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- 02/04/2021 00:00
Traficantes de morbo
Algunos medios de comunicación impresos acostumbran a publicar diariamente, y a veces, dos o tres veces por semana, titulares sensacionalistas. Muchas veces se anuncia una irregularidad o ilegalidad. Igual sucede con los medios televisivos y radiales.
Los que leen, ven y escuchan estas anomalías quedan alarmados y sobresaltados por lo que se les trasmite. Enseguida piensan y comentan que el tema denunciado debe ser resuelto a la máxima brevedad posible. ¿Pero en la práctica que sucede?
Los medios que hicieron la revelación inicial al poco tiempo divulgan otra situación adicional de iguales o mayores proporciones. ¿Y qué sucede con el escándalo inicialmente denunciado? Sencillamente queda enterrado o sepultado por el nuevo escándalo. La mayoría de las personas que se enteró de la denuncia inicial queda interesada por saber de su desenlace o solución. Pero nunca llegan a enterarse, porque el medio está ocupado en un tema más fresco.
El bombardeo de noticias morbosas produce adicción. Igual que la producen la nicotina, alcohol, los juegos de azar y los estupefacientes. Muchas personas, si no reciben su dosis de morbo diaria, sienten que les falta algo. Y eso lo aprovechan los traficantes de morbo para dispensar nuevas dosis de sus nefastos productos.
Si usted tiene alguna duda sobre lo que está leyendo, consulte los medios morbosos de hace algunas semanas, identifique el escándalo denunciado y trate de enterarse, a través de ese mismo medio, cómo evolucionó o se solucionó la irregularidad en cuestión.
Todos sabemos que la función de los medios de comunicación social es la de informar. Pero parece que hay varias interpretaciones de cómo se debe informar. Como no hay normas precisas por las que deben regirse los medios, cada medio hace su propia interpretación.
Debo aclarar que existen medio de comunicación serios. Muchos de ellos ventilan las distintas problemáticas, mediante programas de comentarios, análisis y debates. Yo escucho por la radio y la televisión varios de estos programas y considero que los que los conducen y participan son periodistas íntegros y sobresalientes. Pero a la par que estos periodistas, hay otros que tienen motivaciones y costumbres deplorables. Usted, señor consumidor de información, debe decidir qué producto informático quiere consumir.