• 06/12/2011 01:00

Panamá... y las ‘martineladas’

Solo nuestras glorias deportivas han logrado reforzar lo que entendemos por orgullo nacional.

Solo nuestras glorias deportivas han logrado reforzar lo que entendemos por orgullo nacional.

El ejemplo más claro, Roberto ‘Mano de Piedra’ Durán, único panameño capaz de unir a todo un país no importando clase social, en función del ser panameño, ningún otro ni presidente, ni empresario, ni político.

Nos hemos destacado desde inicios de nuestra vida republicana por adolecer de un genuino proyecto nacional, que le dé contenido a lo que es la nacionalidad.

Soy del criterio que tenemos el privilegio natural de nuestra posición geográfica, pero la mala suerte de tener una de las oligarquías más parásita, ignorante y perversa de todo el continente.

Una clase empresarial que se ha destacado por ser miserable, que le regatea centavos a la clase obrera cada dos años cuando se revisa el salario mínimo, y eso que llevan varios años de modelo neoliberal que les han garantizado crecimiento económico que traducido es, aumento considerable de la tasa de ganancia de esta élite rentista y corsaria.

Y para rematar, una clase política... perdón, politiquera (falta de una real cultura política), que no sirve sino solo para chupar como rémoras lo que puedan al Estado.

Siendo así la cosas, cómo podremos consolidar una verdadera identidad nacional, si el actual presidente representa toda esa deformación casi congénita de todos estos grupos de poder, que se han destacado en entregar de forma vulgar nuestra nación a los intereses del gran capital y las corporaciones extranjeras, profundizando más la desigualdad y estratificación social que han venido aplicando todos los gobiernos neoliberales postinvasión.

Viene el general Noriega, y 22 años después, ha quedado más que demostrado, como dijo él algunas vez: ‘... los que vienen después de mí, son peores, por eso... ¡aguántense a Noriega!’. Refiriéndose a la oligarquía rabiblanca que han sido igual o peor que el exdictador, que traicionó al país pidiendo la invasión contra el pueblo humilde, que han resultado ser más lavadores de dinero y ‘cocaineros’ que lo que fueron los militares, y que muchos de ellos hicieron fortuna con la dictadura, que visten a nuestro Panamá con lencería para prostituirla por el mundo al mejor postor transnacional y financiero.

Desde los muertos por la Ley Chorizo, la burda Ley APP y el actual colapso de la salud pública, con todos los millones que nos deja el Canal, ahora sí quedaremos sin país ni nación, solo las grandes ganancias en los bolsillos de la República de los ‘primos’, y al pueblo... migajas.

Entonces, ¿qué nos queda?, seguir organizándonos, y pelear por nuestro espacio en las decisiones políticas y económicas más importantes para nuestra gente, seguir indignados y ofrecer una verdadera alternativa política al país, para poder definir nuestro proyecto nacional, que nos devuelva la dignidad y la prosperidad a todos los panameños...

Martinelada: dícese de la persona con dificultad para conectar la lengua con el cerebro.

¡Feliz Navidad! *POLITÓLOGO

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