Sobre Sarah Palin y John McCain

El escogimiento de Sarah Palin por John McCain para acompañarlo en la nómina presidencial republicana, confirma el inusual curso que la contienda tomó hacia los valores morales; un tema promovido por organizaciones religiosas y cívicas. Se trata del “value vote”, que llama a considerar valores que los políticos prefieren relegar al ámbito personal: el aborto, la eutanasia y la sexualidad, específicamente.

La importancia del “value vote” se fortaleció como reacción hacia movimientos de la ideología del género, corriente que los conservadores califican de subversivas. En EEUU, los conservadores luchan contra la legalización del aborto provocado, y los matrimonios homosexuales.

En estos puntos los candidatos mantienen posiciones opuestas. El demócrata, Barack Obama, y su acompañante sostienen una posición “pro-choise” —derecho a escoger—, y respalda los matrimonios homosexuales. Por lo contrario, McCain y Palin sostienen la posición “pro-vida” —anti aborto—, y a favor del matrimonio tradicional.

De modo que el escogimiento de Palin por McCain es consecuente con la posición de ambos en favor de los valores tradicionales, los cuales pueden considerarse realizados en la candidata, a quien se le reconocen honestidad, experiencia administrativa, y una firme postura contra la corrupción. Además, su vida personal es testimonio de esas posiciones éticas. Ha cumplido 20 años de matrimonio; y es madre de cinco hijos, el menor de los cuales, desde el vientre materno fue diagnosticado con el síndrome de Down, condición que fue aceptada “amorosamente”. En la convención del partido anunció también que su hijo mayor partirá hacia Irak como soldado, “para servir a su patria”. O sea, un ejemplo de típica familia norteamericana. Pero se dio una situación nada ejemplar: La hija soltera mayor de la pareja se confiesa embarazada de su novio. El suceso no podía ser más inoportuno. La noticia fue repetida por CNN más que las informaciones sobre los destrozos del huracán Gustav. En la convención, el excelente discurso de la candidata despejó dudas sobre su cuestionada capacidad política, y desvió la atención del embarazo impensado, condición ésta que fue aceptada por la familia Palin, junto al anuncio del próximo matrimonio de los traviesos jóvenes. La decisión debió añadir simpatías a la candidata, con quien probablemente se identificarán muchas mujeres y familias típicas norteamericanas.

McCain ha sido muy acertado en el escogimiento de Palin. Ella encarna el mensaje de valores tradicionales cristianos, los cuales han crecido en importancia en la sociedad política de estadounidense, con efectos y consecuencias globalizadas proporcionales al peso de ese país en el destino de la civilización occidental.