• 08/02/2024 00:00

Inteligencia electoral

Guardo la esperanza que los panameños sepamos contraponer a la inteligencia artificial, nuestra inteligencia electoral. Que no perdamos la capacidad de empatía que ninguna inteligencia artificial nos podrá satisfacer

Los valores republicanos están muy venidos a menos en las últimas décadas. Muchos de esos principios que se contrapusieron a las monarquías absolutistas y que sirvieron de inspiración para el nacimiento de nuestras repúblicas contemporáneas, se han ido diluyendo y tergiversando.

Tal vez a propósito de esa descomposición – no siempre fácil de percibir – fue que recibí la honrosa invitación de la Sociedad Bolivariana de Panamá, para dictar una conferencia orientada a la defensa y promoción de los valores republicanos, invitación que se concretó en su sesión del pasado mes de enero.

Bajo el título de “El sueño de una época: fundar repúblicas” compartí mis pensamientos sobre los principios republicanos a la luz de las ideas del Libertador Simón Bolívar. Por supuesto, que, en un esfuerzo de actualización, los traje al presente y cómo por distintos riesgos hoy están en peligro en varias de nuestras repúblicas.

Bolívar soñó construir un ideal republicano centralista y presidencialista, sustentado en la soberanía del pueblo, la abolición de la monarquía, la supresión de los privilegios, con un régimen de plenas libertades democráticas, clara división de poderes, proscripción de la esclavitud, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, separación de la Iglesia y el Estado, el imperio de la ley, otorgaba independencia absoluta al poder judicial para proteger los derechos individuales y garantizar el orden social y, aparte del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, propuso un cuarto poder, el Electoral.

De esas características sobrevendrían la libertad y la paz. Teniendo presente que un punto de partida fundamental para entender la proyección que da el Libertador a la república es su indisoluble relación con la libertad como requisito absoluto de la vida en sociedad, “libertad para la conservación de la virtud y la obtención de la patria de los justos” y la paz, como sustrato necesario para el ejercicio de la libertad.

Aquellas repúblicas que del brazo de Bolívar y de los ejércitos libertadores conquistaron su nacimiento, incluida la nuestra que es sucedánea de aquellas, hoy, viven algunos riesgos que bien identificados pueden ser conjurados pero, que, si no se evidencian, pueden ser la polilla que termine de carcomer los cimientos de nuestras repúblicas.

Uno de esos riesgos es la virtualidad y la inteligencia artificial. Con todas sus virtudes vienen sus grandes peligros. Quiero poner, en particular, este riesgo en el contexto del proceso electoral en que nos encontramos.

Recientemente, Freedom House, una organización no gubernamental fundada hace más de 50 años, que se dedica a investigar y promocionar la democracia, la libertad política y los derechos humanos presentó un informe sobre la libertad en la red (internet).

Una conclusión que afloró llamativamente fue “El poder represivo de la inteligencia artificial”, concretamente, “los gobiernos están aprovechando los sistemas automatizados y la inteligencia artificial (AI) para fortalecer sus controles de información y perfeccionar las formas de censura en línea”. Esto en términos generales.

En particular, lograron detectar que la llamada “inteligencia artificial generativa” se utilizó para intentar influir política y electoralmente en al menos 16 países en 2023.

Un énfasis especial viene dado por la capacidad – casi ilimitada – de las “deepfakes” de manipular imágenes, videos, audios y cualesquiera otros soportes digitales, sin requerir grandes esfuerzos, complejas tecnologías ni cuantiosas sumas de dinero.

Esta campaña electoral de 90 días será intensa, por momentos agobiante, ciertamente invasiva y abrumadora en contenidos provenientes de las distintas propuestas. Al mismo tiempo, exigirá de los ciudadanos un alto compromiso de ejercicio de sus responsabilidades. La evaluación de las opciones electorales a los distintos niveles también requerirá nuestra alerta para no ser engañados por una inteligencia artificial manipuladora y malintencionada.

Guardo la esperanza que los panameños sepamos contraponer a la inteligencia artificial, nuestra inteligencia electoral. Que no perdamos la capacidad de empatía que ninguna inteligencia artificial nos podrá satisfacer, para seguir preocupados por los valores republicanos y por el bien común, a la hora de votar.

El autor es abogado
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