• 27/12/2011 01:00

La mitad del camino

T ermina el año y una vez mas todas mis predicciones se cumplieron: Noriega está en Panamá, la popularidad del presidente por debajo del...

T ermina el año y una vez mas todas mis predicciones se cumplieron: Noriega está en Panamá, la popularidad del presidente por debajo del 50%, la alianza se rompió, no hubo cambios de Gabinete, se descubriría el robo de tierras nacionales y la titulación de derechos posesorios sería escandalosa, los contratos directos serían denunciados, compras millonarias en salud y seguridad serian escándalos, la delincuencia aumentaría, la canasta básica aumentaría, la ciudad sin agua por dos días, etc. Por supuesto que sabes que es falso, predije muy poco de eso, como en efecto todos los finales de año e inicios de uno nuevo cantidad de personas aspiran predecir lo que ocurrirá el próximo año.

El problema es que nuestro país es muy peculiar. Es el país de las sorpresas y las improvisaciones. Todo lo que ocurrió este año no debió haber ocurrido. Todo se pudo evitar con un manejo político y mucho manejo en los medios. Pero si algo ha caracterizado al actual gobierno es su poco manejo político y pésimo manejo en los medios. La mejor prueba ha sido que este año, por primera vez en muchos, no hubo invitación a los periodistas en el Día del Periodista a la presidencia, y menos aún fiesta de Navidad con los periodistas. Para el Ejecutivo, los periodistas se han convertido en un partido de oposición adicional a los convencionales.

Lo que debe analizar el equipo de gobierno, es por qué y cómo quedaron en esta posición. Primero fue las continuas confrontaciones de su primer secretario de prensa con los medios, porque él creyó que desde la Presidencia podía amenazar y coaccionar a comentaristas y periodistas. Luego el problema se agrava con el estilo del presidente, declaraciones en un sentido y luego corregidas por comunicados. En su estilo inicial, mantuvo un contacto permanente informal con los medios, no utilizó el formato de conferencia ni rueda de prensa, simplemente en todas sus actividades permitía ser rodeado y cuestionado por los medios. Nadie le advirtió que ese sistema casi siempre trabaja en contra del mandatario.

Hoy, llegando en breve a la mitad de su mandato, el presidente Martinelli puede rehacer su estilo para acomodar mejor la relación con los medios. Las televisoras responden a los dueños, no a los periodistas que laboran en ellas. Lo primero es un acercamiento a los dueños de las televisoras y establecer una mejor comunicación con ellos, donde no se dé preferencia a unas sobres otras, sino su comunicación por igual aunque la presencia de personajes del gobierno si dependan de los famosos ratings, pero los comunicados de prensa, las invitaciones, todas por igual.

Luego están los medios escritos, nuevamente responden a los dueños. El presidente tiene que actuar con estos dueños igual que con los de la televisión. Un solo medio, La Prensa, no responde a un dueño, sino a un grupo que a su vez lo dirigen pocos. Identificados estos, ellos son los que debe atender el Presidente. Por último la radio, y allí es quizás donde el secretario de prensa más puede y debe hacer. Porque es en la radio donde hay más independencia, en los radio comentaristas y los propios noticieros de ellos. Para un presidente sería difícil manejarse con todos los comentaristas, para el secretario de prensa es más fácil por el control del apoyo publicitario.

Ahora bien, al margen de su manejo, está el manejo de todo el gobierno. El gabinete en el gobierno de Mireya Moscoso tenía un vocero que al final del mismo reunía a los periodistas en el anfiteatro y daba su informe, mientras se repartía un comunicado oficial de la secretaria de prensa de la Presidencia con el resumen de lo discutido y acordado. Eso evitaba las fugas de información por ministros que de buena fe podían confundir a los periodistas. Las oficinas de prensa de cada institución a su vez tiene la obligación de informar los avances de proyectos, programas y actividades del jefe de su institución. Hoy día, con excepción de la oficina de prensa del MEF y aduanas no hay muchos comunicados diarios de las otras.

La actual percepción de falta de transparencia se agrava por la falta de información de las instituciones, lo que hace que cada ‘descubrimiento’ por parte de un medio parece escándalo y no parte de lo que la sociedad debía ya conocer. La presencia de ministros en los medios, si lo han notado, es 90% para defenderse y muy poco para promover o anunciar proyectos. Su ida a medios de televisión o radio debe ser más provechosa que simplemente defender la honestidad de lo actuado. Ellos mismos han caído en ese canal y hora parecen incapaces de salirse de él.

Flaco favor le ha hecho al gobierno a la Asamblea Nacional de Diputados. Ese foro debía servir para aclarar algunas distorsiones que se dan en los medios, porque los periodistas muchas veces no dan la oportunidad objetiva de defensa al funcionario. En cambio, una comparecencia en la Asamblea o una Comisión de ella, podría el ministro o director de institución, contestar un formulario que por ley tienen que darle de antemano y donde no caben otras preguntas. El director de ANATI, el Ministro de Salud, el de Seguridad, debieron haber comparecido en la Asamblea.

El gobierno a penas va por la mitad del camino. Todavía está a tiempo para mejorar su manejo con la sociedad civil y los medios, lo que le dará una mejor proyección ante la sociedad total.

INGENIERO Y ANALISTA POLÍTICO

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