• 03/07/2021 00:00

Realidad tras los futuros transportes eléctricos

“¿Y qué decir de cambiar nuestra Constitución, cuando nuestro actual presidente y vicepresidente se prestaron para que Minera Panamá violara nuestra actual Constitución en contra de un dictamen de la misma Corte Suprema de Justicia?”

La mayoría de los anunciados planes gubernamentales para reducir la contaminación ambiental introduciendo transportes eléctricos demuestran que la solución a esta crisis no es solo de carácter económico y tecnológico, sino moral y profesional.

Decir que estos cambios eliminarían la contaminación causada por los vehículos de combustión interna en nuestras calles y caminos es absolutamente cierto. Pero la electricidad adicional necesaria para suplir los motores eléctricos tiene que venir de algún lado; y aquí es donde regresamos al mismo problema de interés político-económico que todavía tenemos que resolver.

La realidad es que solo estaríamos trasladando el problema de la contaminación excesiva desde las áreas con mayor tráfico urbano a otras áreas donde hay mayor concentración de generadores eléctricos, como Bahía Las Minas en Colón, provincia a la que la empresa Minera Panamá ya ha empezado a convertir en el basurero del país.

La realidad es que, a pesar de la constante caída del precio del petróleo, las tarifas eléctricas jamás disminuirán significativamente, mientras los dueños de hidroeléctricas continúen metiéndose en el bolsillo las 2/3 partes de los precios justos, aparte de que las aguas de sus embalses producen un 8 % de una contaminación que es más de 20 % más dañina que la producida por el CO2 producido por los motores de combustión interna.

Al paso que vamos, cuando llegue el año 2530 la mayoría de las naciones civilizadas del planeta estarán produciendo toda la energía eléctrica que necesiten utilizando turbinas eólicas y plantas solares; pero la Autoridad Nacional de Servicios Públicos (ASEP) y la Secretaría Nacional de Energía (SNE) seguirán diciéndonos que la ventaja de las hidroeléctricas es que pueden producir electricidad a menor costo en comparación con los generadores termoeléctricos que consumen carbón, búnker y gas (en orden de mayor a menor contaminación); cuando la verdad es que tanto las hidroeléctricas como los generadores termoeléctricos contaminan enormemente nuestra atmósfera.

Finalmente, asumiendo que todos los generadores se cambiaran a “limpios”, ¿de dónde va a salir el dinero para agrandar los sistemas de transmisión eléctrica, si los dueños de empresas eléctricas multimillonarias no contribuyen al desarrollo de dichos sistemas? ¿Y qué decir de cambiar nuestra Constitución, cuando nuestro actual presidente y vicepresidente se prestaron para que Minera Panamá violara nuestra actual Constitución en contra de un dictamen de la misma Corte Suprema de Justicia?

Ingeniero eléctrico jubilado.
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