• 20/08/2025 00:00

El legado de Petro: ¿Éxito en la gestión o maestría en la distracción?

En ocasiones, los gobiernos descuidan su estrategia comunicacional priorizando la ejecución, sin darse cuenta de que, comunicar es fundamental en el ejercicio del poder.

Eventualmente, los gobiernos, al tener poca ejecución, entonces crean narrativas que buscan, bien distraer la atención, o tratan de imponer algún tema en la discusión pública, todo con el objetivo de alejar el escrutinio público sobre la gestión.

En la actualidad, parece ser que se impone otra tendencia en la comunicación del gobierno, que es politizarlo todo. La comunicación de líderes de gobierno se inclina por hablar de política, en vez de comunicar sus logros.

A primera vista, esto pareciera tener poco sentido, pero todo depende de las circunstancias y coyunturas presentes, además de los objetivos estratégicos que se haya planteado el gobierno.

Esta tendencia lleva a que los gobernantes, literalmente a diario, aborden temas nuevos, muchos de ellos polémicos, con lo cual no dan descanso a la opinión pública; pero más allá de ello, el objetivo está en llenar los espacios dejados por la oposición, dominando la discusión pública, controlando por esa vía la agenda mediática.

En el caso de Colombia, el presidente Gustavo Petro ha tenido importantes éxitos en estos tres años de gobierno que son notorios para el bienestar de los ciudadanos, como, por ejemplo: Disminución de la inflación del 10,8 % al 5,1 %; el desempleo se redujo de 11,3 % a 8,2 %; la deuda pública bajó del 65 % del PIB a 47 %; la pobreza aminoró de 36,6 % al 33 %, es decir 1,6 millones de personas salieron de la pobreza; el número de turistas aumento en más del 50 %, siendo el tercer país latinoamericano que más turistas recibe; se ha entregado más de 440 mil hectáreas a los campesinos, eso es 12 veces más que la cantidad de tierras entregas entre los gobiernos de los expresidentes Santos y Duque juntos.

Adicionalmente, ha habido una disminución de más del 50% en las muertes por desnutrición infantil; dos millones y medio de personas salieron este año del riesgo de seguridad alimenticia según el Programa Mundial de alimentos; en el último año se aumentó el salario en 9,54 %, un 4,5 % por encima de la inflación, y en estos tres años el salario ha aumentado 37,6 %. Según la OCDE Colombia es sexta economía de mejor desempeño este año en el mundo, además de que la inversión extranjera creció un 13 %. Estos logros podrían opacar la ineficiencia en algunos aspectos que ha tenido la gestión, así como algunos escándalos de corrupción en los que se han visto involucrados varios miembros de su gobierno.

Sin embargo, con estos y otros logros más, surge la pregunta, ¿por qué el presidente Petro, sus ministros, y el equipo de comunicaciones, no están divulgando estos éxitos?

Un posible escenario es que, ante la fragmentación de la oposición, la dispersión de sus mensajes, el hecho de que haya más setenta precandidatos presidenciales aspirando llegar al Palacio de Nariño, el presidente Petro con su arremetida mediática, polemizando con sucesivas declaraciones, opinando sobre una variada gama de temas, está logrando de a poco dominar la discusión de la agenda pública.

La oposición, por su parte, le ayuda al presidente, al contestar, comentar, y atacar las opiniones y las declaraciones que este emite, con lo cual, la discusión termina siendo sobre lo que el presidente dijo o hizo.

Da la impresión de que el interés del presidente está en asegurar que el siguiente mandatario sea alguien ligado a los sectores progresistas del país, y quizás, más allá de los éxitos que haya obtenido en la ejecución de su administración, quiera sumar esto como su legado.

Como conclusión, podemos decir que la comunicación estratégica es una herramienta de poder y control de la agenda pública, con lo cual se pretende dominar la conversación pública. Al politizarlo todo y lanzar temas polémicos continuamente, los gobiernos logran llenar los vacíos de la oposición y, de paso, dirigen la atención de la ciudadanía y los medios hacia los temas que les convienen.

Adicionalmente, esto sugiere que el objetivo principal de la estrategia comunicacional no es simplemente informar o justificar la gestión, sino garantizar la continuidad del proyecto político a largo plazo. Al provocar a la oposición y mantenerla en un ciclo de reacción constante, el gobierno asegura que la discusión pública se centre en su figura y en su visión, eclipsando los logros de gestión en favor de la construcción de un legado político que trascienda su mandato.

*El autor es consultor político y estratega
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