La postura de Panamá frente a una propuesta de tregua humanitaria

El 27 de octubre de 2023 será recordado por el discurso del mandatario en el que, como panameño, manifestó sus preocupaciones ambientales en torno al asunto de la minería metálica y que, luego de veintiséis años, logró “poner en cintura a la minera”. El repudio no se hizo esperar por parte de los manifestantes, quienes desafiaron las inclemencias del mal tiempo y al unísono exigían la derogación del contrato minero. Una nueva derrota al gobierno de turno, que por su ignorancia y su defensa a los intereses particulares, han hecho caso omiso al clamor de la sociedad. El mismo día, la representación panameña ante la Organización de las Naciones Unidas también hizo, a su manera, historia, la cual ha pasado prácticamente desapercibida en los medios de comunicación.

Panamá se abstuvo de votar en la resolución para la protección de los civiles y cumplimiento de las obligaciones legales y humanitarias en la actual crisis de Gaza. El documento A/ES-10/L.25, producto de la Asamblea General, primeramente resalta la condena de los actos de violencia dirigido contra civiles israelíes y palestinos, incluyendo los actos de terrorismo y ataques indiscriminados y entre su pliego de peticiones, procederé a mencionar tres: “Pide que se declare de una tregua humanitaria inmediata, duradera y sostenida que conduzca al cese de las hostilidades”, “exige también que, de manera inmediata, continua, suficiente y sin trabas, se proporcionen a los civiles de toda la Franja de Gaza artículos y servicios esenciales, incluidos, entre otros, agua, alimentos, suministros médicos, combustible y electricidad, destacando el imperativo, en virtud del derecho internacional humanitario, de asegurar que los civiles no se vean privados de bienes indispensables para su supervivencia”, ”pide también que se respeten y protejan, de conformidad con el derecho internacional humanitario, todas las instalaciones civiles y humanitarias, incluidos los hospitales y otras instalaciones médicas, y sus medios de transporte y equipo, las escuelas, los lugares de culto y las instalaciones de las Naciones Unidas, así como todo el personal humanitario y médico y los periodistas, los profesionales de los medios de comunicación y el personal asociado, en los conflictos armados de la región”.

¿Qué habrán entendido nuestros representantes, ante las Naciones Unidas, acerca de una solicitud de una tregua humanitaria, que implique asegurar la entrega de artículos y servicios esenciales, tales como: agua, alimentos, suministros médicos, combustible y electricidad a los civiles? ¿La postura tomada es, acaso, resultado de la pusilanimidad al momento de tomar decisiones que atenten contra intereses ajenos? Posiblemente, no les interese el conflicto que se está desarrollando fuera de nuestras fronteras o simplemente se abstuvieron porque son un retrato, a nivel internacional, del gobierno actual, que poco o casi nada le interesa con sus ciudadanos, un ejemplo de esto, el asunto minero, que tiene a una empresa que ha estado operando, de manera cuestionable, y que atenta contra el medioambiente y la soberanía del país.