
- 02/09/2025 23:00
La imagen de los científicos a menudo los presenta como gente muy mayor que, llenos de canas, se dedican a estudiar complejos fenómenos y a formular teorías o desarrollar pesquisas sofisticadas para descubrir o generar nuevos procesos e inventos. Es difícil imaginarse a un joven que parado tras un microscopio en un laboratorio impulse la indagación para encontrar respuestas a problemas que se ha planteado.
Sin embargo, hay casos de figuras juveniles que se involucran en iniciativas que revolucionan no solo la tecnología, sino también una realidad que perdura por tradición. Por ejemplo, mucho de lo que ha despuntado en las redes sociales proviene de individuos que apenas han salido de los estudios básicos. Ellos revolucionan la dinámica que llevan ciertos procesos y con sus aportes dan saltos que en ocasiones cambian la historia.
La joven peruana Luciana Tenorio inventó una vestimenta que controla la radiación con una combinación de aluminio y algas marinas. La organización Mars Society ha instalado en el desierto de Utah, Estados Unidos, un laboratorio donde experimenta con esa estructura para aislar los rayos ultravioletas; son nuevos pasos en la conquista del planeta Marte, gracias a la iniciativa de la inventora, egresada de la Universidad Ricardo Palma de Perú.
Otros casos semejantes hacen pensar en cómo la formación o educación contribuye a crear estos genios, quienes temprano se adentran en los espacios científicos. National Geographic expone que en la antigua Grecia se aplicaba el concepto de Paideia en la formación escolar. Su objetivo “no era la mera instrucción profesional, sino que perseguía una aspiración más ambiciosa, la de formar a ciudadanos perfectos a través de una enseñanza integral”.
En un reportaje de Fundación Aquae, Lluís Jurado, tutor de los ganadores del certamen español del Stockholm Junior Water Prize (SJWP) 2020, explica la importancia del pensamiento científico en los jóvenes: “La ciencia es vital e interesante, a pesar de que algunos jóvenes la encuentran difícil, lo que provoca que opten por no complicarse la vida y pierdan el interés por esta disciplina”.
El colegio Las Esclavas considera particularmente estas ideas y anualmente organiza un programa denominado Expociencia, una gran feria en que los estudiantes preparan proyectos y se sumergen en teorías y prácticas de laboratorio para construir propuestas que contestan las interrogantes que se han planteado a medida que estudian la ciencia. Por lo general, se aplican a la vida cotidiana o a actividades productivas en diversas disciplinas.
La estudiante del décimo segundo nivel y presidente del comité organizador de Expoferia 2025, Catherine Minghelli, plantea que el objetivo es “incentivar a crear proyectos de ciencia. Todos tienen un nivel social y procuran una ayuda y despertar el conocimiento y curiosidad de cada estudiante”. Este año se han presentado unos 32 trabajos que elaboraron grupos estudiantiles de todos los niveles de la secundaria del colegio.
Hay diversidad en los proyectos elaborados por los jóvenes. La directora del plantel educativo, Sandra García, la coordinadora académica Juana Rueda, y la profesora Astri Pérez, han orientado a los visitantes de esta feria. Ellas han resaltado el gran esfuerzo y el ingenio que han demostrado los estudiantes, no solo por el nuevo conocimiento alcanzado, sino en la aplicación, como aquel de generar colores con plantas para teñir telas.
Un grupo logró hacer germinar unas semillas con la utilización de la técnica de goteo, que se logró con una manguera con agujeros. Otros produjeron energía eléctrica con una bobina impulsada por una rueda hecha de cucharas que se movía con el agua. Otros lo consiguieron con impulsos sacados de las bacterias en el lodo. También hubo la producción de alimentos preparados con materias primas naturales sin la presencia de gluten.
Estos emprendimientos fueron ejercicios de lectura, indagación y empleo de procedimientos científicos que contribuyen a que los jóvenes estudiantes modifiquen patrones de actuación, a través de otras maneras de pensar y resolver circunstancias que surgen en la cotidianidad. El trabajo de ellos es una simiente que debe tener un seguimiento para convertirlos en ciudadanos ejemplares.