• 26/10/2021 00:00

Letras de oro

“¿Tendrá que ver que el flamante ministro consejero, José Alejandro Rojas, sea primo hermano del director ejecutivo en Panamá de First Quantum, Manuel Aizpurúa Rojas?”

Les voy a hablar de minería, trampas, ilegalidades y violaciones a la Constitución y otras hierbas. Antes, quiero aclarar algunos conceptos:

Hay ciudadanos que tienen el honor de prestar servicios al país en las instituciones que administran el Estado. Unos lo hacen por un tiempo, otros hacen del servicio público una prestigiosa carrera. Siempre hay oportunidad de escribir con letras de oro su gestión institucional. Hay muchos ejemplos de eso.

Otros hacen carrera en la empresa privada y también tienen la oportunidad de escribir su nombre y su legado en letras de oro, junto con otros, creando un ciudadano corporativo que da empleos, paga impuestos y genera riqueza para sus accionistas y bienestar para sus colaboradores.

Ahora, a lo que vamos:

Lo que ha ocurrido con la minera canadiense First Quantum Minerals, Minera Panamá o Cobre Panamá y los dos últimos Gobiernos, llama la atención por ser exactamente lo contrario a lo que describimos del ideal institucional y corporativo. Es un ejemplo de cómo no se deben hacer las cosas.

Durante años, funcionarios de los Gobiernos de Martinelli y de Varela, y ejecutivos de First Quantum se dedicaron, los primeros al servicio de los segundos, a manipular la Ley, a perseguir, coaccionar y amenazar gente que solo pedía el amparo de sus derechos, propios de cualquier ciudadano.

First Quantum, además, con un contrato leonino en el puño que le permite darle dos centavos al país de cada dólar exportado en minerales y no pagar impuestos de ninguna clase, como el resto de las empresas y ciudadanos, quería más… y más… y más…

Presidentes de la República, débiles de carácter, ministros igualmente complacientes, que disimulaban con arrogancia, altanería y arbitrariedades, su posible debilidad ante los dólares y el poder de la minera.

En vez de dedicar sus talentos y sus esfuerzos al servicio del bienestar del pueblo, lo hicieron para hacer negocios particulares, que curiosamente coincidían con los negocios de la minera.

Hoy, sin el descaro de los anteriores, hay cosas que tienen un tufo a pescado podrido, pútrido, dice el Diccionario de Sinónimos. Por ejemplo: la no publicación del fallo del 13 de diciembre de 2017, que echó por tierra el Contrato Ley de 25 de febrero de 1997, el cual sustentaba la operación en Panamá de First Quantum.

First Quantum, Minera Panamá, Cobre Panamá o como quiera llamarse después, exporta miles de millones de minerales, sin ley. Lo hace de su forro y el de ciertos funcionarios que se creen estar por encima de la Ley. Ojo, eso se paga después.

Lo que corresponde es que paren la máquina y empiecen a arreglar las cosas bien, como debe ser.

El país requiere transparencia de sus funcionarios. ¿Quién quiere proteger a First Quantum? ¿Quién ordenó la no publicación del fallo de la Corte Suprema de Justicia que debe hacer por mandato de la ley el Ministerio de la Presidencia? Es obvio, que el que tuvo el descaro, osadía y dudosa valentía de detener en seco la Ley, tiene que ser alguien muy poderoso. “Mono gordo”, le llama la gente cuando el poder público se usa para mal.

¿Tendrá que ver que el flamante ministro consejero, José Alejandro Rojas, sea primo hermano del director ejecutivo en Panamá de First Quantum, Manuel Aizpurúa Rojas? Si uno quiere pensar mal, tiene todo el sentido del mundo. ¿Así se manejarán los asuntos nacionales? Estos dos ¿será que quieren escribir sus nombres en letras de oro en la historia nacional? Pero, ¿qué querrán que escribamos de ellos los panameños?

Mejor publiquen ese fallo y empecemos, de una vez por todas, a hacer las cosas bien.

A todos nos conviene. A la misma First Quantum Minerals, porque se comportaría como una empresa propia de un país serio e institucional como Canadá. Y a Panamá, le daría la oportunidad de, finalmente, aprovechar en igualdad la riqueza de sus recursos.

Abogado en ejercicio.
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