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- 31/05/2014 02:00
Maestro
Hace más de dos siglos decía don Simón Rodríguez, maestro de Bolívar, que ‘el título de maestro debe darse solo al que sabe enseñar, esto es, al que enseña a aprender y ayuda a comprender’. Con anterioridad Plutarco advertía que ‘las almas no son vasos que se llenan, sino velas que se encienden’. A pesar del tiempo transcurrido, las dos sentencias citadas mantienen plena vigencia. Actualmente, el doctorDaisaku Ikeda, escritor y filósofo japonés, presidente de la organización budista Soka Gakkai Internacional, SGI, fundador de la Universidad Soka en Tokyo y de muchas escuelas primarias y secundarias inspiradas en la creación de valores ha señalado que en educación se requieren dos principios fundamentales: comunicación y fusión del conocimiento con sabiduría, haciendo énfasis en la estrecha e importante relación que debe existir entre maestro y discípulo.
De allí que la función de maestro esté revestida de gran responsabilidad desempeñada con marcada vocación de servicio en la formación integral de niños, jóvenes y adultos. No se trata de simples dictadores de conocimientos exigentes de pensamiento convergente, sino de verdaderos estimuladores del análisis, del raciocinio, del pensamiento lógico y divergente dentro del marco de los valores fundamentales de la convivencia y del respeto y protección al ambiente. En un mundo de gran desarrollo tecnológico en los medios de la comunicación y acumulación y difusión del conocimiento se requiere con mayor urgencia el desarrollo de las capacidades cognitivas para que los individuos puedan distinguir lo científico, racional y verdadero de lo aparente, falso y engañoso.
Paralelamente, hoy más que nunca, ante la degradación de los valores de la cultura promovida por los innovadores medios de comunicación, los maestros estamos obligados a rescatar, estimular y fortalecer la parte valorativa del ser humano, todo ello dedicando la debida atención al desarrollo del aspecto físico o corporal del individuo.
Para lograr el perfil de ese maestro, que las circunstancias actuales reclama la nación, es menester que se exijan requisitos rigurosos de ingreso a los aspirantes a los estudios magisteriales y se dicten en forma activa y participativa a docentes en ejercicio cursos de actualización en metodología, principios de comunicación educativa, evaluación y filosofía de la educación. La juventud panameña merece educación de calidad que no puede ser negada anualmente por huelguistas profesionales.
EDUCADOR