• 13/03/2021 00:00

Cuando una noticia apaga a la otra

“Decía un antiguo jefe de redacción que “los escritos agonizaban en la procesión al valle de los archivos”

Fluye el poder de ser capaz de vencer la tendencia natural humana a reaccionar frente a las cosas cuando suceden y, en lugar de eso, a entrenarse para retroceder, imaginando cosas más importantes que adquieren su configuración más allá de la visión inmediata de uno, es lo estridente de los casos cuando nos llega una información tras otra. Cómo llegan es igual a cómo desaparecen, porque cuando una noticia apaga la otra a medida que van saliendo las nuevas, corre riesgo seguro de olvido de casos por resolver. Lo que ya se ha hecho tendencia.

Tienen fecha de inicio y de caducidad, como todo en la vida, y dependerá mucho de cómo se les presenten para que el contenido tenga valor como un vino añejo. El catador decide, pero más bien quien estuvo en su proceso. Hemos fallado en la continuidad de muchas noticias, que merecen pasar a investigaciones, y darles vuelta en diferentes formas, para no hacer parpadear de más, sobre largas planas que van dejando una estela de lectores cansados. Es quizás como las redes sociales van captando la atención de muchos de ya para ya y van minimizando el contenido sin dar vuelta a páginas, sin continuación de otras ediciones.

El preludio de intensidad, ¡hace mucha falta! Para los que siguen una información contundente, estamos dando la curva de investigación equivocada, cuando en poco tiempo soltamos la mano a un público que se logró convertir en lector analista, pensante y de accionar ante las injusticias. -De hecho, eso demuestran las protestas, atrayendo una actitud colectiva. El caso es que bajamos la guardia cuando la avalancha de nuevas noticias acapara a la que se cree va en su curso.

¡Cómo duele aceptar que hay faltantes en este tema por profundizar! La cima de un techo fue el escenario detonante de una historia dominante por años anteriores, porque, de seguro, aquí no empieza todo. -Hay muchos temas por debajo de otro, que prescriben a una noticia. Una de las más importantes es el faltante de la lista de inscripción de los niños a los albergues. Pieza clave que marcaría perfiles de procedencia. De muchos abusos se confiesa, debo decir que me llamó la atención no ver el de trata, porque la consideración va alineada. La misma lista no sería aliada de un escrito por la seguridad de sus nombres, sino del historial de niños abandonados a merced de los fiscalizadores y de quienes conocemos procedía su labor, hoy en estela de dudas por no dar la supervisión en el “resguardo de cualquier peligro”. Nos pasó de frente y nos quedamos dormidos.

Decía un antiguo jefe de redacción que “los escritos agonizaban en la procesión al valle de los archivos”. Desempolvarlos significaría un mérito de continuidad por no darle punto final. Como casa es igual a mantenimiento, observar fechas y monitorear cambios, volverían a retomar vida y un valor absoluto con el actual. ¡Eso hace un equipo de investigación! Pisarle los talones a una historia que no ha terminado, era antes llenarse de polvo en una hemeroteca o buscar los recortes de periódicos guardados en la mitad de un libro o carpeta. Era la comparativa a enciclopedias, lo que es hoy una ficha informativa, a través de la nueva tecnología.

Debo destacar, el nombramiento de la primera ministra del Mides, en Gobierno actual, trajo frescura, tras una estela de buenas experiencias y un perfil lleno de interés por los más necesitados en velar por la niñez, juventud y la mujer. De nuevas estrategias, porque así dicta su hoja de vida y para aquellos que la conocemos, promoverla a medio camino dejó una mella profunda en el desarrollo de esa cartera. Los cambios son buenos, siempre que no se necesite de vuelta a un líder con carácter y criterio de justicia para hacer cambios significativos en ministerios tan importantes como el que acoge a nuestra niñez.

La noticia que hace un año en febrero pasado quedó inconclusa, cuando el Ministerio Público recibió un informe con más de 400 páginas por abusos a menores en albergues bajo la responsabilidad de la Senniaf, cuya junta directiva se conforma por los ministerios de Desarrollo Social, Educación, Trabajo y Desarrollo Laboral, Salud, Economía y Finanzas y la Red Nacional de Apoyo a la Niñez y Adolescencia en Panamá, decidieron cerrar ocho albergues. Cuando desde el 2009 (en que se creó la Senniaf) al 2014, cuando uno de los albergues fue cerrado, pudo levantarnos dudas y confirmar que los cambios ministeriales a poco tiempo, dejan una herida abierta sin sanar.

Son “Males de viejos”, tal como nombré en un reportaje de salud hace muchos años que empecé esta travesía y que aquejaba los mismos problemas año tras año, sin dar con la manzana de la discordia. Se procedía entonces a editar una palabra del título, quedando uno chueco. Eso decía este jefe en particular (q. e. p. d.). No permitía claudicar, dejando una ventana abierta con información por revelar, sacudir e incomodar en cuánto durará el proceso.

Hoy, a través de todos estos medios que nos permiten comunicar con libertad de prensa, ese factor de publicar lo bueno, lo malo y lo feo, debe acogerse cuando una noticia apaga a la otra, para no olvidar su “trasfondo”.

Periodista
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