• 22/08/2014 02:00

Cuarto juego de esclusas

Esto ya dista de ineptitud. Simple y llanamente, el Canal hoy administrado a manos de figuras oligárquicas de antaño 

Transcurridos pocos meses desde que en diciembre pasado, improvistamente, la ACP informó sobre el inconveniente de una demanda de parte de GUPC por sobrecostos de USD1,600 millones en la construcción del tercer juego de esclusas. Entretanto, sin estar resuelto definitivamente el mencionado desacuerdo, su avance aparentemente prosigue normalizado. Al momento, según expectativas, se prevé que entrará en operación hasta el año 2016.

Sin resolver el escollo de modo concluyente aún, insólitamente el ing. Jorge Luis Quijano, administrador de la ACP, ha declarado públicamente que emprenderá estudios para la construcción de un ‘cuarto juego de esclusas’. ¿Por qué una decisión tan precipitada, e incurriendo en evidentes trazos de irresponsabilidad, se echa a cuestas éste sin siquiera disponer certeza de lo que tras sí depara la resolución de tan expectante conflicto?

Parece que es fácil de comprenderse. Tan solo en julio pasado, en efecto, ya se anunció la construcción de otro Canal por Nicaragua de parte de HKND Group, a partir de diciembre próximo. Su capacidad por tránsito de buques rebasa ampliamente los 14 000 TEU que como tope máximo comprende el tercer juego de esclusas actual. ¡Ah!, entraña pues a una disputa entonces por competencia, ¿no es así? Responder a esto ya no zanja nada fácil.

Para una aclaración. Desde un origen, luchando contra viento y marea, EE UU agenció la construcción del Canal, para cuyo efecto entronizó en Panamá un enclave colonial que perdu ró un siglo. Su objetivo consintió tanto en su operación como de erigir, asimismo, un sistema de defensa descomunal, nombrándolo ‘South Command’, que sirviera a la expansión de su acumulación de capital y combinadamente instaurar una posición hegemónica internacional. En su lugar, la administración del Canal por la ACP, después de su reversión al Istmo (2000), cumple a un objetivo diametralmente opuesto. Estrictamente, servir de plataforma del desarrollo istmeño al desembarazarse de inscribir comercialmente el Canal ‘on nonprofit basis’, como en su epifanía lo dictara el gobierno estadunidense. En rigor, la ACP que lo administra, preclaramente declara su objetivo: con fin de lucro; por cuanto deposita los ingresos adicionales en las arcas del Erario nacional.

Sin embargo, dispuesta la reversión del Canal a manos istmeñas, hace poco más de un lustro, por medio de un referéndum amañado (2006), aceptóse la ‘ampliación’; la cual, como hasta hoy se ha mantenido oculto, resuelve antieconómica. Es decir, cuya inversión discurre en mayor medida por cuenta de los ingresos que percibirá el viejo Canal, dado que en tanto los otros no actúan para amortizarla. Mas, sin siquiera importunar, repentinamente se anuncia el estudio para un ‘cuarto juego de esclusas’. Sobreentendido que no habrá de correr entonces otra suerte distinta. ¿Por qué?

Esto ya dista de ineptitud. Simple y llanamente, el Canal hoy administrado a manos de figuras oligárquicas de antaño, a su imagen y semejanza se le aprovecha como botín mientras para su peculio personal; nada nuevo bajo el sol.

*DOCENTE UNIVERSITARIO.

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