• 05/04/2020 00:00

'La sangre de Cristo tiene poder'

“Viendo en estos días del coronavirus que azota la humanidad, concluimos que la invocación de esta Sagrada Sangre surtirá efecto a nivel mundial en el trabajo de los médicos e investigadores y la obediencia de Quedarnos en Casa”

Estas líneas las escribo en estos días de prueba para todos, nadie escapa, cuando la humanidad está viviendo 40 días llamados de Cuaresma que se han convertido en días de Cuarentena. Las escribo viendo la oración, los ruegos, las oraciones llenas de Espiritualidad que van acompañados de pánico, pesimismo, temor. La interrogante “¿cuándo esto terminará?” me ha llamado la atención, cuando un joven me comentó que él se bañaba en la sangre cuando salía a buscar medicinas para sus ancianos padres. Me quedé con esa expresión, no entendí, al día siguiente lo llamé a su celular y en medio de la conversación le hice la pregunta. Me contestó que se refería a la Sangre de Jesús que era poderosa, que él siempre la invocaba que, inclusive con un resfriado o cualquier problema, él la invocaba y encontraba solución. Aproveché para darle testimonios al respecto. Ahora desempolvo unos escritos sobre el tema y mezclo la impresión que me causó una película y los frutos de una lectura de investigaciones hechas por médicos.

El título de este escrito es una expresión que escuchamos con frecuencia, sobre todo cuando una persona tiene situaciones muy difíciles de resolver o cuando está pasando por circunstancias dolorosas. La pronuncia con vehemencia, con Fe. La pregunta es: ¿Cómo no va a tener poder una sangre derramada siglos atrás y que todavía al ser invocada el creyente deposita en ella todas sus esperanzas y espera a su intervención divina? En estos días, cuarenta en total, que la humanidad católica conmemora la Pasión y Muerte del Hijo del Arquitecto del mundo, he decidido publicar estas líneas en las cuales comparto vivencias de una película, que años atrás conmovió al mundo cristiano, y detalles de unas investigaciones, sobre opinión de médicos, referentes a la Flagelación de Jesús. La expresión popular “La Sangre de Cristo tiene Poder” es como una invocación mágica, pues el creyente deposita todas sus esperanzas en la sangre del Hijo de Dios.

Recordando la película de Mel Gibson “La Pasión de Cristo”, vimos cómo en forma dramática el cineasta presenta la escena de la Flagelación, la cual motivó el comentario general de que a Jesús lo habían llevado después como una Res al Matadero. Fue tan crudo el realismo de la película que al verla el papa Juan Pablo II, que al preguntársele su opinión exclamó, ¡Así fue! La mayor parte de las películas centran su atención en la Crucifixión soslayando la Flagelación, la cual conlleva mucho dramatismo.

Según nuestra investigación, el Diccionario Católico define la Flagelación como “suplicio que consiste en golpear a la víctima con un azote de tiras de cuero llamado en latín Flagellium”. La Ley Mosaica prescribía esta pena, pero no podían infligirse más de 40 golpes. Jesús fue sometido a la Flagelación según la costumbre romana, que era mucho más bárbara y no tenía límites de golpe. Lo de Jesús fue un acto criminal, pues los soldados romanos sentían un odio atroz y desprecio por los judíos. Por ello descargaron sobre la Víctima Divina sus instintos brutales.

Según la Biblioteca de Autores Cristianos en su publicación JESUCRISTO, señala que el Flagelo era una especie de látigo, en el que al final dos bolitas de plomo constituían el auténtico martirio. Agrega la publicación que a veces se usaban flagelos de tres correas, y el número de golpes eran 13 para constituir así 30 golpes.

Según comenta el Dr. Riquelme Solar, citado en la misma obra, “Se inflige al cuerpo de Cristo 80 heridas que corresponden a 40 golpes de Flagelo”. También agrega, que a “Cristo los músculos le quedarían prácticamente destrozados”. La acción vasoconstrictora es más rápida en casos de hemorragias leves crónicas o prolongadas. Por su parte el Dr. Barbet, cirujano francés, afirma que “La Flagelación parece que motivó también una serie de lesiones en los músculos torácicos, que originaron la insuficiencia respiratoria causa directa de la muerte”. Su Santidad Juan XXIII, en su Carta Apostólica “INDE A PRIMIS”, se refiere al tema que estamos tratando así: “La Sangre de Cristo precio de nuestra Redención, prenda de salvación y vida eterna”. Por su parte, S.S. Pablo VI dijo: “Uno la conmemoración de la Sangre de Cristo con la de su Cuerpo en lo que ahora llamamos la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, porque en cada celebración eucarística no solamente se hace presente el cuerpo de Cristo, sino su Preciosa Sangre, sangre de la Alianza Nueva y Eterna, derramada por nosotros para el perdón de los pecados” (cf, mt 26, 27).

Todo lo anterior nos lleva a concluir expresando que Jesús, fiel a su misión de cumplir la voluntad del Padre, y después de pasar por el tormento de los Flagelos y soportar una corona de espinas, tuvo la fuerza sobrenatural de cargar la cruz de nuestros pecados, consolar a las mujeres de Jerusalén, caer tres veces con la cruz a cuestas, dejarnos por madre a María, a través de su discípulo Juan, decir “Tengo Sed” y aún más, después de tener en sus labios la esponja impregnada de vinagre, tuvo aliento para gritar “¡Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen!”. Su flagelación y el derramamiento de Su Sangre nos llevan a concluir que dentro del marco de la Fe que tengamos, verdaderamente SU SANGRE TIENE PODER.

Viendo en estos días del coronavirus que azota la humanidad, concluimos que la invocación de esta Sagrada Sangre surtirá efecto a nivel mundial en el trabajo de los médicos e investigadores y la obediencia de Quedarnos en Casa.

Licenciado en Trabajo Social.
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