• 07/08/2019 02:00

Reforma: se olvidaron de la Universidad

El 2015 sería un año vital para repensar la base institucional del Estado panameño. Así lo creímos.

El 2015 sería un año vital para repensar la base institucional del Estado panameño. Así lo creímos. Reformar la Constitución Política ha venido siendo una necesidad apremiante para ‘recuperar lo perdido' y afianzar la democracia panameña. El Ejecutivo de aquel periodo lanzó la promesa, pero nunca cumplió. Su antecesor, creó el grupo de los notables, cuyo trabajo produjo una propuesta desconocida por el mismo presidente. Ahora, después del compromiso asumido por el ‘Buen Gobierno', el Consejo de Gabinete acogió la propuesta del Consejo de la Concertación Nacional para el desarrollo'. En esa propuesta se olvidaron de la Universidad.

Se trata de un espacio oportuno pata revisar de fondo el aparataje institucional y, de paso, mejorar la solidez de aquellas instituciones que son cruciales para la sociedad panameña. Una de ella, la Universidad de Panamá (UP). Pero lo elaborado por los proponentes no hizo mirada a las universidades públicas, entidades tan relevantes para el desarrollo nacional y las promotoras de calidad de vida a través de la formación profesional de los panameños. Algo distinto fue el caso de la propuesta de los notables, los investidos por la Administración de Martinelli para elaborar una propuesta de reforma. En dicha propuesta se recomendaba para las universidades, de los ingresos de los juegos de azar, un porcentaje para investigación.

De nuestra parte, retomaremos lo que hemos venido proponiendo. Presentaremos, en el periodo de consulta, un artículo nuevo, en el que se incorpore con precisión el tema presupuestario de las instituciones de educación superior oficiales (cinco en total), dando garantía de un crecimiento sostenido de los recursos; en particular el de la UP, la cual es conocida en la Constitución Política como la ‘Universidad Oficial del Estado'.

¿De qué se trata? En la UP requerimos mantener y fortalecer los programas académicos, de investigación e innovación y de extensión diseminados por toda la geografía nacional. Una institución cuyo costo de matrícula da acceso a la población panameña en las diversas disciplina, mucha de ellas solo ofertadas por la UP, ya que el ‘leiv motiv' no es, como en otros casos, la ‘ganancia comercial', sino la respuesta social-intelectual para la nación. Esto es parte del desarrollo nacional. Es el compromiso social que ha tenido, tiene y tendrá la universidad con las familias panameñas de optar por una educación superior de calidad. Es lo que constituye la síntesis en la formación del panameño, la estrella de la que habla el ‘Buen Gobierno'.

Sabemos de los avances de los países vecinos de Centroamérica en esa materia, con la excepción de El Salvador (en Colombia a nivel de ley). En estos países hay, en sus constituciones políticas, una definición progresiva y de sostenibilidad del presupuesto universitario a través de un porcentaje del Presupuesto General del Estado. En nuestra legislación ese mecanismo lo tiene el Órgano Judicial. ¿Cuál es la invitación? Los panameños, de todos los estratos, debemos asumir el compromiso para las generaciones futuras y para ello hay que abanderar la necesidad estratégica de resguardar el futuro financiero de nuestras universidades, siendo el debate constitucional que se aproxima, la oportunidad para ello. Nuestro país no se rescata solo con las instituciones política. La academia es el camino que conduce al progreso social.

DOCENTE UNIVERSITARIO.

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