• 21/06/2023 00:00

Influenza aviar: desafíos para la salud y la seguridad alimentaria

“Entre octubre de 2022 y junio de 2023, se ha confirmado que 16 países de nuestra región están afectados por la IAAP: [...] (entre ellos) Panamá”

Más de 10 millones de aves han muerto o han sido sacrificadas en América Latina para controlar la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP). La presencia de la enfermedad en la región tiene un fuerte impacto en términos económicos, comerciales, sociales, de salud pública, de seguridad alimentaria y de conservación de las especies.

La IAAP es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta tanto a las aves domésticas como a las silvestres. Aunque con menos frecuencia, también puede afectar algunas especies de mamíferos y seres humanos.

Los expertos han informado que la enfermedad está causada por virus divididos en múltiples subtipos (H5N1, H5N3, H5N8, entre otros), cuyas características genéticas tienen capacidad de evolucionar con gran rapidez.

Esta situación es nueva en nuestra región.

Desde 1997 hasta la década de 2010, la cepa A (H5N1) del virus de la influenza aviar altamente patógena fue noticia, debido a la aparición de un gran número de brotes en aves de granja y silvestres en Asia y también por su potencial peligro como enfermedad zoonótica, es decir, que puede ser transmitida a las personas.

Ha habido otros brotes en América Latina antes, por ejemplo, en Chile en 2002. Sin embargo, los brotes anteriores no fueron tan intensos como los que están sucediendo ahora.

Entre octubre de 2022 y junio de 2023, se ha confirmado que 16 países de nuestra región están afectados por la IAAP: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Panamá. En algunos países, se han registrado casos en aves silvestres, de traspatio y de granja, así como animales mamíferos.

En humanos, hasta el 18 de mayo de 2023, se habían reportado 3 casos: el primero el 29 de abril de 2022 en EE. UU., el segundo en Ecuador, notificado el 9 de enero de 2023, y el tercero en Chile, notificado el 29 de marzo de 2023.

La presencia de IAAP en estos países es una amenaza para el estado de salud de ellos y de los territorios vecinos, ya que sin las medidas de bioseguridad adecuadas y una respuesta de emergencia efectiva, se pueden generar grandes pérdidas, debido a su alta capacidad de transmisión de campo a campo.

Hasta ahora, los brotes en aves de corral aún no han causado un grave impacto en los medios de vida de los consumidores, productores y en el comercio internacional; pero la velocidad de propagación ha puesto a los Gobiernos en estado de alerta máxima.

Sabemos que aún existen varios aspectos críticos de la emergencia de la IAAP que no han sido resueltos desde el punto de vista técnico; y, por otro lado, los recursos son escasos para atender todas las necesidades.

Desde el sector agropecuario, los países de la región producen el 20,4 % de la carne de ave y el 10 % de los huevos que se consumen en el mundo, por tanto, este sector es de gran importancia para el sustento de millones de pequeños y medianos productores agrícolas.

Además, no podemos olvidar que los productos de origen animal son importantes fuentes de proteína, y esa disminución del consumo impacta directamente la salud de la población y podrá amenazar la seguridad alimentaria y nutricional.

Actualmente, fuentes oficiales registran que el consumo de pollo en Latinoamérica para el 2022 fue de 33,67 kg por habitante. Los dos países que encabezaban la lista del mayor consumo de pollo fueron Argentina y Panamá, ambos con 48 kg.

Sobre el consumo de huevo en Latinoamérica, para 2022 se registraron 230 unidades por persona, en promedio; mientras que el consumo “per cápita” de este mismo producto en Panamá fue de 171 unidades en ese año, según datos de la Asociación Nacional de Avicultores de Panamá (Anavip).

Partiendo de este contexto, la región de América Latina y el Caribe debe tomar medidas inmediatas para prevenir, enfrentar y controlar la emergencia de la IAAP, entre ellas, fortalecimiento de la capacidad diagnóstica, mejorar las medidas de bioseguridad, implementar sistemas de detección temprana y de respuesta rápida a los casos sospechosos; la vigilancia de aves/animales domésticos y silvestres; implementar un sistema efectivo de compensación o indemnización a los productores afectados, el apoyo de los avicultores y a la cadena de valor avícola, la comunicación de riesgo, sensibilización y el trabajo intersectorial.

En Panamá, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y el Ministerio de Ambiente (MiAmbiente) han emitido varias resoluciones donde se prohíbe la movilización de aves, así como la suspensión temporal de los permisos de investigación científica que involucre la manipulación, colecta de muestras y/o traslado de material biológico; y, la movilización de material genético de origen avícola y otras acciones como medida preventiva ante esta situación.

En esta ruta, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) reiteramos nuestro compromiso a seguir coordinando, tanto con los servicios veterinarios oficiales (SVO) como con los ministerios de Agricultura, Ganadería, Medio Ambiente y Salud de los países afectados, incluyendo Panamá, con el objetivo de brindar apoyo técnico y logístico durante esta emergencia.

(*) Ana Riviere Cinnamond es representante de la OPS en Panamá; Adoniram Sanches Peraci, coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica y representante en Panamá y Costa Rica.
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