• 03/07/2015 02:00

Del llenado de esclusas

Tiempo atrás, la soberanía del istmo incrustose maniatada ya a los premonitorios resultados de la ‘ampliación' del Canal

Retumbando ominosamente, durante el pasado mes de abril el FMI dirigió un llamado a Panamá por evitar incurrir en un gasto público desenfrenado. Comoquiera, al actual mandatario pareciese que a palabras necias, oídos sordos. Contraponiéndolo, ostenta la intransigencia de elevar consigo el déficit público, rebasando la responsabilidad fiscal del 2 %, hasta encumbrarlo muy por encima del 3.5 %.

El Gobierno actual muéstrase refractario. Rechaza percatarse adonde la lesión patrimonial del erario por el corrompido Gobierno anterior corona no solo descomunal. Primordialmente presagia una catástrofe sin parangón. Ni siquiera enfunda un problema de calificación de riesgo del país, sino sobre todo amenaza el destino soberano del istmo.

Tiempo atrás, la soberanía del istmo incrustose maniatada ya a los premonitorios resultados de la ‘ampliación' del Canal. La enorme catástrofe que sobre esta pende no es consecuencia nada más que de su inversión real rebasa escandalosamente a la original, al menos más del 40 %. Que Panamá deberá sufragar, quiera o no.

De antemano, esta encrucijada hubo trascendido ya cuando se enfatizara que, tras su operación, el impacto de la salinización del Gatún sobrevendría inevitable. Por cuanto indispensablemente se requeriría de nuevos y mayores embalses para frenarla. Se yuxtapondrá a la Cuenca Hidrológica del Canal que sucumbirá a la salinización y, tras sí, de un impacto ambiental irreversible. La construcción previsible de nuevos embalses impondrá otra mayor inversión, estimada en alrededor de $15 mil millones.

Irresponsablemente, en lugar de que la ACP vociferara acerca de emprender estudios sobre un cuarto y hasta quinto juego de esclusas, sin dilación, debería enfocarse ante la necesidad acuciosa sobre nuevos embalses. Cuando las mentiras del Sr. Torrijos y el Ing. Alemán Zubieta, a la sazón presidente de la República y director de la ACP, respectivamente, en referencia sobre la promesa de derogar la Ley 44, jamás se consumó. Previsto que permite a la ACP libre albedrío al destino de estas fuentes hídricas.

A buen entendedor, pocas palabras. Lo que intentamos poner de manifiesto ahora es cuando la estricta vigilancia de las finanzas públicas, mientras resulta indispensable. Anunciadas las necesidades futuras que se impondrán entonces al enfrascarse la inversión por nuevos embalses. Asimismo, trascenderá a elevar drásticamente entonces la deuda externa, cuando imprudentemente el Gobierno hoy despilfarra. Coloca en grave riesgo, pues, el destino soberano del istmo. Entrevisto que sin la salvación del lago Gatún, cuanto como evidencia discurre empotrada la salinización del lago Miraflores, dondequiera no podremos resolver después la debacle ya cernida sobre el Canal.

La advertencia providencial del FMI, sobre la vigilancia del gasto público, recomienda disponerse de una provisión especial para enrostrar cualquier coyuntura adversa futura. Mas no resuelve en vano. Abruptamente, el exmandatario Sr. Martinelli endeudó exorbitadamente nuestras instituciones públicas. Entretanto, el presidente Sr. Varela, de no corregir el enrumbamiento de las finanzas públicas, la historia lo responsabilizará. No cejará achacarle el derrumbe presagiado de nuestra soberanía, que por un siglo hemos luchado por conquistar.

DOCENTE UNIVERSITARIO.

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