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- 11/01/2012 01:00
El maestro de la agronoticia
‘ Esto es muy reciente. Yo diría que si hablamos de hoy, globalmente en los medios de comunicación hay una sensibilidad hacia este conjunto de problemas; sobre todo en los más serios’, nos decía Ignacio Ramonet, redactor y exdirector de Le monde diplomatique en referencia a la presencia del tema ambiental en la agenda informativa.
Esta inclinación hacia dicho enfoque que se percibe en el periodismo no nació por arte de magia, pues los hechos relativos a la naturaleza han estado de manera creciente en el universo de impresos y audiovisuales. Ha sido más bien una lucha que algunos comunicadores como Adán Castillo Galástica han sostenido desde hace mucho tiempo y que en su impacto ha arrastrado a otros colegas.
Este periodista, que murió en la víspera de la pasada Navidad, comprendió desde muy temprano el valor de la noticia cuya fuente eran los fenómenos agrícolas por el conjunto de relaciones que se producen en el comercio agroindustrial. Pero, también en otras dimensiones sociales que surgen en el contexto de los vínculos entre productores, hombres que realizan labores en ese entorno y otros sectores concernidos.
Adán era una persona inquieta por naturaleza; además, escurridizo, suspicaz y que no se le escapaba un detalle, pues sabía leer entre líneas. Siempre le molestó esa relación de dependencia de la gente de campo con los intermediarios y a menudo se quejaba de la realidad asimétrica de quienes compraban sandía por quince o veinticinco centavos a los campesinos para venderlas a dos balboas y más en la ciudad.
Sabía conjugar muy bien su formación en ciencias agronómicas con el ejercicio periodístico que desarrolló en varios lugares, sobre todo en Radio Nacional. De igual manera trabajó en el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y otras entidades de similar perfil y pudo comprender la dinámica de diferentes círculos en ese sector. Por eso pronto publicó materiales divulgativos y monografías analíticas.
Su visión le hizo mirar más allá y comprender que toda esta realidad estaba en una dimensión cercana al ambiente y varía su enfoque hacia los problemas del agua, del suelo, de otros recursos naturales en su contexto con el clima, la seguridad alimentaria y al desarrollo de la vida en sociedad.
Así organiza un entorno profesional y para dejar una huella en la divulgación científica, un grupo de periodistas especializados en la cobertura de los hechos que encierran todo este conjunto de ciencias; por eso, la red y un puñado de talleres, giras y actividades para comprender mejor el ámbito común a ellos.
Su deseo de apuntalar con conceptos este nuevo escenario, le llevó a escribir con frecuencia en cuanto medio le abriera la redacción, o programa de radio o televisión le cediera los micrófonos.
Nos correspondió coincidir en un seminario de periodismo ambiental en Cuba en 2010 y en una de las jornadas, le escuché hablar sobre las perspectivas de la ampliación del Canal. Ambos absolvimos la cantidad de preguntas que hacían los colegas para conocer cómo quedaría el país luego de esta magna obra y sus impactos.
También en La Habana le acompañé a visitar al médico que le atendía y que desarrollaba un tipo de tratamiento exitoso contra el cáncer. Fue un buen tiempo para intercambiar opiniones sobre la necesidad de fortalecer las competencias de los periodistas especializados en ambiente y nos comprometimos a preparar conjuntamente un artículo amplio sobre el tema.
No lo logramos, pero cada uno escribió un trabajo sobre el proyecto. Su partida definitiva deja un amplio hoyo difícil de llenar en las tareas a beneficio de esta disciplina especializad a.
PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO