• 13/04/2014 02:01

Campaña sucia o negativa

‘¿Qué podemos hacer... los que nos aguantamos estas avalanchas de groserías y maltrato público?’.

La verdad es que no acabo de entender eso del Pacto Ético y las campañas sucias o negativas que tenemos a diario y en cualquier medio de comunicación. Deben ser los efectos de mi larga longevidad supongo, porque después de la firma de dicho pacto, porque algunos estaban renuentes, es que ha llovido cuanta salvajada existe para desmeritar al candidato opositor (si lo vemos de cualquier lado). He utilizado este término peyorativo de ‘salvajada’, porque tanto como los interesados, promotores o creativos, no podrán nunca ser domesticados en esas mentes torcidas, a pesar que pertenecen a los humanos. El salvajismo es un concepto antropológico que ha terminado por interpretarse como un comportamiento instintivo, irracional o cruel, y este es el retrato de lo que vemos en los repetidos anuncios publicitarios. Claro que nosotros estamos en trance y ya se nos resbala todo.

De nada valen los preceptos morales o las advertencias de la Ley, porque siempre se han dado estos golpes bajos, en un intento de ganar adeptos o de que el contrario los pierda, pero como lo escribió en La Prensa CECILIA FONSECA S., el día 21 de julio de 2012: ‘La campaña sucia y/o negativa fue evidente durante la campaña presidencial del ahora presidente de la República, quien llegó a emitir una cuña en la que ponían a Juan Carlos Varela con orejas de burro. A pesar de ello, al final se aliaron’. Se ha dicho igualmente que en política cualquier cosa puede suceder, de modo que podemos pensar que cualquier día, estos dos personajes pueden hacer las pases. Ahora estamos en una pugna entre varios candidatos, porque pasamos de dos a varios partidos con presidenciables.

La pelea entre los diputados por los Circuitos Plurinominales es aún más fiera, porque ahora el voto es selectivo, de modo que en las papeletas vienen los listados de todos los partidos para escoger a uno, lo que nos parece inconstitucional, como apunto un entrañable amigo y yo lo comparto. Si en San Miguelito hay seis o siete diputados, el votante escoge a uno, pero al legislar ellos deciden en conjunto, entonces, esto no debe estar bien. El asunto es que una mano invisible hizo el cambio de lo que probablemente tengamos que arrepentirnos, porque entonces, la elección ya no depende de los partidos sino de los candidatos individualmente.

El 16 de enero de 2013, en un artículo promovido por la abogada y jueza Ana Raquel Santamaría, titulado como ‘Mundo electoral’, en el que ella describe la campaña sucia como ‘aquellas en las que se utilizan las mentiras, se inventan situaciones, errores y defectos del adversario político, buscando con ello engañar al electorado’. En ese mismo párrafo se expresa sobre la campaña negativa como: ‘aquella en la que se magnifican los errores y defectos del candidato, con la finalidad de que la población o los votantes adviertan el error y tengan dudas en cuanto a esa figura política’. Esto quiere decir que estas acciones están preñadas de calumnias e injurias y en lo otro es que los agresores no han escatimado en sus ataques por lo que se meten hasta con la familia de los promocionados candidatos.

En esta vorágines por la que transcurrimos, pareciera que no existen límites con todo y que el Código Electoral define en su artículo 198, como propaganda electoral ‘los escritos, publicaciones, imágenes, grabaciones, proyecciones y expresiones, que se difundan con el propósito de obtener la adhesión del electorado o de hacer proselitismo político con miras a un fin electoral’. Vean el estado ideal de estas cosas, pero en el estado real vivimos en otra órbita. En esta misma norma tenemos en su segundo párrafo: ‘La propaganda electoral no está sujeta a censura previa ni al pago de ninguna tasa, gravamen o impuesto, nacional o municipal’. La censura viene después de que el daño está hecho y mediante un lento mecanismo, con la parsimonia de las actividades procesales con las que cuenta dicho Código.

¿Qué podemos hacer nosotros los que nos aguantamos estas avalanchas de groserías y maltrato público? Rogar como muchos, que esto se acabe pronto para que empiece la batahola para limpiar el medio ambiente de la nociva propaganda, mientras la mayoría de los candidatos pasa al retiro como perdedores, en hospitales y en todo lugar apartado para que no los vean, avergonzados por la derrota y con la lamentación por la ruina en que han quedado, ante la estrambótica inversión, no sabemos con qué inconfesables propósitos.

ABOGADO

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