El periodismo especializado: el gran reto del periodista

Mientras realizaban mesa a tempranas horas de la mañana, el jefe de información de un diario local le da la misión a un reportero de averiguar todo lo concerniente con la aparición de una terrible plaga que estaba diezmando los cultivos de arroz a lo largo y ancho del país con el consiguiente perjuicio tanto para los productores como para la industria.

-Chuso, y por dónde comienzo esta vaina, le preguntó nuestro reportero a otro colega.-La verdad que no tengo la mayor idea, tigre. De pronto en el Mida saben algo, le contestó sin mucho afán.

Lo más seguro que al caer la tarde nuestro reportero, todo terreno, traerá información muy generalizada sobre el asunto que le mandaron investigar; tal vez una nota que sólo llena las expectativas para el medio, no para consumidores, productores y molineros.

Casos informativos como el anterior, que quedan a medio palo, ocurren frecuentemente en muchos medios de comunicación ante la falta de periodistas idóneos o especializados, no sólo en temas agrícolas sino en otras especialidades periodísticas.

Sobre el asunto del arroz muchos medios trabajan las noticias, dan cuenta de la falta del grano y del daño que ocasionaría en los hogares, pero ninguna destaca profundamente la realidad del problema, qué lo ocasionó, por qué y cómo resolverse. ¿Por qué? Porque nuestro reportero no se tomó la molestia de escudriñar a fondo y entrevistar a técnicos agrícolas para conocer a fondo el verdadero problema con sus consiguientes repercusiones.

En realidad el problema de escasez del grano en el mercado obedece al daño desbastador que ocasiona un gorgojo que no había sido identificado con anterioridad en el país que dejó en evidencia que algunas especies de insectos que antes no revestían importancia ocasional, han llegado a adquirir una mayor relevancia en el tiempo. Además hay otras que se encuentran actualmente en procesos de adaptación y expansión. En la divulgación de este problema el periodista especializado juega un rol muy importante.

Pero, por qué el poco entusiasmo de nuestros periodistas, especialmente los jóvenes en incursionar profundamente en el amplio e interesante campo del periodismo especializado.

Son pocos los medios de comunicación social que se han preocupados por tener especialistas de una u otra materia en su cuerpo de reporteros y redactores. No entendemos cómo es posible que frente a los grandes avances de los Mass medias y sobre todo, a la madurez que alcanza cada día más nuestra profesión (el periodismo) no se abran las puertas a nuevas especializaciones.

Tenemos por ejemplo la cuestión canalera tan desconocida para la generalidad de los panameños, no sólo en los aspectos históricos sino técnico y de funcionamiento. A esto se agregan todos los fenómenos de reversión y la potencialidad económica de la región interoceánica. Otro ejemplo para no ir muy lejos, es el desarrollo marítimo del país con todo lo que esto implica en materia de centros-puertos, movimiento portuario incluyendo la pesca.

El turismo visto en términos de desarrollo y no del anecdotario estrictamente festivo, se ofrece como otra oportunidad para desarrollar el periodismo especializado con un atractivo rentable no sólo para las empresas periodísticas sino para los profesionales.

Pero difícilmente podemos desarrollar con calidad el periodismo especializado, si en los propios centros de enseñanza superior (universidades) no contamos con estrategias académicas para tales efectos, menos el personal idóneo para forjar un reportero (sabueso) que tenga la suficiente audacia, suspicacia e inteligencia para meter sus narices en un asunto más allá de lo que su muro de contención le permite.

Es inaudito, inverosímil e increíble que en nuestras universidades hayan profesores que nunca han recibido un portazo en la nariz buscando la información periodística, sin experiencias previas y hasta recién graduados, dictando periodismo especializados como el político, judicial y económico, entre otros.

La calidad de la educación superior en relación al periodismo depende no tanto de los estudiantes, sino de quienes imparten la enseñanza, es decir, del cuerpo de docentes. Son ellos conjuntamente con los estudiantes lo que tienen que definir cuál es la filosofía y el norte y cuáles los objetivos que motivan a un centro de enseñanza.