• 08/12/2020 00:00

Al son que le toquen… baile

¡Hola! De nuevo con ustedes, mis venerables ancianos. Miren, si en Cuba “el pueblo” (como dicen ellos y muchos políticos de aquí), no se ha vuelto loco en 60 años continuos con el anacrónico y perverso comunismo, el pueblo panameño, aunque no se haya ejercitado conviviendo con una locura semejante, en números sufrirá relativamente poco de trastornos mentales después de la pandemia, sencillamente no habrá estadísticas al respecto primero que no hay suficientes psiquiatras que determinen el trastorno y, además, nunca se sabrá, porque aquí los hospitales no permiten que ingresen a ningún loco de remate, salvo raras excepciones.

¡Hola! De nuevo con ustedes, mis venerables ancianos. Miren, si en Cuba “el pueblo” (como dicen ellos y muchos políticos de aquí), no se ha vuelto loco en 60 años continuos con el anacrónico y perverso comunismo, el pueblo panameño, aunque no se haya ejercitado conviviendo con una locura semejante, en números sufrirá relativamente poco de trastornos mentales después de la pandemia, sencillamente no habrá estadísticas al respecto primero que no hay suficientes psiquiatras que determinen el trastorno y, además, nunca se sabrá, porque aquí los hospitales no permiten que ingresen a ningún loco de remate, salvo raras excepciones. Ahora, pueda que el absurdo encierro en Panamá con que nos amenazan a diario no aumente los viajes gratuitos al purgatorio, si no que acabe con la economía, aunque dicho claustro no dure ni medio siglo, pero sí quedaríamos endeudados hasta las cutarras.

En Colombia ayer, 12/4/2020, se pronunciaron en Caracol prominentes psiquiatras advirtiendo que los daños psicológicos en parte de la población colombiana serán terribles. Por otra parte, la OMS, donde trabaja mi amigo “cabeza de rancho”, reclama una mayor inversión en salud mental en el contexto de la COVID-19. Mientras que, en Panamá, que yo sepa, al Matías, fundado en 1933, no lo han mencionado jamás en los últimos siete meses que llevamos en este calvario de locos. He investigado y ni en internet aparece el número de doctores preparados en el Istmo para atender la salud mental, claro que los hay muy buenos, pero subordinados con camisas de fuerza por la escasa inversión que se ha dado en Panamá, Gobierno tras Gobierno, por lo que, si no ponemos de nuestra parte, en los años venideros nos encontraremos con hileras de personas de todas las edades haciendo “sombras” como boxeadores viejos y golpeados y calistenias de otras disciplinas.

Pero bueno, casi todo el planeta comenta que se ha enfrentado mal a la pandemia, que China tiene la culpa por no advertir a tiempo la calamidad y, aunque no lo reconozca el “cabeza de rancho” de la ONU. Por suerte nuestro país cuenta desde 1933 con un manicomio, que se reforzó con la ayuda de los gringos.

Si el mundo está enfrentando en forma pésima a la enfermedad, no se podrá calificar nunca a Panamá con ese adjetivo, aunque no haya desaparecido la cifra diaria de los viajes al purgatorio, tampoco los cuentos chinos añadiéndose a los ya manidos como: “Lávate las manos”, “estamos salvado vidas”, “quédate en la casa”, (en Brasil dicen “bota pa casa”), “le vamos a quitar el subsidio”, que “vamos a traer “médicos” de Cuba”, amenazas van y amenazas vienen.

En fin, para no enloquecer totalmente ni deprimirnos por tonterías ni vainas que no podemos resolver, no nos queda más remedio que obedecer. Uno de los mejores representantes que ha tenido el PRD fue el gran Tito Torres de Mateo Iturralde, San Miguelito, que en pleno cuartel dijo una vez: “Yo no discuto con los brutos, a ellos hay que decirles que son forzudos. De manera que cuídese y Ud. baile al son que le tocan, compa”.

Economista, escritor costumbrista.
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