• 14/01/2023 00:00

Mirada climática

Las actividades humanas y su incidencia en la variabilidad climática aumentan los GEI, la extinción de plantas y de los animales, así como la alteración en los patrones de precipitación y su impacto en el sector agropecuario

La ciudad de Sharm el-Sheij en Egipto, fue escenario de la celebración de la Cumbre COP 27 sobre el cambio climático. Fue epicentro importante para el análisis de la situación ambiental y la toma de decisiones frente uno de los fenómenos más notables por sus impactos en la comunidad internacional.

El desarrollo de esta conferencia es propicia para la articulación de propuestas y políticas formuladas por gobiernos, organizaciones, líderes ambientales y la comunidad científica a fin de tomar un compromiso frente a la emergencia climática.

Por tal razón: no podemos dejar pasar por alto las actividades humanas y su impactante incidencia en la variabilidad climática que llevan al aumento de los gases de efecto invernadero (GEI), extinción de plantas y animales, alteración en los patrones de precipitación y su impacto en los sectores ganaderos y agrícola. Todos forman parte de una cadena de fenómenos que desde ya nos afecta de manera directa en la calidad de vida.

Por ejemplo, la población mundial llegó a los 8,000 millones de habitantes, una cifra cuatro veces mayor de la existente en el mundo en 1927. La revisión 2022 de las estimaciones y proyecciones de población de Naciones Unidas (ONU) proyecta que esa población alcanzará los 9,000 millones en 15 años y 10 mil millones en 2058.

Estos datos son un enorme desafío porque la velocidad de crecimiento en la población mundial no va acompañada por la previsión del impacto ecológico que esto implica.

Esto tomando en cuenta una cantidad de temas vinculados con la extensión de la producción agropecuaria, sistemas de reciclaje, tratamiento de desechos y de la capacidad de la tecnológica para encontrar nuevos minerales y fuentes de energía para satisfacer una numerosa población.

¿Estamos preparados para dar una respuesta a todas estas necesidades básicas de la población mundial? ¿Está consciente ella en dar una respuesta en favor de la casa común? ¿Se están realizando los esfuerzos necesarios para contrarrestar toda esta situación?

La respuesta ante este hecho debe ser oportuna y contundente, exige además de atender todas las situaciones entre las cuales podemos mencionar: mitigación, adaptación, desarrollo sostenible, producción responsable, combate a la pobreza y las energías limpias.

Por ello, esto obliga a la comunidad internacional a una conversación imperativa y prioritaria, pero con acciones inmediatas a este panorama deplorable que necesita de una respuesta de todos nosotros. Mientras las discusiones políticas en el escenario nacional e internacional se limiten al abordaje de estos temas, será demasiado tarde lograr los resultados esperados.

Desde mi trinchera, hago voz a una acción directa por el cambio climático. Desde ya estamos siendo testigos de su grave amenaza e impacto arrollador que no se detiene. Sí, no hacemos un cambio, desde este momento entraremos a una era con resultados catastróficos y poco alentadores.

A nivel mundial estamos ante una gran oportunidad para el establecimiento de los compromisos adquiridos, posicionar el tema del cambio climático en el sitial que se merece y se requiere mantener en la agenda internacional.

Hay un activismo esperanzador en Panamá, y una gran conciencia y compromiso compartido con la conservación y cuidado del ambiente, al tiempo que desde distintos ámbitos se realizan diferentes iniciativas ciudadanas y empresariales en ese sentido.

Esa entrega y compromiso forman parte de una realidad susceptible de inspirar y movilizar a todas las instancias con facultades y responsabilidades en la preservación de ese patrimonio natural de las y los panameños, sin dejar de hacerlo con ese brío de solidaridad internacional y conciencia de que somos parte de la humanidad y esta nos necesita a todos.

Tal cuestión, junto con el deslumbrante avance tecnológico, definirán el futuro del mundo y, necesariamente, incidirán en el devenir de Panamá.

Los temas globales requieren reflexiones integrales con soluciones que atiendan a la raíz del problema. En la diversidad de pensamiento de la sociedad radica la posibilidad de impulsar esas pequeñas soluciones que contribuyen en gran medida a las respuestas que hoy se requieren.

Educador y promotor social
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