• 08/05/2022 00:00

El paso a seguir dentro de la investigación criminal en Panamá

Las desapariciones de tres jóvenes en la provincia de Chiriquí han traído la atención de los medios de comunicación y de la población en general, al tenerse en cuenta que ha salido a la luz, la vinculación de una sola persona como posible victimario de la privación de la libertad de estas tres féminas chiricanas.

Las desapariciones de tres jóvenes en la provincia de Chiriquí han traído la atención de los medios de comunicación y de la población en general, al tenerse en cuenta que ha salido a la luz, la vinculación de una sola persona como posible victimario de la privación de la libertad de estas tres féminas chiricanas.

Este terrible escenario me ha llevado, nuevamente, a sustentar la tesis de que existe la necesidad de dar un paso importantísimo en el desarrollo de investigaciones sobre crímenes complejos. A sabiendas que el sistema investigativo debe adaptarse para poder dar con estos criminales, ya que de lo contrario se estaría involucionado en materia de seguridad pública.

En lo medular considero que Panamá debe adoptar un grupo o unidad especial dentro de los brazos auxiliares de la investigación, para que se encarguen de facilitar la investigación contra crímenes de esta índole.

Hay señales que se están dando y que no hemos querido ver; como por ejemplo las torturas y muertes dadas en la comarca Ngäbe Bugle hace un par de años a causa de una secta religiosa, hecho similar (guardando las proporciones) al sucedido con Jim Jones en Guyana, o que decir de los crímenes del Salvaje Bill o las desapariciones de hace unos años de dos adolescentes en Las Tablas. Estos últimos convertidos en capítulos sin terminar.

Quizá muchos vean esto como ciencia ficción o sacado de alguna serie de televisión, pero lo cierto es que las unidades de análisis conductuales surgieron a inicio de los años 70 cuando la investigación convencional ya no cumplía con el objetivo de esclarecer los hechos delictivos cometidos por lo que se denominó asesinos altamente violentos, lo que luego se conoció por asesinos en serie.

A sido tan determinante contar con un equipo interdisciplinario como apoyo de las fiscalías en Norteamérica, que diversos países Europeos y de Asia los han implementado, por su eficacia a la hora de resolver delitos de tal magnitud.

Si queremos desatar este nudo Gordiano es imperativo que dejemos de mira el árbol y entremos a mirar el bosque.

Por mi parte a inicios de año presenté una iniciativa ciudadana para desarrollar dentro de la ley del Instituto de Medicina Legal una sección encargada de apoyar a las investigaciones ejercidas por el Ministerio Público en estos delitos complejos y violentos, a lo cual la asamblea se limitó a desestimarla bajo la excusa de que estaba buscando quitar una función constitucional al Ministerio Público, lo cual es algo totalmente alejado de las pretensiones que tenemos para mejorar los brazos auxiliares de las investigaciones penales.

Concluyendo este artículo, surge otro tema estrechamente relacionado y que es digno de debatir el cual dejo a los lectores para su análisis. ¿Es necesario volver a una Policía Técnica Judicial? ¿La actual Seccional de Investigación de La Policía Nacional está preparada para afrontar los nuevos retos en la lucha contra los delitos complejos y violentos?

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