• 14/04/2010 02:00

Entuerto legal

Cuánto desperdicio incierto y envuelto en una marea innecesaria del derroche con sofisticada sapiencia, abultados sueños inconclusos de ...

Cuánto desperdicio incierto y envuelto en una marea innecesaria del derroche con sofisticada sapiencia, abultados sueños inconclusos de futuro incierto, en choque con la realidad agravante por el tema de la seguridad, esquinada a la cruenta represión de reiterada inversión de impuesto, en la compra de cámaras públicas, aumento del pie de fuerza, más armas y vituallas, entrenamientos para reprimir, leyes para suprimir derechos frente a la galopante delincuencia y al aumento de crímenes que desembocan en asesinatos.

En el intento por atajar el río de violencia, nos concentramos en la represión como la única medida, craso error, hay experiencias de fracaso rotundo en otras latitudes. La violencia no se contraataca, si la corrupción señorea erguida en su casta toga de moral aparente. —¿Qué podemos hacer?— Es costoso el proyecto presidencial de interrumpir la comunicación telefónica inalámbrica en las cárceles, cuando lo más fácil es instalar cámaras dentro de todo el recinto carcelario y de ese modo detectar a los corruptos facilitando favores por dinero.

Pero es que lo ideal sería, prevenir el delito y en los extremos, rehabilitar al delincuente, claro que estas dos vertientes son costosísimas y menos hay voluntad para darle a cada cual lo que le corresponde dentro de esta sociedad, por eso tenemos de una parte, los que todo lo tienen y no quieren compartir con nadie y por la otra, ese tropel de impacientes necesitados, que en su desesperación cierran calles, trafican drogas o se dedican al mal vivir.

Si en el más bajo estrato social, te ponen un diente de oro, las orejas tienn huecos donde cuelgan los aretes de fantasía, te vistes, camina, calzas y actúas de una manera rakataca, no tiene la menor probabilidad de surgir; estás destinado a ser buhonero, albañil y afines, ladrón, conductor de bus; asaltante, rapero, traficante, artista, cantante, si por la facha en ningún lugar te aceptan. ¿Qué hace la sociedad civil organizada, clubes cívicos y afines?...Pregúntales.

La seguridad está dentro de nosotros, la inseguridad la provocamos todos. Cierto que debemos contrarrestar con la ley, pero inteligente. No podemos aumentar las penas a 30 y 50 años porque no vamos a acabar de construir tantas celdas para alojar la añeja población creada. Busquemos sabias salidas intermedias a corto plazo. Las armas de fuego hay que contenerlas.

Las penas deben ser sobre 10 años para quien las cargue sin permiso; 12 años si están limadas y 15 años si además las disparan en vía pública.

Claro que no queremos que se aplique el fenómeno de la guillotina, que utilizaron contra el hombre que la inventó.

Esta ley de control de arma de fuego, debe estar debidamente regulada para que los enemigos sempiternos, no siembren armas y los inocentes paguen el antojo de los desalmados. Por ello, la tenencia de las armas, debe ser debidamente comprobadas, con la aplicación de una verdadera flagrancia, con la práctica de las pruebas y no como han hecho con la Ley 22 de 15 de mayo de 2007. Si bajamos los niveles de muerte por arma de fuego, mediremos la disminución o el aumento de otras muertes inducidas con otros objetos, para seguir en la regulación y bajar los índices. Así combatimos el problema y buscamos soluciones. Seguiremos con estos planteamientos..

*El autor es abogado y docente universitario cherrera255@hotmail.com

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