• 01/03/2018 01:01

El educador panameño en su labor educativa (I)

Por ello tomará las previsiones para que todo docente entienda qué es lo que debe hacer al inicio del periodo escolar.

El Ministerio de Educación debe establecer las medidas necesarias para que el educador conozca el papel que debe desempeñar en la sociedad como agente de cambio y no como funcionario estatal. Por ello tomará las previsiones para que todo docente entienda qué es lo que debe hacer al inicio del periodo escolar. Si el Ministerio no lo hiciese, incumpliendo sus responsabilidades por razones políticas, incompetencia o ineptitud, no está de más decir que cada profesor y cada maestro tienen la obligación de llenar ese vacío y adoptar algunos consejos que dicta la doctrina, y que en materia educativa son principios básicos.

En primer lugar, los educadores que comienzan su año escolar, deben saber cómo está organizado el Ministerio de Educación y por ende, sus escuelas, sea en la primaria o en la secundaria. Si un educador no conoce la organización, estará desorientado. Es por ello que al concurrir a su aula no encontrará su norte y difícilmente demostrará capacidad intelectual. Deberá estar capacitado en los aspectos de la filosofía educativa, no solo la personal, sino aquella propia de la política del país, que debe ser de una educación humanística y esta, diferenciarla de la educación practicista. Y saber todo lo que dicta la Constitución del país y sus leyes, en materia educativa. Asimismo, deberá estar muy al corriente que las entidades donde se prepara al educador de primaria son principalmente las escuelas normales. En Panamá, solo tenemos una, la Escuela Normal Juan Demóstenes Arosemena, ubicada en Santiago de Veraguas. Tal vez en algunos colegios privados habrán implantado enseñanzas en ese sentido, pero esto no es lo correcto, porque las Escuelas Normales de un país, deben ser siempre estatales, donde los fines, planes y programas estarán dirigidos por el Ministerio de Educación, que es la entidad del Estado donde se debe enrumbar nuestra enseñanza primaria y secundaria, para luego buscar la preparación docente como debe ser, en universidades estatales. Tal vez, algunas universidades privadas se arrogan actualmente esas funciones, actuación irregular que debe ser supervigilada para que se cumplan los fines de la Nación. Esto lo mencionamos porque si el educador conoce cada detalle de su preparación desde la escuela primaria hasta la Universidad, entenderá mejor los fines y valores que debe transmitir a sus educandos.

Dominadas estas ideas generales de la organización estatal, el siguiente consejo que se le puede dar al educador es el repaso de los fines, los programas, los planes y los métodos. Una vez preparado en ese escenario, el educador caminará en sentido correcto como pedagogo. Debe iniciar su labor del año escolar, ordenando los programas y al llegar al aula ya debería tener asimilados los planes y los contenidos de esos programas. Todo esto transmitirlo oportunamente a los estudiantes, para que sepan cuáles son los fines de lo que van a aprender; cuáles serán los planes y los programas por desarrollar.

Si el educador no está preparado, conociendo los fines, los planes y los programas, no puede aplicar los métodos. Un educador preparado debe incluso explicarle a los alumnos estos pasos y qué tipo de métodos de aprendizaje se van a utilizar. Así se ordena y proyecta la mente de los estudiantes para enfrentar el año escolar.

Los métodos que deben utilizarse son los dinámicos, porque un método memorístico hace del alumno un autómata. Los métodos dinámicos, son principalmente aquellos donde el alumno, a la par del conocimiento teórico de la materia, tiene que actuar; por eso se les llama dinámicos (dinámica de grupo). Por ejemplo, mesas redondas, debates, concursos y otros, porque el estudiante debe ser un ente participativo y no estático. Hacer uso de los materiales en el aula, enseñar el uso del tablero y saber utilizar los textos oficiales (que deben ser de autores panameños) y otra clase de bibliografía. Tomar en cuenta que la palabra es necesaria, ya que no queremos estudiantes mudos ni desordenados en los salones de clases. El uso permanente de los implementos de trabajo, pedidos por el educador, son imprescindibles y serán constantemente revisados por las autoridades ministeriales, para que haya orden. El alumno debería poseer una carpeta personal, donde anote lo explicado en clases.

Todo docente aplicará varios métodos didácticos que él mismo puede crear, como las intuiciones, rondas infantiles y dramatizaciones, esos que utilizaban nuestros sabios maestros en la escuela primaria de antaño y otras formas novedosas, siempre pensando enseñar de manera entretenida y asumiendo que los estudiantes necesitan no frenos sino estímulos, como bien dijo Miguel Mejía Dutary.

Otros aspectos importantes que tomará en cuenta el educador desde el primer día de clases, son: la urbanidad, la presentación corporal y su propia vestimenta. La vestimenta adecuada es sinónimo de respeto, tanto a sí mismo como a los estudiantes, que son en todo caso, la razón de la enseñanza. El educador es modelo y educa también con el ejemplo, por lo que debe cultivar y trasmitir los valores humanos. Utilizará el idioma con cortesía y corrección. Demostrará sus conocimientos y sus buenos modales, porque debe ser uno de los protagonistas principales del salón de clases, en cualquier tipo de enseñanza.

Para que los educadores asuman seriamente su papel y tomen la iniciativa, tiene que haber mística, idealismo, no ser un educador sin vocación. Las vocaciones son fundamentales. Si no se tiene vocación, mejor cambie de profesión. No nos debemos olvidar de aquellos tiempo en que los educadores tenían sus asociaciones, no solo para estar pidiendo mejoras salariales, sino para mejorar la educación del país. Así tuvimos un Magisterio Panameño Unido, que aún existe, pero no es militante, la Asociación de Profesores de la República, que también está, pero no da pautas educativas nacionales. Ante el fracaso del ‘Panamá Bilingüe', orquestado por organismos internacionales o lo que es lo mismo, por Estados Unidos, debemos dejar esas pautas extranjerizantes de infiltración cultural y defender nuestras pautas nacionalistas, democráticas y humanísticas, establecidas en la Constitución panameña. En eso deben estar los educadores.

Esperamos que algunos de los conocimientos doctrinales aquí vertidos, puedan servir de acicate para que el educador inicie sus clases lleno de entusiasmo y estructurado correctamente para desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El educador, repetimos, es un agente de cambio y debe comprender que, como dijo Gregorio Marañón, su labor es como la del sacerdote y la del médico, una labor con vocación de servicio. Solo así estará inmerso en su función y en el sitial de respeto que le corresponde en una sociedad digna y si actualmente se le critica, es por no seguir estos preceptos. No hay que olvidar que lo importante es que, en educación, impere la verdad y la sabiduría.

DOCTORA EN EDUCACIÓN Y ESCRITORA.

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