• 30/12/2022 00:00

Las redes sociales no conceden derecho a réplica

Tenga mucho cuidado frente a un eventual incidente en la calle con un policía y más si la unidad se encuentra grabándolo con un celular, porque ciertamente las lleva toda de perder, tal como lo dejó claro el menor de los abogados de la familia Moncada.

Tenga mucho cuidado frente a un eventual incidente en la calle con un policía y más si la unidad se encuentra grabándolo con un celular, porque ciertamente las lleva toda de perder, tal como lo dejó claro el menor de los abogados de la familia Moncada.

La descripción que nos hizo sobre lo ocurrido a una unidad del SPI y hasta a un comisionado de la Policía Nacional, entre otros, comprueba el poder que tienen las redes para destrozar, en segundos, a una persona, incluyendo a cualquier miembro de esa institución, que quiera o al menos intente sobrepasarse con alguna amenaza o chantaje.

No obstante, la solución a estos hechos e incidentes no es tan simple como la de asumir un comportamiento de santidad como la de la Madre Teresa de Calcuta. Si se está bajo los efectos de bebidas alcohólicas, mejor no responda, escóndase, no tiene por qué mostrar su peor cara en público, pero si le asiste la razón, responda con un lenguaje comedido y aclare con argumentos cualquier malentendido.

Lo delicado de estos videos grabados deliberadamente por policías y subidos a las redes, es que lo que buscan es causar un efecto destructor, aniquilador y poderosamente neutralizador en una persona natural, o sea común y corriente; o también a lo interno de una organización o persona jurídica, saben de antemano que en este medio masivo de comunicación no se conceden derecho a réplicas.

Los riesgos que traen consigo estas grabaciones provenientes de una institución que tiene como lema proteger y servir, es que pudieran utilizarse también para vulnerar los derechos fundamentales de los nacionales y extranjeros dentro de nuestra jurisdicción, en abierto desafío a lo establecido en el artículo 17 de nuestra Carta Magna.

No está de más recordarles a los miembros de esta organización policial, el contenido de dicho precepto de rango constitucional que reza así

“Artículo 17. Las autoridades de la República están instituidas para proteger en su vida, honra y bienes a los nacionales dondequiera se encuentren y a los extranjeros que estén bajo su jurisdicción; asegurar la efectividad de los derechos y deberes individuales y sociales, y cumplir y hacer cumplir la Constitución y la Ley. Los derechos y garantías que consagra esta Constitución, deben considerarse como mínimos y no excluyentes de otros que incidan sobre los derechos fundamentales y la dignidad de la persona”.

Sí, en este país queremos generar un clima de confianza y transparencia en el seno de la sociedad, lo mínimo que debe hacerse es predicar con el buen ejemplo, siendo respetuoso de los derechos humanos y garantías fundamentales de todos los que habitamos en este país (nacionales y extranjeros).

Entonces, nos preguntamos cuál es el afán del titular de la Seguridad Pública al presentar a la Asamblea Nacional, un proyecto como lo es la Extinción de Dominio, donde últimamente se le ha visto reído y peinado con la embajadora de las barras y las estrellas, buscando su aprobación y casi simultáneamente, vemos a unidades haciendo alegremente grabaciones que generan dudas y desconfianzas.

Las interrogantes que surgen de lo sucedido nos llevan a reflexionar sobre hasta donde no serían capaces de llegar o prestarse los uniformados que graban, para complacer a una autoridad superior que busca distorsionar la realidad de los hechos y causar daños a un tercero, cuando ya se tenga aprobada una ley de extinción de dominio.

No se vale aquel dicho que dice que el que no la debe no la teme, pues si frente a un hecho o incidente, se introduce algo fuera de contexto, con las ventajas que cuenta el aparato represor con el fin de generar dudas razonables y al mismo tiempo, destruir en las redes sociales a una persona, adversario, sindicalista o político u organización, es difícil que estos puedan sobreponerse a la onda expansiva de la desinformación que generan las redes.

Sin excusar a los protagonistas del video de la cocinera de la presidencia, existe ya una versión distinta dada a conocer por el exgobernador darienita, Calixto Silgado, sin embargo, a nuestros reconocidos “influencer” ya no les interesa indagar más para descubrir la verdad material de los hechos suscitados. El daño está hecho, las redes sociales no conceden derecho a réplicas.

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