• 16/01/2010 01:00

El año de las vicisitudes de Honduras (II)

Como la historia de lo acontecido en 2009 lo expone, es claro el fiasco del imperio bolivariano (Alba) en lo fundamental; no le valieron...

Como la historia de lo acontecido en 2009 lo expone, es claro el fiasco del imperio bolivariano (Alba) en lo fundamental; no le valieron ni los financiamientos a Zelaya, ni las grotescas provocaciones camorreras. Chávez y sus aliados no pudieron embaucar ni enyugar a los hondureños.

A propósito, el investigador y analista internacional Billy Joya, halló en los anales de la propia OEA, el estudio “ Comisión Especial de Consulta Sobre Seguridad ” de 1974, explicativo del proceso marxista leninista en Chile, y que sirve de referencia para empadronar la historia de lo actual, como estrategia escondida, porque el esquema estaba diseñado para aplicar a los países que fueran permitiendo ese enredo doctrinario, a la sombra de regímenes proclives, como en este caso el de Zelaya, pues a partir del momento en que Chávez llegó a Tegucigalpa a hacer firmar el tratado Alba, para sorpresa del mundo, pero, sobre todo del propio pueblo hondureño, su presidente proclamó: “ Mi gobierno ha dado un giro a la izquierda ”.

El diario Pravda (Moscú), publicaba en diciembre de 1963: “ los marxistas leninistas no conciben la política de coexistencia pacífica, que es la estrategia, como una maniobra para un período limitado, sino como una táctica para el lapso completo de la transición del social—comunismo a una escala mundial ”. El mismo establece como táctica de esa estrategia, lograr la paz general a todo costo, hasta tener la fortaleza suficiente para desarrollar dos objetivos, uno: ganar tiempo, que es esencial para conquistar la voluntad popular; en este caso, Zelaya, ya como presidente, estuvo durante tres años y medio saliendo todas las semanas en campaña proselitista a un costo superior a 5 millones de lempiras ($285,000) cada salida, dineros sacados del tesoro público, pero además, sin ningún soporte contable. Dos: explotar el discurso de desigualdades entre pobres y ricos, justificando la desgracia de unos sobre el bienestar de otros, y la promesa de justicia y equidad social, que serán las armas importantes en todas aquellas campañas sicológicas, para la conquista final. Es de agregar, la táctica reconocida de la infiltración entre los estudiantes, los sindicatos y los educadores, con la cual se cimenta y afianza tozudamente la Quinta Columna, cuyo objetivo final consiste en apabullar a quienes no comulguen con ese adoctrinamiento.

En 1971, Salvador Allende firmó como congresista, el Estatuto de Derechos Constitucionales, que garantizaba el respeto a la democracia en Chile. Ya como presidente, fue cuestionado por el activista comunista Regis Debrais en la revista Punto Final , quien le reprochaba ese antecedente, y Allende le contestó: “ lo acepté como una necesidad táctica para tomar el poder ”.

Son muy claras pues, tanto las partituras del marxismo leninismo, como las ejecuciones de la Alba con las que se pretende engatusar a Latinoamérica, para conducirla a la fosa irredenta de la pobreza y el atraso, de la cual, aun luchan por salir los países que por medio siglo fueron sojuzgados, hasta que cayó el Muro de Berlín, hace justo 20 años. Es que ese sofisma de “ la dictadura del proletariado ” sigue siendo el canto de sirenas que cautiva y aturde a las masas cándidas que aun, ante la historia, no pueden aceptar que las únicas ganadoras en tan enormes sacrificios populares, fueron las respectivas camarillas, siempre corruptas; tal cual lo están padeciendo ahora Ecuador, Nicaragua y Venezuela, y lo ha padecido por más de 50 años Cuba.

El señor Insulsa, sí dimensiona los antecedentes y los horizontes latinoamericanos, pero, en sus dictámenes, priva la pretensión de ser reelegido, y por lo tanto, no contempla la posibilidad de erguirse en rechazo a las incoherencias de Alba ni siquiera se expone a ser puesto por Telesur en la picota pública.

Para concluir, hasta la exclamación de Chávez: “ Han atacado a Alba por su flanco más débil ” es inexacta, puesto que nadie atacó a la Alba, más bien, esta falló al considerar que los pasos en la estrategia ya habían culminado, cuando aun no era tiempo de apretar la soga en el cuello de una nación que, por lo mismo, sacó los bríos emergentes de su pueblo, de sus poderes judicial y legislativo, y de las FFAA, para zarandear al Ejecutivo torcido. Con tal error, se le ha diluido a la pandilla del expansionismo bolivariano la posibilidad de arrebatarle ese precioso bastión a la democracia; el manjar que pretendían tragar de una dentellada, les resultó de roca, con lo que se propició aclarar las aguas, para que además la comunidad internacional, como en efecto ha resultado, pondere la verdadera realidad de la hidalga patria de Morazán, prócer que precisamente proclamó: “ La posteridad nos hará justicia ”.

*Profesor.profesorhector@hotmail.com

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