• 23/08/2025 00:00

La ética y la integridad de los servidores públicos

Al inicio del año 1990, se dan los primeros impulsos para promover en nuestro país una política de conciencia ciudadana, hacia una conducta ética en el desempeño del ejercicio de los cargos públicos, con la elaboración un documento intersectorial de alto nivel para dar los pasos iniciales que pretendía impulsar y garantizar a los ciudadanos una conducta ética y trasparente de los servidores públicos.

Luego nace a la vida jurídica la creación del Decreto Ejecutivo 13 del 24 de enero de 1991 del Ministerio de la Presidencia al inicio de la gestión de Guillermo Endara Galimany y se dan así, los Principios Éticos de los Servidores Públicos, los cuales declaraban su convicción de conducirse conforme a los más elevados principios de honestidad, moral, intelectual y material en el ejercicio de su responsabilidad pública, como un instrumento jurídico y moral de efectivos postulados de los funcionarios.

En el año 2004, se crea el Código Uniforme de Ética de los Servidores Públicos para aquellos que laboran en las entidades de Gobierno Central, con fundamento en el artículo 27 de la Ley 6 de enero de 2002, que dicta normas transparencia en la gestión pública, establece la acción de Hábeas Data y dicta otras disposiciones y deroga el Decreto Ejecutivo de enero de 1991.

Bajo la premisa anterior cada institución tiene diferentes códigos de ética, sin embargo, es importante tener presente que al aceptar un cargo público, para cualquier ciudadano, debe representar un digno reconocimiento y ejercerlo con decencia y decoró, porque, se deben respetar las leyes bajo un principio de legalidad que se le ha confiado de buena fe, el encargo de bienes públicos que pertenecen a la sociedad, pero no solo eso sino, que su comportamiento debe ser un ejemplo digno para la población en general.

La falta de valores en la sociedad y la estigmatización de que en las instituciones públicas no se trabaja y por ende los salarios no van de acuerdo a la meritocracia tal como señala la constitución, es algo que debemos procurar mejorar, existen personas bien preparadas que prefieren no aceptar cargos públicos por lo que representa poner en juego su prestigio y reputación, y la remuneración económica en algunas posiciones, no va acorde al cargo.

No obstante a lo anterior, hoy uno de los principales objetivos de las autoridades es prevenir y perseguir la corrupción tanto pública como privada, por tanto, deseo destacar la importancia de la ética y la transparencia e integridad de los servidores públicos que al momento de aceptar el cargo conociendo el salario, las funciones y la transparencia e integridad que le debe caracterizar, no debe existir excusa alguna para mantener un comportamiento ético e integro en el desempeño de sus funciones, sin procurarse su beneficio.

Los servidores públicos deben actuar con absoluta probidad, rectitud y honradez, gestionando siempre satisfacer el interés general y desechando todo provecho o ventaja personal. Considero que la ética debe estar siempre presente en la gestión pública para asegurar las políticas públicas y las decisiones de las autoridades estén siempre orientadas al bien común y a los mejores intereses de la nación, bajo o los principios de trasparencia y equidad que debe garantizar la función de estado.

Para optimizar el desempeño de los servidores públicos estos deben capacitarse para el mejor desempeño de sus funciones, procurando no involucrase de ninguna manera en actividades, no compatibles con el desempeño de sus funciones, ni bajo ninguna circunstancia procurarse beneficios o ventajas por el ejercicio del cargo.

En este contexto, es importante redoblar esfuerzos para garantizar la ética pública de los funcionarios a través de una legislación adecuada a la época actual o contemporánea, sin menoscabo que nuestra legislación penal que no es la única norma que apunta a perseguir y prevenir los actos de corrupción.

La corrupción se ha convertido en un problema público, al cual debemos promover medidas de prevención desde la educación básica, media y premedia para que nuestros futuros líderes los estudiantes de hoy durante su crecimiento, tengan una conciencia ciudadana, fundada en valores y pleno conocimiento de la importancia de la integridad y la ética cuando se ejerce la función pública.

Un servidor público debe tener además de la vocación de servicio una cultura de formación de responsabilidad y de dignidad ciudadana para comprender el honor que representa servir al Estado y debemos comenzar a trabajar todos juntos para que el Código Uniforme de Ética de los Servidores Públicos se convierta en una ley con mayor jerarquía jurídica y mayor efectividad en caso de su incumplimiento, así como también actualizar la legislación vigente en materia de corrupción.

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