostumbrado a guardar sus ahorros en un cántaro de barro debajo de la sombra de un árbol en el patio de su casa.

Este hombre singular, nació el 4 de noviembre de 1933, en el caserío de Las Cabras, hoy día, Santa Marta, Corregimiento de Las Palmitas.

Al año siguiente, en 1934, murió su padre dejando 6 hijos solos con su madre, doña Águeda Cedeño, luego murió su hermano Avelino en 1941, a la corta edad de 14 años, a quien en las actividades del campo lo mató un caballo, trabajando. Su madre se convirtió en padre y madre de sus 5 hijos. Fue necesario que su hermano mayor, Domiciano, quien cursaba el quinto grado, se fuera a trabajar a la capital, Panamá, para que ayudara a mantener la familia.

En ese mismo año y estando todavía en primaria, la mamá les encomendó la tarea a él y a su hermano Chema, de comprar huevos y gallinas para mandarlas a revender a Panamá, con el señor Antonio Toño Domínguez, oriundo de El Cocal.

Aristides Ananías, al terminar su sexto grado ya en el año 1946, se dedicó a las labores agrícolas como cortador de caña, en el Ingenio de La Laja. Su madre, quien era una mujer luchadora, logra la colocación de su hijo a los 17 años de edad, como mensajero en el Banco Nacional de Panamá, institución que en aquellos tiempos trataba de sentar las bases para establecer una sólida sucursal en Las Tablas, capital de la provincia de Los Santos. El salario asignado entonces, fue de B/ 30.00 mensuales.

Una de las carreras profesionales más exitosas, de que tenemos referencias, es la de este tableño que pasó, gracias a su perseverancia, al estudio y a sus cualidades humanas, de portero a gerente general del Banco Nacional, sucursal, Las Tablas. Escalando como asistente de contador en el año 1957, año en el que obtiene, gracias a su constancia, la licencia de Contador Público Autorizado.

Corría el año 1975, cuando fue ascendido a gerente, logrando con su equipo de trabajo, que la sede del Banco Nacional de Las Tablas, fuera galardonada durante cinco años como, sucursal del año.

Don Aristides Ananías Amaya Cedeño, se pensionó, en 1979, pero continuó como asesor de crédito, para las provincias centrales. También se desempeñó como legislador durante las elecciones de 1980, posición que obtuvo por el voto popular. La ganadería, ha sido parte de su actividad, aunque por los problemas climatológicos de la región, se ha visto obligado a abandonarla, poco a poco, contra su voluntad.

Es el fundador de Radio Mensabé, prestigiosa emisora de radio, con más de 30 años al servicio de las provincias centrales y de todo el país, administrada por su hijo Rigoberto. Priorizando las necesidades de las comunidades campesinas y las manifestaciones tradicionales y por lo tanto, de nuestro folclor.

Ananías Amaya, no sólo ha sido exitoso en su vida profesional, pues, logró junto a su esposa, doña Lidia Argelis Montenegro de Amaya, forjar un grupo de muchachos, sus hijos, todos talentosos y exitosos, especialmente en los negocios. Junto con ellos ha administrado negocios como, bombas de gasolina en diferentes puntos de la península, jardines de bailes, distribuidoras de licores. Emprendimientos que han contribuido con la empleomanía de la región.

Definitivamente, necesitamos en la provincia santeña, en la península y en el país entero, más hombres de la talla de Aristides Ananías Amaya Cadeño.

Al cumplir los 90 años de este noble y singular tableño, el pasado mes de noviembre, con buena salud y en plenitud de sus facultades, la familia Amaya Montenegro se reunió en pleno; haciendo gala del arte culinario tableño, con fuegos artificiales, mejoranas, tamboritos, cumbias santeñas, con violines y acordeones, celebraron tan importante acontecimiento.Le aguramos muchos años más de vida para gloria y orgullo de su familia que lo ama, sus amigos y todos los santeños que lo apreciamos con simpatías.

El autor es escritor.

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