El calvario de hacer ciencia en Panamá

Recientemente los medios de comunicación se hicieron eco del recorte presupuestario que tendrá la secretaría nacional de Ciencia y Tecnología, SENACYT, para el año fiscal 2026. Institución encargada de promover la investigación, el desarrollo e innovación de la ciencia y la tecnología en Panamá la cual dejará de recibir alrededor de 21.3 millones de dólares menos de lo solicitado. Con esto se pone de manifiesto el riesgo no solo de los programas de investigación existentes, sino también las convocatorias de estudio de maestrías y doctorados a nivel nacional e internacional, así como el futuro de muchos jóvenes que aspiran a una formación especializada y de calidad.

Otra de las instituciones que se verá afectada con este recorte del presupuesto a la investigación y la educación es la Universidad de Panamá, primera formadora de profesionales en el país y con una matrícula que supera los 50,000 estudiantes por año. La cual tendrá un recorte de alrededor de 95 millones de dólares, un duro golpe, teniendo en cuenta que está es la institución educativa más importante a nivel nacional que en los últimos años ha incrementado su plantilla de investigadores con grado doctoral generando publicaciones científicas de alto impacto a nivel internacional.

Para tener un contexto más amplio de la situación crítica de la ciencia en el país, consideramos ver la cantidad de investigadores versus el millón de habitantes; según datos del observatorio panameño de ciencia, tecnología e innovación OPCYT, en el 2024 habían alrededor de 1,957 investigadores registrados de diferentes áreas del conocimiento. Este número corresponde a las personas afiliadas o no, a diferentes centros de investigación a tiempo parcial o no, y al Sistema Nacional de Investigación, SNI. Pero para el 2025 el número de investigadores bajó a 881, lo que representa un 45% menos de investigadores registrados en la plataforma que en el 2024, ¿qué sucedió con el 55% de investigadores?,¿Adónde fueron a parar? Para tener una idea; debemos primero reconocer que el ejercicio de hacer investigación es un ejercicio que requiere esfuerzo y tiempo, pero sobre todo presupuesto, muchos de los profesionales que realizan investigación no están contratados a tiempo completo o no existe una posición que los identifique como investigadores y tienen que asumir roles que, aunque algunos son inherentes a la investigación no se les reconoce como tal.

Por otro lado, según datos del informe de indicadores de ciencia y tecnología del 2024 de la SENACYT. Los fondos que se reciben para la investigación provienen del sector gubernamental, quien aporta el 57.20%, mismo sector que está recortando presupuesto. El otro sector importante son los fondos que provienen del extranjero lo cual representa un 28.69% y, por último, el sector empresarial quienes destinaron en el 2024 el 3.27% para investigación y quienes podrían aumentar tal inversión en vista que muchos de los profesionales financiados con fondos públicos terminan insertados en las empresas privadas.

El presupuesto en investigación que destinan países de la región como Costa Rica es de 0,34% o Uruguay 0,42% siendo significativo dado que el de Panamá para el 2024 fue de 0,21% a partir de la inversión que se hace podemos dar cuenta que los investigadores no solo hacen investigación, sino que atienden otras múltiples tareas ya que la carga necesaria de investigadores sigue siendo muy por debajo de la norma, la que dictamina que por cada millón de habitantes debe haber 1,000 investigadores y en Panamá ronda el 0,28 por cada mil lo que implica que hacen faltan 2,800 investigadores más para aportar.

Invertir en capital humano en ciencia preparado repercute en mejores profesionales para la búsqueda de soluciones a los problemas del día a día, y es que los países más avanzados su fuerte es invertir en I+D+i lo que se traduce en patentes, innovación y creación de avances en el conocimiento. Los resultados de esa inversión se pueden ver reflejados en el Global Innovation Index del 2025 en donde ubica a Panamá en la posición 82 de 139 países evaluados. Países como Costa Rica o Colombia se encuentran mejor posicionados.

Hacer ciencia en Panamá no tiene por qué ser un calvario, pero a medida que se van haciendo recortes presupuestarios dejan de existir programas, proyectos, espacios, e investigaciones, así como el conocimiento de profesionales altamente calificados que ven mermadas sus esperanzas de aportar su conocimiento al país y terminan migrando hacia países que sí invierten en investigación aprovechando el talento calificado. Tarde o temprano nos pesará no reconocer que planificar pensando en el país y su gente es nuestro mayor recurso.

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