• 06/02/2023 00:00

Un inmortal latinoamericano

“[...] Mario Vargas Llosa tiene una cita, el próximo jueves 9 de febrero, en París”

A Francia el mundo le reconoce inmensos aportes a la cultura, a la literatura, a la arquitectura, a la gastronomía, al refinamiento y al hecho de haber sido cuna de nuestras libertades y nuestros derechos.

Con esa herencia, Mario Vargas Llosa tiene una cita, el próximo jueves 9 de febrero, en París.

L' Académie française fue creada en 1635 por el mecenas Armand- Jean du Plessis du Richelieu, duque de Fronsac, par de Francia y formidable estadista francés, cuando, bajo el reinado de Luis XIII, ya había sido creado cardenal a los 36 años.

Su imagen igualmente nos llega por su retrato más famoso, aquel que cubre su figura con el color del paño como príncipe de la Iglesia, por lo que la historia lo recuerda como la “eminencia roja”.

Los 40 académicos de Francia fueron previstos por el purpurado y político francés como vitalicios. Son “inmortales”.

La Academia francesa es el recinto de las luces francesas por excelencia, nada cambió hasta que el 25 de noviembre del 2021, quebraron la tradición de 388 años al abrirle la puerta, tras el fallecimiento del filósofo Michel Serre, a un intelectual extranjero distinguiendo a quien nació en el Perú que, siendo amante de Francia y de su literatura, nunca escribió en la lengua de Molière.

Un “écrivain du monde”, como lo describieron, el laureado se sentará junto a sus pares ocupando el sillón 18 dado que cada miembro ocupa el sillón numerado del fallecido.

Tras conocerse la noticia, la crítica francesa fue ácida e inmediata, los tiros venían porque no era francés, por su férrea militancia liberal, como buen converso. También encontró entre los franceses importantes defensores de la decisión del célebre colegiado que se impuso con 18 votos de los 22 miembros electores.

Obviamente, la decisión privilegió su prolífica obra traducida en más 30 idiomas. Según entendidos, el autor de la Ciudad y los perros ha sido impregnado de autores como Emma de Bovary, Gustave Flaubert, Victor Hugo, Albert Camus y Jean Paul Sartre, entre otros seguramente.

La crítica regresará el miércoles con ribetes de moralina.

Todo galardonado al ser incorporado, según las normas y tradiciones, puede extender invitaciones personales y Mario, fiel a personalidad, invitó al rey emérito de Estaña, don Juan Carlos de Borbón, quien le confirió por decreto real la nacionalidad española.

Días atrás, la secretaria perpetua de la Academia, Hélène Carrère d'Encausse, indujo al protagonista en los aspectos protocolares que son estrictos en usos, vestimentas y ornamento y Vargas Llosa leerá un discurso que ya ha sido exquisitamente traducido por quien en esos afanes lo sostiene en francés hace cincuenta años.

Han formado parte de la Academia Montesquieu, Colvert, Racine, Champertier, Sieyés, Corneille, Dumas, Mesnes, Copée, de Champagny, de Chateaubrind, Prevost, Toqueville, Taine, Saint Pierre, Victor Hugo, Pasteur, d'Alambert, Montalembert, De Polignac,Prévost de Palavort, Gizot, Dumas, De Condorcet, Lecomte, Poincoré, Maurois, Broudel, Lévi-Strauss Simone Veil, Revel, Robert Aron, Giscard D'Estaing y otros tantos, por citar algunos nombres con quienes el lector pueda identificarse.

Pero también otros tantos escritores superlativos que no ingresaron al recinto de la Academia.

Algunos murieron antes de que se “liberara” un sillón y otros porque no fueron considerados candidatos. Es frecuente que las alturas los celos y las pasiones se impongan por encima de la razón. También nos sucede a los pequeños...

Como Francia siempre es creativa, en 1885, el escritor galo Arsène Houssaye acuñó en 1895 la expresión “sillón 41”, pensando entonces y seguramente en Diderot, Honoré de Balzac, Descartes, Molière, Flaubert, Baudelaire, Émile Zola o en Marcel Proust.

En la región estamos acostumbrados a las opiniones políticas de quien aspiró a ser presidente del Perú, pero no deberíamos dejar que la mezquindad se empine por encima de la verdad y de los talentos. Por el contrario, debemos reconocer que, debiendo ser de los pocos que ha obtenido estos dos reconocimientos, sin duda enaltece la literatura latinoamericana.

Terminando, me parece oportuno citar dos fracciones del formidable discurso que ofreció cuando recibió el nobel de Literatura en el 2010 y que tituló: Elogio de la lectura y la ficción. La primera viene muy a cuento por la lacra que atraviesa y droga a nuestra región.

“Quienes dudan de la literatura, además de sumirnos en el sueño de la belleza y la felicidad, nos alerta contra toda forma de opresión, pregúntense por qué todos los regímenes empeñados en controlar la conducta de los ciudadanos de la cuna a la tumba la temen tanto, que establecen sistemas de censura para reprimirla y vigilan con tanta suspicacia y vigilan con tanta suspicacia a los escritores independientes”.

Tampoco podemos olvidar lo que retumba en las cabezas de miles de mujeres por doquier (y que sugiere cierta actualidad...), cuando refiriéndose a su esposa Patricia y mirándola dijo: “Y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios: Mario, para lo único que tú sirves es para escribir”.

Una biografía desapasionada cuando los mortales abandonemos este mundo pondrá las cosas en su lugar. Por ahora, un brindis por el nuevo “inmortal”.

(*) Peruano, PhD en Ciencia Política, experto en gobierno e internacionalista.
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