• 09/04/2023 00:00

Nayib Bukele

“Hoy, a pesar de lo pequeño de su país, se ha convertido en un jugador de peso en la región, jugando un papel protagónico”

Este autodidacta de tan solo 41 años, de origen palestino y religión musulmana, de virtudes cívicas y atributos incuestionables, motor de grandes logros y ejecutorias, es hoy quizás el líder más popular del continente. Escaló la máxima posición política, ascendiendo al poder con su partido NUEVAS IDEAS en el 2019, después de haber ocupado dos (2) alcaldías, la primera en Nuevo Cuscatlán y luego la de San Salvador (2015).

Recibió El Salvador, donde reinaba el mundo del hampa, sumergido en un profundo estancamiento y fue desintegrándola. Logró despejar la sangre y el dolor y los engendros destructivos de las “maras salvatruchas” y demás pandillas salvadoreñas, logrando la captura y encerrando a más de 60 000 terroristas, sin derramar una gota de sangre.

Las tareas que se ha impuesto y pesan sobre sus espaldas, no han sido pocas y lográndolas todas. El Salvador era un país fragmentado y partido por décadas, golpeado por un exceso de violencia y crueldad, aterrorizado por el predominio de bandas criminales, como “Barrio 18” y las “maras salvatruchas 13”, fundadas en Los Ángeles, California, cuando fueron deportados miles de su país debido a los robos, extorsiones, secuestros, y violaciones que cometían.

Bukele no mantiene hoy relación alguna con la casta política que predominó durante treinta años de bipartidismo, compuesta su mayoría por políticos ineptos y corruptos, mediocres y ladrones. Dispuesto a sacrificarlo todo para lograr la seguridad y prosperidad de la Nación, logró una verdadera arremetida contra la decadente clase política nacional.

Su éxito como gobernante y el reconocimiento mundial no tiene parangón en la historia política salvadoreña. Por décadas, El Salvador se convirtió en una prisión para sus propios ciudadanos, que vivían en un país quizás de los más inseguros del mundo. Esta pequeña nación centroamericana padeció épocas tenebrosas, de dictadores sanguinarios, como Maximiliano Hernández Martínez (1932); de escuadrones de derecha de la talla de Roberto D'Aubuisson; de revolucionarios infatigables, como Agustín Farabundo Martí. Esta nación fue conocida como un y no un , donde reducidas familias latifundista ejercían su hegemonía sobre este país. La clase campesina sufrió en los años treinta hambre y miseria, agudizando los antagonismos sociales.

La estrategia del nuevo mandatario contra todas las estructuras del crimen organizado, redujeron sustancialmente todos los indicadores de violencia. Este año inauguró la mayor cárcel de Centroamérica, el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot); inició los cercos de seguridad para la “extracción” de pandillas; realizó el traslado de 2000 pandilleros a la megacárcel; anunció el plan de control territorial, bloqueando los celulares en los penales y declarando la emergencia carcelaria; reforzó el pie de fuerza militar; aumentó salarios a todos los estamentos de seguridad; inauguró el Centro de Investigaciones Forenses; impulsó la destitución del fiscal general y la de los magistrados de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia; y por último, incorporó nuevos efectivos a las fuerzas de seguridad, reformando el Código Penal.

Todas sus gestas heroicas y la mano fuerte impuesta, ha dado como resultado el haber completado 300 días sin ningún homicidio, la captura de los pandilleros, logrando vencer los grandes demonios que atormentaban a los salvadoreños. Todos somos testigos de sus logros. Bukele con esto escribe una página de patriotismo y de amor a su pueblo, bajo el compromiso de cambiar las injustas relaciones sociales, en busca de una mejor vida para su gente.

Este mandatario, que se comprometió con su país a pasar la página de la posguerra, no sucumbió por la ambición, donde El Salvador, va ya por los senderos del progreso y crecimiento económico. La minúscula oposición de los partidos ARENA y el FMLN perdieron ya la partida frente a las próximas elecciones, donde el actual mandatario mantiene una popularidad de 90 %; asegurándose la reelección, pese a los dardos envenenados que organismos como Human Rights y ciertas ONG, lanzan a la opinión pública con toda clase de denuncias, suscitando rechazo a su gestión pública.

Hoy, a pesar de lo pequeño de su país, se ha convertido en un jugador de peso en la región, jugando un papel protagónico.

Abogado
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