• 24/11/2008 01:00

De la percepción a la realidad

No hace mucho nuestros gobernantes ironizaban las encuestas que reflejaban el temor, la preocupación y las exigencias de la ciudadanía e...

No hace mucho nuestros gobernantes ironizaban las encuestas que reflejaban el temor, la preocupación y las exigencias de la ciudadanía en torno al crecimiento de los delitos en Panamá, diciendo una y otra vez que era meramente una percepción.

Salían con sus estadísticas a demostrar que la realidad era otra. Los ciudadanos empezamos a preocuparnos, porque todos sabemos que cuando nuestros líderes pierden la noción de la realidad y empiezan a delirar es que viven en otro país.

Hoy esa realidad nos golpea con toda su crudeza. La violencia no ceja y los delincuentes son cada vez más osados al darse cuenta de que tenemos un sistema policial y de seguridad lento, ineficaz y que además en el país campea la impunidad. No hay certeza del castigo.

Los delitos van desde el simple hurto, robo, trasiego de drogas, secuestro, robo de bancos y mensajeros, robo de camiones de combustibles, hasta ejecuciones. Ha tocado las puertas de los encargados de proveernos justicia, de los que están juramentados a defendernos de los ladinos y al parecer, aún no despiertan las autoridades de su letargo.

En vez de activarse, revisar sus planes, redoblar esfuerzos, salen con el argumento de que no tienen recursos económicos y técnicos, de que necesitan nuevas leyes y distintos organismos e incluso intentan lo que llamo el “Estado Perverso”, trasladarle al ciudadano la responsabilidad de combatir el crimen.

El Estado panameño nunca antes había tenido tanto dinero para combatir la delincuencia.

Jamás había tenido un pie de fuerza policial como la actual y con mejores salarios, nunca había tenido alta tecnología de vigilancia y jamás un apoyo irrestricto de la ciudadanía como hoy.

Necesitamos una policía profesional y beligerante. Que asuma su rol endosado por el ciudadano. Que envié un mensaje directo y certero a los delincuentes: de que en Panamá, el delito es combatido con energía y que hay certeza del castigo... nada más.

-El autor es periodista.melquiadesvalencia@yahoo.com

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