• 26/10/2013 02:00

Nutrición y salud social

El mundo se debate en corrientes del pensamiento que traducen los objetivos humanísticos o solo económicos en al sociología aplicada de ...

El mundo se debate en corrientes del pensamiento que traducen los objetivos humanísticos o solo económicos en al sociología aplicada de la política. Son las grandes corporaciones de la megaeconomía universal que presionan y se trasladan transcontinentalmente, buscando los nichos financieros que les permitan un permanente crecimiento, los que están dirigiendo a los países con cumbres, guerras, acuerdos y tratados.

En ese actuar caen en crisis, quiebras y fracasos para algunos y otros se fusionan, sobreviven y salen más poderosos de la situación. No solo es lo necesario y suficiente, sino la acumulación ilimitada con todas sus injusticias y complicaciones.

En Europa siguen intentando una unidad muy desequilibrada, pero siguen flotando. El Japón continua en su aislamiento proteccionista y laborioso. Oriente, con un sistema socialista abierto al mercado, está acaparando inversiones y creando una versión diferente de otro mundo que se inserta en los grandes capitales. USA, con los resabios de su guerra civil, no encuentra la sabiduría del entendimiento de las fuerzas productivas con la salud social y corren el riesgo de autosabotearse y, dada la enorme influencia que tienen en el mercado mundial, arrastrarnos a todos a un tenebroso tsunami de imprevisibles consecuencias. Los BRIC y los de nuestro submundo tomando algunas acciones que nos permitan mantenernos y en los posible avanzar al compás del ritmo que suene. Austeridad o despilfarro. Solidaridad o egoísmo. Derechos humanos y dignidad. Libertad o esclavitud. Demócratas o republicanos.

Localmente los productores luchan por sobrevivir en la globalización con nuestro pequeño mercado, muy lejos de la producción de escala. La Seguridad Alimenticia es un recurso vital que tenemos que proteger para la sobrevivencia de nuestros consumidores. De allí que todos los estrategas predican producción agraria, mercados, cadenas de frío, tecnología, créditos, protección arancelaria, etc. Pero todos estos apoyos deben beneficiar al consumidor.

Es preciso intervenir, regular la distribución, el transporte, la intermediación para que la eficiencia y la justicia social actúen en el sistema, sin explotaciones ni abusos en la cadena hacia los minoristas.

El riesgo de desabastecimiento artificial por acaparamiento o protección de precios, que es frecuente cuando los gobiernos controlan los precios, tiene que ser prevenido con las adecuadas condiciones de producción e importación; y evitando las especulaciones y sobreprecios de los comerciantes a los que se les permita un normal funcionamiento para cumplir su función social dentro del margen de ganancias.

Naturalmente que tiene que existir un concepto definido del objetivo de los empresarios y comerciantes. La codicia como hipertrofia de la ambiciones monetarias, el juegavivo, el explotador, las aceleradas ganancias tiene que darse en un margen que le permita a toda la sociedad vivir, sostenerse y mantenerse. La actitud de felicidad social es seguridad, paz, asertividad, producto del trabajo, la ciencia, la inteligencia de todos en su área de desarrollo de la sociedad. La salud es un valor, una riqueza que compartimos todos. Cuando no la tenemos, todos estamos en riesgo de epidemias y enfermedades crónicas. Por eso la nutrición, el agua, la higiene son la base preventiva de la salud. ‘Salud para todos’ (OMS Alma Ata).

Los problemas de salud hay que enfrentarlos con rigor científico, con experiencia, sin improvisar con criterio social. Eso es sistemas de salud, red de atención, servicio primario, prevención. Eso es centros periféricos, telemedicina, cadena de comunicación y, transporte, insumos, medicinas disponibles, educación. También personal de salud y especialistas. Todo esto es conocido. La OMS, los ministerios y los gremios de Salud, siempre lo aspiran implementar.

Pero, como anotamos al inicio, hay consorcios que aspiran efectuar este trabajo, tal vez con recta intención, pero también para beneficio de un objetivo mercantil. Cobrar al Estado o al cliente y explotar al servidor. La industria farmacéutica, lamentablemente, está inmersa en ese negocio. En otros países lo siguen pretendiendo. Aquí también lo intentaron, entre otros con CONSALUD del hospital San Miguelito, lo que fue un fracaso económico y en salud. Ahora lo siguen intentando, por eso hay un interés por macrohospitales, con tercerización y administración privada. La actual legislación de médicos especialistas al interior no es sino un eslabón de leyes encaminadas en ese sentido y que en la forma que se presenta podría tener aceptación popular. Pero realmente es sortear el principal obstáculo, que son los responsables de la salud, los profesionales que conocen su materia y tienen la vocación de servir.

La gran recomendación es sacar los negocios y la política de la Salud y consultar ampliamente estas legislaciones con los niveles científicos preparados del país, para una Panamá Mejor.

MÉDICO Y EX MINISTRO DE ESTADO.

—LA PUBLICIDAD DEBE RESPETAR LOS CINTILLOS DEL MINSA.

—EN MEMORIA DE CRISTINA PIMENTEL.

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