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- 16/12/2025 00:00
La cuestión Malvinas: una situación colonial particular
Este 16 de diciembre se cumplen 60 años de la adopción de la resolución 2065 (XX) por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas respecto de la cuestión de las Islas Malvinas. A través de esa resolución la comunidad internacional reconoció formal y expresamente la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido respecto a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes que, en adelante denominó “cuestión de las islas Malvinas” e invitó a ambos países a negociar para encontrar una pronta solución pacífica a la controversia.
De ese modo quedó claro que la cuestión de las Islas Malvinas involucra una situación colonial especial y particular, porque su descolonización debe alcanzarse mediante la solución de la disputa entre sus dos únicas partes (la Argentina y el Reino Unido) y no a través de la libre determinación, como en los casos coloniales tradicionales. Esta invitación de las Naciones Unidas a la Argentina y al Reino Unido a llevar a cabo negociaciones sobre soberanía, teniendo en cuenta los intereses de la población de las Islas Malvinas, fue renovada posteriormente por otras resoluciones de la Asamblea General y se continúa haciendo, año a año, a través de su Comité Especial de Descolonización. Todas las resoluciones sobre la cuestión de las Islas Malvinas hacen referencia expresa a los intereses –y no a los deseos de los habitantes de las islas–, excluyendo así la aplicación del principio de libre determinación.
Luego de la adopción de la resolución 2065, en 1966, la Argentina y el Reino Unido llevaron a cabo, por primera vez desde el inicio de la controversia (1833), un periodo de negociaciones, que se extendió hasta 1982. Sin embargo, desde esa fecha el Reino Unido ha desconocido el llamado de la Asamblea General y de numerosos foros internacionales y regionales que exhortan a la reanudación de las negociaciones entre ambos países, y lo hace invocando erróneamente el principio de libre determinación de la población de las Islas Malvinas.
La Asamblea General de Naciones Unidas en ninguna ocasión se hizo eco de la posición británica, y en 1985 expresamente rechazó dos enmiendas británicas que procuraban introducir referencias al principio de libre determinación. Claramente las Naciones Unidas no reconocen que la población que habita las Islas Malvinas (aproximadamente 3,500 personas), sea un pueblo colonial. En concreto no se trata de un grupo humano étnico y culturalmente diferente del Estado ocupante (Reino Unido). No hay entonces un poder que subyuga y otro que se somete dando lugar a un pueblo colonial o un pueblo sometido a una dominación extranjera.
Las Malvinas son argentinas porque la Argentina sucedió a España en la soberanía sobre esas Islas por el principio de sucesión de Estados en materia territorial, conocido como uti possidetis iuris de 1810.
Las Islas Malvinas formaron parte del área bajo jurisdicción de España desde los primeros instrumentos internacionales que delimitaron el “Nuevo Mundo” poco después del descubrimiento de 1492 en el Atlántico Sur. Por otra parte, en la segunda mitad del siglo XVIII, España se opuso firmemente a los intentos de Francia y el Reino Unido de crear un establecimiento en Malvinas. Desde entonces se cristalizó la ocupación efectiva de España. Las Islas Malvinas permanecieron entre 1767 y 1811 bajo la administración efectiva y exclusiva de España que ejerció su soberanía de forma continua, pública, pacífica y de buena fe.
El gobierno argentino entró en la sucesión de todos los derechos que tenía España sobre esos territorios y ejerció actos de dominio sobre dichas Islas, sus puertos, costas y espacios marítimos desde 1810. Gran Bretaña no manifestó oposición ni pretensión alguna a las Islas Malvinas en todo este período, ni en el proceso de reconocimiento del Estado argentino por parte del Reino Unido, que culminó con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación de 1825.
En 1833 el Reino Unido, mediante un acto de fuerza violatorio del derecho internacional, las usurpó quebrantando la integridad territorial argentina. Desde entonces los sucesivos Gobiernos argentinos han protestado esa ocupación ilegítima. Además de las Naciones Unidas, distintos organismos y foros internacionales emiten pronunciamientos sobre la cuestión de las Islas Malvinas ya sea pidiendo la reanudación de las negociaciones para la solución pacífica de la controversia (la OEA, G77 y China, las Cumbres iberoamericanas, las Cumbres América del Sur-África , y las Cumbres de Países Sudamericanos y Países Árabes, la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, y la Organización Latinoamericana de Energía (Olade)) e incluso apoyando los derechos soberanos argentinos (Celac y Mercosur). Asimismo, el apoyo a la posición argentina se ha manifestado en numerosas declaraciones bilaterales de todos los países de América Latina.
Panamá ha sido históricamente uno de los países más activos en el apoyo a la Argentina en su reclamo de soberanía. A 60 años del llamado de la Comunidad internacional para poner fin a la disputa respecto de la cuestión de las Islas Malvinas, la Argentina renueva el llamado al Reino Unido para reanudar las negociaciones para resolver una disputa que lleva 192 años y poner fin así al colonialismo en América del Sur.