• 02/04/2014 02:00

Licor, una droga mortífera

La droga que más personas mata en el mundo es el alcohol en forma de licores; sin embargo, es legal.

La droga que más personas mata en el mundo es el alcohol en forma de licores; sin embargo, es legal... igualmente, en todo el mundo. La problemática de las drogas dio mucho qué hacer al terminar el 2013. Uno de los casos que causó sensación fue la legalización de la marihuana en Uruguay. Este país se convirtió en el primero del mundo en legalizar esa droga.

El Parlamento uruguayo aprobó la ley con 16 votos a favor y 13 en contra. Y no es que la marihuana no haga daño, pues es una droga muy dañina.

Entre otras cosas, disminuye el funcionamiento intelectual, al causar dificultad para pensar y solucionar problemas; las personas no pueden percibir bien la realidad, afectando la memoria, la capacidad de aprendizaje, por lo que está muy asociada al fracaso escolar.

Sin embargo, más que la marihuana y la cocaína —como decíamos arriba—, el alcohol en forma de licores es la droga más mortífera del mundo; sin embargo, es legal en todas partes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 30 % de las muertes violentas está relacionado con el alcohol.

Por otro lado, según el Banco Mundial, dentro de las 15 naciones donde mayormente se dan muertes a causa de las bebidas alcohólicas están Colombia, que encabeza la lista —a nivel mundial—, seguida de El Salvador, Guatemala, Venezuela y Brasil. Las otras son: Ecuador, Paraguay y Panamá (¡sic!).

Según el Banco Mundial, en estos países no existen programas de prevención sobre el consumo de bebidas alcohólicas. Las personas se inician en la mortal droga a los 12 años, por lo que se deben abrir campañas de prevención desde las escuelas primarias. Las muertes violentas por causa de las bebidas alcohólicas, se dan más en los países pobres, nos dice un informe del BM, e incluyen violencia interpersonal o agresiones (homicidios), accidentes de tráfico, etc. Otras muertes debido a la ingesta de bebidas alcohólicas son las causadas por enfermedades, tales como la cirrosis hepática, el VIHS, etc. Con la expedición de leyes, la puesta en función de programas educativos e informativos, se puede ir corrigiendo el problema. Manos a la obra.

EDUCADOR

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