• 17/10/2023 00:00

¿Quién mató a José Ramón Guizado?

[...] si bien no fue asesinado físicamente, al asumir por 12 días la presidencia de la República como primer vicepresidente de Remón, fue envuelto en una macabra conspiración política para sacarlo de la presidencia.

El domingo 2 de enero de 1955 ocurrió el único magnicidio que registra nuestra historia. Se asesinó al coronel José Antonio Remón Cantera, presidente de la República, electo tres años antes, mientras departía con unos amigos, al terminar evento hípico en el antiguo Hipódromo de Juan Franco en Vía España.

Mucho se ha escrito sobre esto sin que, a pesar de haber transcurrido más de 68 años de aquello, se haya sabido quién lo mató y menos, quiénes fueron cómplices del horrendo crimen.

Ese día ultimaron a más personas inocentes. Nunca se encontraron los culpables.

Pero hubo otra víctima: José Ramón Guizado Valdés, de quien me ocupo en mi más reciente libro, que, si bien no fue asesinado físicamente, al asumir por 12 días la presidencia de la República como primer vicepresidente de Remón, fue envuelto en una macabra conspiración política para sacarlo de la presidencia.

El presidente Guizado fue puesto preso en la infausta cárcel Modelo como supuesto cómplice del crimen por casi tres años y juzgado en la Asamblea Nacional en juicio político carente de todo rigor jurídico.

Al ingeniero Guizado, lo mataron moralmente. Le dieron muerte en vida a su personalidad, a su ascendente carrera política, a sus empresas, infligiendo mucha pena a sus familiares por la infamia cometida. Fue liberado al decretarse la libertad al supuesto homicida, del cual él supuestamente era cómplice. Jamás fue exonerado oficialmente del crimen, que es lo que busca póstumamente este libro.

De eso trata ¿Quién Mató a José Ramón Guizado?, a presentarse este viernes 20 de octubre en la Biblioteca Nacional, prologado por la prestigiosa antropóloga e historiadora, doctora Ana Elena Porras Guizado, nieta del doctor Belisario Porras, como también del ingeniero Guizado.

Al presidente Guizado lo condenó la Asamblea Nacional, sin prueba alguna, ya que todo se basó en rumores que nunca pudieron probar sus acusadores.

Salvaron su voto en esa condena sólo ocho diputados cuyos nombres enaltecen la política panameña: Carlos Iván Zuñiga Guardia, Plinio Varela Arjona, Aquilino Boyd, Juan B. Arias, Tomás Rodrigo Arias, Antonio Delgado, Simeón Conte y Francisco José Linares. Como bien diría el doctor Zuñiga, habiendo solo ocho abogados como diputados, fue un juicio decidido por legos en el Derecho, pero duchos en política criolla.

El libro contiene datos precisos de la participación de diversos sectores en el magnicidio del presidente Remón, quienes, unidos entre sí, aunque con diferentes intereses, lograron defenestrar en 12 días a quien le correspondía, José Ramón Guizado, como primer vicepresidente de la República, ejercer la presidencia tras la muerte del mandatario. Colocaron en su lugar al segundo vicepresidente, Ricardo Manuel Arias Espinosa, quien concluyó el periodo de Remón en octubre de 1956.

Una vez en el poder, Arias Espinosa accedió a las peticiones de Alejandro “Toto” Remón, hermano del fallecido gobernante, negadas por este y no avaladas por su mismo hermano, el presidente Remón y que Guizado, en su corto mandato, no quiso avalar.

El libro invita a pensar en quienes ejercieron el poder antes y después del magnicidio. Antes, aunque con fama de excelente gobernante, el tiempo de Harmodio Arias, gran manipulador de cuestionadas elecciones presidenciales de 1936 en las que resultó electo Juan Demóstenes Arosemena, después de haber sido proclamado ganador su contrincante Domingo Díaz Arosemena, y las de 1940, en la que fue elegido su hermano Arnulfo Arias, que motivó que el opositor Ricardo J. Alfaro se retirara de la campaña por el descarado apoyo al candidato oficialista.

Frente a las críticas de la dictadura instaurada en Panamá en octubre de 1968, no debemos olvidar que antes hubo civiles como Harmodio Arias, quien puso a su cuñado Aurelio Guardia como jefe policial, y militares como el coronel Remón, que transformó la Policía Nacional en Guardia Nacional, logrando luego mantener en su jefatura por 17 años consecutivos al coronel Bolívar Vallarino, el poder detrás el trono.

Además de servir a Remón, Vallarino fue comandante durante siete gobiernos: Guizado, de solo 12 días, Arias Espinosa, Ernesto de la Guardia Jr., Roberto F. Chiari, Marco Robles y 11 días con Arnulfo Arias en 1968, situación que lo colocó como el factótum de la política panameña. Su participación en el encubrimiento del crimen fue vital en lograr el objetivo de que aún, tras tanto tiempo, se desconozca quiénes en realidad mataron al presidente Remón.

La investigación efectuada revela datos interesantes que de seguro ayudarán al lector a desentrañar algunos misterios de aquella época histórica, para entender que las cosas andan mal en Panamá desde hace mucho tiempo atrás.

Analista político
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