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- 02/06/2023 00:00
José de la Rosa Cedeño, gloria de la cumbia panameña
La música interpretada por los violinistas peninsulares en las primeras décadas del pasado siglo y especialmente en la región del Canajagua, sedujo a sus pobladores con las bellas melodías y por el gran sentimiento que les impartían estos diestros ejecutantes; lentamente fueron cautivando casi la totalidad del país.
El peregrinar de los violines con esta música, producto del magnífico gusto musical del campesino de la época, por todo el Istmo, dio lugar a que surgieran poco a poco, centros de diversión en toda la capital de la República, en donde se bailaba y disfrutaba de esta música.
Un poco antes de esta “época de oro del violín”, surgió, básicamente en lo que hoy es la provincia de Los Santos, un movimiento musical del que no existe parangón, con respecto a la cumbia panameña y por iniciativa de Francisco “CHICO PURIO” Ramírez, crearon una modalidad de cumbia llamada Danzón Cumbia; movimiento musical que fue acogido por la mayoría de los compositores y violinista de la época.
A este selecto grupo de músicos, muchos de ellos empíricos o “de oído”, se sumó el Maestro José de la Rosa Cedeño, quien nació en el corregimiento de La Palma, distrito de Las Tablas, provincia de Los Santos, el 7 de septiembre de 1907.
Durante las décadas de 1930 y 1940, el Maestro José de la Rosa, se convirtió en un sólido puntal de nuestra música de violín tradicional y uno de los más exquisitos compositores de cumbias y danzones cumbia.
En 1941, ya en la capital, interpretó sus temas en San Francisco de La Caleta, en el jardín Mojica de Pueblo Nuevo, en el jardín Tibiri Tabara de Río Abajo y en los centros más populares de la época.
Nos cuenta el licenciado Antonio “TOÑO” Díaz, en uno de sus escritos sobre el Maestro, que las primeras lecciones de solfeo se las dio su suegro Agustín Chanis y que, en 1930, recibió lecciones de violín impartidas por Ezequiel Villarreal González. Como es de suponer, sus composiciones escritas en el pentagrama fueron llevadas e interpretadas en acordeón y nos refiere el profesor Heráclides “KILLE” Amaya, estudioso de las ejecutorias musicales del Maestro de La Rosa, acordeonista, compositor e impulsador de concursos en honor al Maestro; que la primera pieza del Maestro, que se grabó en acetato, con acordeón fue Amorcito lindo, en el acordeón de GELO Córdoba y posteriormente, por Dorindo Cárdenas; ambos personajes inmortales de la cumbia panameña.
Las composiciones del Maestro aún son ejecutadas por artistas de la Cumbia de renombre, menciono como ejemplo: Pienso en ti, por Alfredo Escudero, Ramón Saldaña y Ceferino Nieto; La realidad y Me voy para Las Tablas, por Dorindo Cárdenas; Mal de amor (Mal de amores), por FITO Espino y Osvaldo Ayala. Dídimo Ureña, grabó Las Uvas. No tengo evidencia de la grabación discográfica de Recuerdo de la laguna, pero son varios los intérpretes de esta pieza, entre ellos Marcelino Guerra, pieza que fuera de las favoritas del Maestro. La primera composición musical del Maestro de La Rosa, en 1929, fue “El viejo liberal”.
El 6 de noviembre de 1969, se efectuó el primer homenaje a los compositores de la música tradicional, por supuesto, uno de los principales invitados fue el Maestro de la Rosa Cedeño, por ser uno de los que popularizó la música tradicional panameña, ejecutada en violín. Allí fueron mencionadas sus grandes creaciones como, Amorcito lindo, Recuerdo de la laguna, Pienso en ti, Me voy a casar mañana, Triste vida de un soltero, No importa y Mal de amor, entre muchas otras. José de la Rosa Cedeño es el autor de Me voy para Las Tablas, que fuera grabada por Dorindo Cárdenas. Hay quienes sostienen que su nombre original fue Me voy para La Palma, pero, por recomendación de sus amigos, le cambio el nombre por, Me voy para Las Tablas, porque así la pieza abrazaba todo el distrito tableño.
En el año 1986, por sus méritos musicales, el Banco Nacional de Panamá le organizó un homenaje en la Feria de La Chorrera. Durante la promoción cultural de los XI Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de 1970, realizados en Panamá, el licenciado TOÑO Díaz, organiza el primer homenaje a los compositores de música típica de todos los tiempos, entre ellos al Maestro de la Rosa.
El Maestro, fue miembro fundador de la Sociedad Panameña de Autores y Compositores (SPAC), razón por la cual esta organización emitió una resolución el día del fallecimiento del Maestro De la Rosa, en 1990; lamentando la pérdida de este gran violinista, firmada por el Arq. Carlos Della Togna, los vicepresidentes Antonio Díaz y Carlos Cleghorn Espino (los tres fallecidos) y el secretario general, José Caicedo.
Sus hijos, José de la Rosa Cedeño Jr. (JOSELYN) y Carmen (q. e. p. d.), ambos concertinos de la Orquesta Sinfónica Nacional, realizaron un álbum CD, de una excelente calidad tecnológica, con las mejores composiciones de su padre, interpretadas por José hijo, en su violín, quien le imprime ese sentimiento musical que recordaba de su padre. Aunque parece ser una edición limitada, porque no es de fácil adquisición, representa un legado musical invaluable para el futuro de la cumbia panameña que nos dejan el Maestro de La Rosa y su descendencia.
Con insistencia se habla de la construcción de un monumento muy merecido al Maestro, dedicado a su memoria, en su pueblo natal.