• 02/07/2015 02:00

Incongruencias en el sector salud panameño

El mismo sistema PUS del Gobierno de Torrijos, impulsados por los garantes. Rechazado por el pueblo panameño

La distancia entre el discurso de las autoridades nacionales y la realidad del sector salud de Panamá es abismal. La incoherencia entre lo que se dice y hace resulta chocante. Los ejemplos abundan, mientras sostienen que la solución de los problemas del sector son reforzar la atención del primer nivel proponen gastar (no invertir) más de mil millones de balboas en la ciudad hospitalaria, que atenderá, según su ficha técnica, solo el 5 % de la población asegurada, principalmente del área metropolitana. Lo que significa que se está despilfarrando un millón de balboas por cada cama.

Al mismo tiempo, permanecen cerrados más de cien centros de salud y, en meses recientes, solo en el área de Chame (noticia del sábado 30 de mayo) se han cerrado más de diez. El Gobierno continua el esquema privatizador de la anterior gestión. Prolongan y permanecen las externalizaciones en la CSS: las máquinas de anestesia, la atención primaria, las hemodiálisis, etc. y ahora se adicionan las cirugías cardiovasculares. Al mismo tiempo, ponen el ejecución el sistema de fusión MINSA-CSS.

El mismo sistema PUS del Gobierno de Torrijos, impulsados por los garantes. Rechazado por el pueblo panameño. Con la excusa del envenenamiento masivo del dietilenglicol, propusieron despojar de sus responsabilidades constitucionales al Ministerio de Salud y a la CSS y traspasarlas a una entidad autónoma que se encargaría de manejar los fondos de ambas, como excusa para resolver, el envenenamiento masivo de la población. Hasta hoy, ni uno solo de los implicados en el envenenamiento está a órdenes de la justicia. En cambio, en China, el exministro de Remedios y Alimentos, ZHENG XIOYU, fue fusilado en mayo del 2007 por el escándalo del dietilenglicol.

Pero el Gobierno es indiferente al clamor popular y, a pesar del rechazo de la población, impone la fusión MINSA-CSS a raja tabla. Los moradores del corregimiento cabecera de Portobelo ‘se oponen al cierre de las instalaciones del MINSA' (martes 19 de mayo). Ahí quedan como evidencia las declaraciones desde el presidente hasta el viceministro del MINSA. El día jueves 18 de junio, el viceministro de Salud declaró que: ‘La Caja de Seguro Social (CSS) y el Ministerio de Salud (MINSA) unificarán sus servicios médicos en los distritos de Pesé y Ocú'. Cambian de táctica, pero persisten en la misma estrategia privatizadora. Ahora pretenden hacer los cambios de forma escalonada desde la periferia hacia el centro del país. Con la idea de que es más fácil imponer las medidas a pequeños núcleos poblacionales y después a los centros, cuando ya es inevitable. Pretenden desconocer que la CSS no es propiedad del presidente ni del director de la CSS ni del ministro de Salud ni la junta directiva de la CSS ni de los empleados de la CSS, es de todos los cotizantes que aportan las cuotas correspondientes. Son hechos recientes el fracaso de la fusión practicada en el hospital de San Miguelito, San Miguel Arcángel, y en el hospital de la 24 de Diciembre. El pueblo sabe lo que significa esa forma de privatización mimetizada: menos cobertura, peor servicio, superexplotación de los profesionales que prestan el servicio, cobros por la atención médica, etc.

Esta propuesta de unificación, impuesta a la fuerza y sin respetar los derechos de los asegurados y habitantes de la República, no es nada más que una versión mimetizada del modelo exigido por el Banco Mundial. Entre sus características sobresale la intención de separar las funciones de prestación, funcionamiento y regulación del sector salud. Así cumplirían con las exigencias del Banco Mundial y de la política neoliberal, pues al separar estos sectores, la CSS solo cumpliría el papel de proveedor de fondos.

Al mismo tiempo, se establece el papel regulador del MINSA, que determinará que solo cubriría la atención de los sectores no protegidos por la seguridad social. Así mismo, implantará un sistema de pago por servicio, como se está efectuando en el Hospital de la 24 de Diciembre, para exigir un copago a los no asegurados. Esta propuesta neoliberal desconoce el derecho a la salud que es de carácter universal como uno de los derechos fundamentales de la humanidad. Todo esto llevará a la pauperización del empleo y disminución del mismo.

Este modelo introduce relaciones mercantiles en los servicios médicos con una competencia entre sectores en los que al final prevalecerán los de mayor recurso económico, llevando a una concentración y monopolio de la atención médica. La privatización afecta el ejercicio de la medicina, deteriora la calidad de los servicios médicos, encarece los costos y atenta contra la salud y la vida del pueblo. Solo nos queda organizarnos y luchar.

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