• 17/01/2017 01:00

¿Atrápame si quieres?

Quienes me conocen o leen mis escritos saben de mi relación laboral y familiar con el general Torrijos

Quienes me conocen o leen mis escritos saben de mi relación laboral y familiar con el general Torrijos. Una gran experiencia en la que aprendí cosas buenas y positivas. La principal de ellas fue descubrir el gran contraste de su alto cargo como jefe de gobierno, frente a una persona de sencillez y humildad poco común. Decía que nadie era químicamente puro, porque si era muy puro se lo fumaban. Comprendía que el ser humano tenía cosas buenas y malas por ello aceptaba a la gente como era y no como él quería que fueran. Eso sí, ponderaba en una balanza al individuo y lo calificaba de acuerdo al mayor peso. De resultar negativo desprendía de su servicio y de forma inmediata restringía relación amistosa.

Recuerdo la ocasión de reunión que realizaba con el equipo para hacer balances, conclusiones y luego departir. En un periodo de la conversación les dijo a los ministros que allí permanecieron: ‘Miren muchachos, yo no les prohibió que hagan negocios, pero por favor hagan las cosas bien'. Claro y específico mensaje; no robar. Aun la advertencia no faltó que funcionarios civiles y militares se aventuraran hacer travesuras. Empero una vez detectados eran dados de baja, destituidos del servicio público y hasta encarcelado. Es por ello que a pesar de los defectos que como ser humano pudo tener Omar, dibujo las virtudes y cualidades de este inolvidable militar, rechazando a la vez expresiones sesgadas de quienes lo pintan como el demonio que nunca fue.

(Abro paréntesis. De gran satisfacción fue la noticia que Grupo GESE, La Estrella de Panamá y El Siglo, pudiese continuar laborando y ser una valiosa herramienta de la Libertad de Expresión. No obstante, la angustia y preocupación del personal trabajador y directivo continúa. No hay una posición vertical del gobierno, en cuanto exigirle a su homólogo norteamericano, que si no existen las pruebas ni elementos de peso para mantener en virtual sanción a la empresa, que realicen lo pertinente para excluirlos de la Lista Clinton. ‘Es preferible enmendar un error que perpetuar una injusticia'. Omar Torrijos. Cierro paréntesis).

Lo aquí relatado no es la verdad absoluta, pero conocido por ciudadanos de la época. Ello es generador de discusiones y polémicas sobre lo positivo y negativo de la dictadura de ayer y la democracia de hoy. Definitivamente la inmensa mayoría se inclina por el respeto a la libertad y derechos individuales. Sin embargo, el actual sistema es cuestionado porque la historia nos muestra una dicotomía en el combate a la corrupción. Ambos estilos de gobierno caminan en vías diferentes, ya que el régimen militar actuaba con dureza y verticalidad en contra del accionar criminal, mientras que la realidad y percepción es que el gobierno civil muestra incapacidad y peor aún, procura la impunidad a delincuentes de cuello blanco.

Un análisis objetivo demuestra que la dictadura buscaba la fortaleza del estado a través de empresas estatales que generaran buenos dividendos. Aunado a ello existía un marcado y sistemático interés de dinamizar y perfeccionar la administración pública. En tal sentido, se capacitaba y preparaba al recurso humano en el patio y en el exterior. Ahora los bienes públicos son opíparo alimento de inquilinos de turno. A través de concesiones administrativas, ventas y otras modalidades se apropian de los recursos del Estado. De la noche a la mañana un servidor público pasa de mendigo a millonario. No se vislumbra funcionario tal como el detective Carl Hanratti (Tom Hanks) que en meticuloso y persistente esfuerzo logra atrapar al ingenioso estafador de la vida real, Frank Abagnadale (Leonardo DiCaprio) en la película ¡Atrápame si puedes!

Sectores de la población ignoran el peligro en ciernes que amenaza al país. Al debilitarse el poder del Estado los gobernantes solo serán títeres del poder económico. Lo ocurrido con Odebrecht y otros casos análogos constituye alta peligrosidad si quedan en una cesta. Sería nefasto que la justicia se quite la venda para omitir aplicar justicia. Imperativo que temor y respeto sea positivo elemento en el manejo de la cosa pública.

DELEGADO DEL PRD

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